A pesar de albergar a menos de 20.000 residentes, la República de Palau está teniendo un impacto enorme para preservar el planeta.

El país, compuesto por más de 300 islas en el Pacífico occidental, no solo adoptó la primera constitución antinuclear del mundo en 1979, sino que también implementó el Compromiso de Palau en diciembre de 2017, que requiere que los visitantes internacionales firmen un sello en sus pasaportes prometiéndole a los niños de Palau que "andarán con cuidado" y "preservarán y protegerán" las islas.

Ahora, cuando el archipiélago se abre de nuevo al turismo después de dos largos años de confinamiento, un nuevo programa llamado Ol'au Palau ofrece una iniciativa pionera en el mundo de la ludificación* del turismo responsable, mediante la cual se ofrecerá a los viajeros experiencias exclusivas basadas en cómo tratan el medio ambiente y la cultura, no por lo que pagan.

(*Ludificación es el uso de técnicas, elementos y dinámicas de los juegos para motivar y reforzar conductas que lleven a la solución de problemas).

El programa, administrado a través de una aplicación personalizada, ofrece puntos a aquellos que tratan a la nación isleña con amabilidad y respeto al tomar decisiones sostenibles, desde usar protector solar seguro para los arrecifes hasta visitar sitios culturalmente importantes (como el Museo Nacional de Belau y Bai, el más antiguo de Micronesia) y comer alimentos locales de origen sostenible.

Esos puntos sirven para desbloquear experiencias que normalmente están reservadas para los habitantes de Palau, como hacer una caminata especial, nadar en una cueva secreta, compartir una comida con lugareños y ancianos o pescar un lugar aislado.

También promete nuevas experiencias que no solían ver los turistas, como una ceremonia de primer nacimiento, un evento cultural importante.

La idea del Compromiso de Palau surgió en 2015, cuando el turismo había llegado a 150.000 visitantes al año, más de 7 veces la población del país, muchos de los cuales no entendían la fragilidad del ecosistema o la importancia de la sostenibilidad para los residentes.

Si bien la cultura palauana valora la hospitalidad y trata a los visitantes con respeto, los lugareños vieron cómo los visitantes sin educación estaban erosionando su entorno.

¡Ol'au!

Para combatir esto, Palau necesitaba una forma de educar a los viajeros y hacer que se ganaran el privilegio de ser un amigo de confianza, dijo la residente Laura Clarke, quien cofundó Palau Legacy Project en 2020 con Jennifer Koskelin-Gibbons para encabezar estas iniciativas de preservación.

Con la experiencia de Clarke en marketing y publicidad, y el trabajo de Koskelin-Gibbons en los esfuerzos de conservación nacional, nació Ol'au Palau.

Ol'au en palauano significa invitar a alguien a tu espacio.

"Es una forma informal de llamar a alguien que conocemos, como un amigo o familiar, para captar su atención", explicó Koskelin-Gibbons.

"Podemos usarlo para llamarte para que te unas a una barbacoa, o si estamos en una playa y vienes en tu bote, puedo llamarte para invitarte a unirte a nuestra diversión familiar".

"El Serengeti submarino"

Como una economía que depende en gran medida del turismo, Palau se vio gravemente afectada por los bloqueos de covid.

El país volvió a abrir en abril de 2022 a los viajeros completamente vacunados, y los residentes quieren volver a presentarle al mundo sus remotas playas de arena blanca y lugares de buceo ricos en vida silvestre, que le han valido el apodo de "el Serengeti submarino".

Como fue un campo de batalla en la Segunda Guerra Mundial, Palau también tiene restos de barcos y aviones japoneses que atraen a los buzos aficionados a la historia.

Además, el país estableció recientemente el primer Santuario Marino Nacional del mundo, prohibiendo cualquier tipo de extracción (incluida la pesca comercial) en 500.000 kilómetros cuadrados de océano, lo que lo convierte en un lugar ideal para echar un vistazo a una de las 135 especies de tiburones y rayas que prosperan bajo esas aguas.

"Este año ha sido bueno. Los corales están floreciendo y los arrecifes están hermosos", dijo Scott Arni, capitán del barco Palau Aggressor II, quien ha dirigido expediciones de buceo en Palau durante 10 años.

"El buceo ha sido increíble con muchos tiburones y grandes encuentros con mantarrayas en el Canal Alemán (un canal hecho por humanos dentro de la barrera de arrecifes del sudoeste de Palau)".

Las recompensas de Ol'au Palau se pueden adaptar a lo que le interesa al visitante, ya sea bucear, hacer senderismo o relacionarse con la comunidad local.

Clarke recomienda un viaje de 10 días a dos semanas para aprovechar al máximo el programa, especialmente por el tiempo que toma viajar al archipiélago remoto, ubicado a 890 km al este de Filipinas y 1330 km al suroeste de Guam.

"Si los primeros 5 días acumulas puntos, tendrás otros 5 o 6 días, para canjearlos".

Para no dejar rastro

Como era de esperar, la sostenibilidad es fundamental para muchos en Palau así que es fácil encontrar empresas que se adhieran a prácticas ecológicas. Alojarse y cenar en esos lugares suma puntos en el programa Ol'au Palau.

Forman parte del Palau Business Pledge (un subprograma del Compromiso de Palau), lo que significa que trabajan activamente para minimizar su impacto ambiental al tiempo que ayudan a los huéspedes a hacer lo mismo a través de la señalización y la educación sobre la importancia del medio ambiente.

Comer pescado y productos locales es una de las maneras más fáciles de apoyar la economía de manera sostenible.

Recientemente nombrada la "sopa nacional" del país, el demok, elaborada con hoja de taro, caldo de coco y cangrejo de tierra, deleita tanto a lugareños como a visitantes.

"No solo es saludable, es increíblemente abundante y deliciosa tras un largo día en el agua", dijo Koskelin-Gibbons.

Para explorar toda la isla, Clarke recomienda Sam's Tours, propiedad 100% palauana.

No solo contratan guías locales para sus excursiones de kayak, senderismo y buceo, sino que también incorporan prácticas sostenibles en sus recorridos (como servir almuerzos locales y evitar los plásticos de un solo uso), hacen cumplir las normas ambientales y operan con una política de cero rastros.

Esta historia fue publicada originalmente en BBC Travel.Lee aquí el artículo en inglés.

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