Cuando Lennard Davis recibió el correo electrónico de un extraño que decía ser su pariente vivo más cercano, pensó que debía tratarse de una broma. Lennard era un profesor judío de Nueva York, mientras el desconocido afirmaba ser descendiente de caciques polinesios. Para resolver este rompecabezas, el neoyorkino tuvo que pasar cuatro años tratando de desentrañar dos grandes secretos familiares. Esta es su historia.


En 1979, Abie, el tío de Lennard Davis, le dijo que tenía un secreto que contarle. Sin embargo, aseguró que no podía revelarlo mientras el padre de Lennard, Morris, estuviera vivo.

Morris estaba entonces en el hospital, con cáncer. Cuando murió dos años más tarde, Lennard le preguntó a su tío si ya le podía contar el secreto.

Al principio, Abie se mostró reacio; le dijo que se olvidara del asunto, que no quería decírselo. Pero Lennard lo presionó.

"Así que me lo dijo", rememora Lennard. "Me dijo: 'soy tu padre'".

Fue una revelación sobrecogedora: desde niño a Lennard le habían enseñado a no simpatizar con el tío Abie, a verlo como una persona en la que no se podía confiar.

Y ahora, con sus dos padres fallecidos (su madre había muerto casi una década antes), no quedaba nadie que pudiera esclarecer las cosas.

"Mis padres nunca me lo habían dicho. Se trataba de un secreto familiar y probablemente, en alguna medida, uno vergonzoso", dice Lennard.

Pasaron muchos años antes de que él decidiera investigar este secreto que sus padres se habían llevado a la tumba.

Secretos de familia

En 2000, a sus 55 años, Lennard decidió someterse a algunas pruebas para verificar quién era su verdadero padre.

Buscó sobres postales que Morris pudiera haber lamido para recolectar posibles muestras de ADN. Y le pidió a un primo suyo que hiciera lo mismo para intentar reunir algunos de los de Abie, quien para aquel entonces también había muerto.

Cuando llegaron los primeros resultados, Lennard abrió nervioso el documento.

A él nunca le había agradado su padre, un hombre al que describe como difícil e intolerante, con un temperamento explosivo.

Sin embargo, se sintió realmente triste cuando leyó la carta que explicaba que Morris, el hombre que lo había criado, no era su padre biológico.

Pruebas posteriores revelaron que el tío Abie era probablemente su verdadero padre. Años más tarde, en 2014, Lennard fue contactado de la nada por un hombre que residía en la ciudad de Pago Pago, capital de Samoa Americana.

El extraño explicaba que su nombre era Lancelot Tauoa y que, después de tomar una prueba de ADN, había descubierto un vínculo genético muy cercano con Lennard.

"En un inicio lo que pensé fue que debía reaccionar de manera muy suspicaz", cuenta Lennard.

Sin embargo, al examinar la base de datos donde se habían ingresado los resultados de sus pruebas de ADN, Lennard pudo ver que justo al lado de su hermanastro (el hombre que una vez había considerado su primo) aparecía el nombre de Lancelot Tauoa.

Ambos parecían ser primos segundos.

"Esto fue extremadamente confuso", dice Lennard. "Mi familia es judía casi en su totalidad, y de repente hay un hombre de Samoa Americana que resulta ser un pariente cercano. Era un concepto muy extraño y asombroso".

Aunque Lennard estaba escéptico, se esforzó en imaginar cómo las dos familias podrían haberse vinculado.

"Francamente, imaginé que era algo relacionado con la prostitución. Eso fue lo que supuse", dice.

Lennard y Lance se mantuvieron en contacto por correo electrónico y, con el tiempo, las sospechas de Lennard comenzaron a disminuir.

"Había algo muy conmovedor en sus mails", recuerda.

"A través de sus correos pude sentir su necesidad. Él realmente quería saber y me identifiqué con él, a pesar de que nunca lo había conocido".

Después de haber descubierto que su tío era en realidad su padre biológico, Lennard imaginó que detrás de su conexión con Lance podía haber un secreto familiar parecido.

Aunque asumió que sería relativamente sencillo llegar al fondo del misterio, pasaron más de cuatro años y muchos giros equivocados, suposiciones falsas y callejones sin salida antes de que finalmente la verdad saliera a flote.

Buscando respuestas

A más de 11.000 km de distancia, en una isla del Océano Pacífico Sur, Lancelot Tauoa nunca había tenido la menor sospecha de que había secretos en su familia hasta el funeral de su abuela, en el año 2000.

La abuela de Lance era la hija del cacique de la aldea en Pago Pago, una pequeña sociedad cristiana donde todos conocen los asuntos de los demás.

El día del entierro, muchas personas acudieron a ofrecer su pésame, incluida la tía abuela de Lance, Eppe (hermana de su abuela), quien se mostró muy compungida.

Por casualidad, Lance escuchó a uno de los presentes diciendo que la razón por la que Eppe estaba tan afectada era porque la abuela de Lance había criado al hijo de Eppe, Sekele.

Pero Sekele era el padre de Lance, que había muerto unos años antes, lo cual hacía que Eppe fuera su verdadera abuela, y no la mujer que acababa de morir.

Sekele lucía un poco diferente a las demás personas de la isla y muchos lo conocían por el apodo de "el Elvis samoano".

"Mi padre era muy alto, cerca de 1,87 metros y muy rubio", dice Lance. "No le gustaba ir a la iglesia y le gustaban mucho las películas occidentales. Era muy divertido".

Unas semanas más tarde, Lance decidió confrontar a Eppe sobre lo que había escuchado en el funeral.

"Ella esquivó el tema", dice Lance. "Me dijo: 'No escuches ese tipo de chismes'. Unos meses después falleció".

Pero mientras planeaba el funeral de Eppe, las sospechas de Lance se confirmaron cuando el jefe de su familia dijo que tanto Lance como su hermana tendrían que elogiar a Eppe en el servicio. Su padre era el hijo biológico de Eppe, explicó.

"Fue muy impactante", cuenta Lance. "Estaba desconcertado y quería algunas respuestas, así que fui a ver a la hermana de mi padre y ella me dijo que creía que todos conocíamos la historia".

Lance se enteró entonces de que Eppe, la hija del jefe, se había separado de su marido y había quedado embarazada como resultado de un romance clandestino con un hombre extranjero.

La abuela de Lance había adoptado y criado al niño.

Lance se sintió enojado, traicionado y confundido. ¿Su padre también lo sabía? ¿Por qué nadie se lo había dicho?

Después del entierro de Eppe, Lance comenzó a cuestionar a los ancianos de la familia para obtener respuestas.

Pero estos le dijeron que si sus abuelos y su padre no le habían explicado nada, debía olvidar el tema de una vez por todas. Sin embargo, Lance estaba decidido a averiguar quién era su abuelo.

"Lo único que sabía de los rumores era que el hombre era un marine estadounidense en Samoa Americana. Eso era todo", dice Lance. "No tenía un nombre, nada".

Lance comenzó su investigación leyendo libros sobre la presencia de Estados Unidos en el Pacífico Sur durante la Segunda Guerra Mundial, pero parecía casi inútil. Como buscar una aguja en un pajar.

Luego decidió tomar una prueba de ADN y hubo un descubrimiento inmediato. Lennard Davis, un académico del Bronx de Nueva York, tenía que ser la clave del rompecabezas.

Armando el rompecabezas

Una vez que Lennard hubo superado sus dudas, los dos hombres comenzaron una búsqueda conjunta del misterioso soldado estadounidense que los conectó.

Primero, Lennard buscó pistas en el lado de la familia materna, pero no encontró nada útil. Finalmente se centró en la rama de su abuela paterna.

"Pero este era un lado de mi familia del que no sabía nada", dice. "No teníamos absolutamente ninguna información sobre ellos".

El apellido de soltera de la abuela de Lennard era Movshovich. La familia había llegado a Estados Unidos desde Lituania a través de Reino Unido, pero se dio cuenta de que habían cambiado su nombre al de Morse para abrir los registros familiares.

Con la ayuda de un genealogista, Lennard y Lance rastrearon a la familia hasta 1700. Luego, localizaron a un primo lejano de Lennard que dijo que tenía un viejo álbum familiar de fotos que podría ser de su interés.

En él encontraron la imagen de un hombre que a Lance le parecíó muy familiar.

"Tenía el uniforme puesto, estaba sonriendo, mirando directamente a la cámara", cuenta Lance. "Se parecía mucho a mi padre (como un gemelo). Era extremadamente atractivo".

Lance guardó la foto de este hombre en uniforme militar como fondo de pantalla de su celular. No podía dejar de mirarlo.

"Sus ojos saltaban hacia mí, creo que esos son mis ojos", dice Lance.

En otras fotografías vio otras similitudes.

"Reconocí la línea del cabello, siempre me pregunté por qué tenía esta línea del cabello tan extraña", dice.

Una historia "interesante"

Pero ¿quién era el hombre de la fotografía que le devolvía la sonrisa a Lance? Nadie sabía nada de él, ni siquiera su nombre.

Pasó otro año antes de que Lennard y Lance finalmente establecieran que era el hijo menor del tío abuelo de Lennard, nacido en 1918.

Se llamaba Charles Morse, se había alistado en la Infantería de Marina en 1940 y había servido en Pago Pago en 1942. El padre de Lance había nacido el año siguiente. Este hombre seguramente tenía que ser el abuelo de Lance.

"Pero no teníamos ninguna prueba contundente", dice Lennard.

Durante su investigación, Lennard y Lance encontraron un documento de homenaje conmemorativo a Charles Morse, quien murió en 2014 a la edad de 96 años. Estaba escrito por un hombre llamado Peter Sellars.

Sellars había sido miembro de la misma organización veterana que Charles. Los dos habían sido grandes amigos. Entonces Lennard contactó a Sellars, quien comenzó a compartir sus recuerdos.

"Parece que Charles fue una persona muy encantadora y simpática", dice Lennard.

Pero Lennard y Lance querían pruebas irrefutables de la conexión de Charles Morse con Eppe, por lo que Lance decidió hacerle a Sellars una pregunta muy directa: ¿tenía alguna historia interesante sobre Charles Morse en el Pacífico Sur?

"¡Sí!" respondió Sellars. "¡Tengo una historia muy interesante!".

El desenlace

Fue entonces cuando les contó a Lennard y Lance que, durante la época de Charles en Pago Pago, este se había enamorado de Eppe, la hija del jefe.

Charles pidió la mano de Eppe en matrimonio, pero su propuesta fue rechazada por su padre y entonces regresó solo a Estados Unidos.

No está claro si él sabía sobre el esposo de Eppe, o si sabía y esperaba en vano que ella pudiera divorciarse de él.

Después de la partida de Charles, Eppe dio a luz a su hijo, Sekele, quien fue adoptado y criado por la hermana de Eppe.

En Estados Unidos, Charles nunca se casó ni formó una familia, y probablemente nunca supo que tuvo un hijo en Samoa Americana.

A finales del año pasado, Lennard y Lance se reunieron por primera vez en San Francisco y visitaron juntos la tumba de Charles Morse en el Cementerio Nacional del Valle de Sacramento.

"Estaba muy emocionado", dice Lance. "Tenía ganas de finalmente ver la lápida y tocarla".

Lance había traído consigo desde Samoa un poco de arena de la playa, algo de tierra y algunas piedras del arroyo donde había estado el campamento de la marina estadounidense, para llevarlos al cementerio.

Lennard esperó mientras Lance se dirigía a la tumba.

"Entonces dejé que saliera todo", cuenta Lance. "Todo tipo de emociones. Fue muy, muy fuerte".

Cuando Lennard se acercó, Lance apoyó la cabeza en su hombro y sollozó.

"Realmente me hizo sentir el poder de esta conexión y el círculo increíble que se había completado", dice Lennard.

"Charles había sido un infante de marina en Samoa, en el mismo lugar desde donde las piedras, el suelo y Lance estaban regresando. El ADN estaba regresando a este mismo lugar donde Charles ahora estaba enterrado y su ADN estaba bajo el suelo.

"Fue algo cósmico".


 

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