Hoy en día utilizamos la palabra 'siameses' para referirnos a aquellos gemelos cuyos cuerpos siguen unidos después del nacimiento.
Pero pocas personas saben que el término proviene de una pareja de hermanos excepcionales que vivieron en el siglo XIX en Estados Unidos.
Los hermanos nacieron en 1811 en Siam, lo que ahora se conoce como Tailandia, hijos de padres chinos.
Se trata de Chang y Eng Bunker, quienes vinieron al mundo unidos por el esternón.
"Chang y Eng no son los primeros hermanos unidos que conocemos. Anteriormente hubo casos bastante conocidos en la historia", le dice a BBC Mundo Yunte Huang, autor del libro "Inseparables: los gemelos siameses originales y su encuentro con la historia estadounidense".
"Por ejemplo en Hungría vivieron dos hermanas en el siglo XVIII que causaron fascinación en la época. Pero Chang y Eng Bunker fueron los primeros hermanos siameses que llegaron a vivir vidas extraordinarias", afirma.
Vendidos como esclavos
De niños Chang y Eng eran conocidos como los "gemelos chinos" por sus vecinos en Siam.
Cuando eran apenas adolescentes un capitán de barco estadounidense les descubrió nadando en el río y decidió llevarles a Estados Unidos.
"Fueron prácticamente vendidos por su madre", explica Huang. "Y cuando llegaron a Estados Unidos les pusieron encima del escenario y los exhibieron como si fueran monstruos".
Como explica Huang, "la América del siglo XIX era un lugar muy puritano y aburrido. Y los espectáculos de variedades eran una de las principales formas de entretenimiento en aquella época".
Los propietarios decidieron comercializarlos como 'gemelos siameses' por ser de Siam y así fue como este término se acabó convirtiendo en su marca.
"Les trataban como esclavos, aunque técnicamente no eran esclavos, ya que habían firmado un contrato de 5 años", explica el autor.
"La audiencia les pedía que se quitasen la ropa para verificar que no había truco, los doctores les examinaban sobre el escenario... nadie les trataba como si fueran seres humanos", dice.
Libertad y dinero
A los 21 años Chang y Eng alcanzaron la edad adulta en Estados Unidos. En vez de bajarse de los escenarios decidieron seguir exhibiéndose ante el público.
"Chang y Eng eran personas muy inteligentes. De ahí viene mi fascinación por ellos," explica Huang. "Siguieron exponiéndose ante un público estadounidense que les veía como infrahumanos, pero esta vez ellos se quedaron con todo el dinero".
"Fueron de escenario a escenario durante siete años e hicieron mucho dinero. Y luego se retiraron".
Chang y Eng eligieron Carolina del norte como lugar de residencia. Compraron tierra y una casa, y en un giro inesperado para dos personas que habían luchado tanto para ser considerados como humanos, se convirtieron en propietarios de esclavos.
Yunte Huang intenta explicar esta aparente contradicción: "Chang y Eng querían alejarse de la multitud, y cuando se retiraron a Carolina del norte se convirtieron en sureños en todos los aspectos".
"En 1832 no había mucha inmigración asiática, así que en cierta medida se mezclaron con la población blanca. Los sureños les veían como 'blancos honorarios', ya que eran famosos y tenían dinero".
"Así que se convirtieron en propietarios de esclavos, se casaron con dos mujeres blancas y cuando llegó la Guerra Civil mandaron a sus hijos a luchar contra los yankees del norte".
Veintiún hijos
Chang y Eng desafiaron los estándares de la época de dos maneras.
Primero, consiguieron adquirir la ciudadanía estadounidense, normalmente reservada para los hombres blancos libres.
Y segundo, se casaron con dos hermanas blancas, en contravención con las leyes antimestizaje del sur.
Fue ungran escándalo y los periódicos de la época dedicaron muchos titulares a la unión.
La dinámica de un matrimonio con hermanos siameses tampoco debía resultar sencilla.
Los gemelos se adhirieron a una rutina muy estricta: compraron dos casas a una milla de distancia la una de la otra, una para la mujer de Chang y otra para la de Eng, y acordaron que pasarían tres días en cada una.
Huang explica que los hermanos también tenían un acuerdo muy riguroso a la hora de tener relaciones íntimas.
"Utilizaron la misma técnica que las hermanas siamesas inglesas Daisy y Violet Hilton, que vivieron en el siglo XX. Una de estas hermanas terminó casándose y, según cuenta en sus memorias, cuando la hermana casada estaba con su marido la otra hermana se apartaba mentalmente de la situación: leía una libro o se echaba la siesta."
"Esto fue lo que hicieron Chang y Eng".
Parece ser que este arreglo funcionó, ya que los dos matrimonios produjeron un total de 21 hijos en las tres décadas que estuvieron juntos.
"Chang tuvo diez hijos y Eng once. Aunque parezcan muchos realmente no era tan inusual para los estándares de la época, sobre todo en Carolina del norte, donde era normal que una pareja tuviera hasta diez hijos", afirma Huan.
La descendencia de Chang y Eng todavía se reúne una vez al año y el autor del libro ha asistido a una de estas reuniones.
Unidos hasta el final
Cabe preguntar si los hermanos quisieron separarse el uno del otro alguna vez.
Huang explica que cuando llegaron por primera vez a Estados Unidos fueron examinados por un doctor muy famoso, quien les dijo que la operación para separarles podía ser muy peligrosa.
Aún así los hermanos consideraron llevarla a cabo antes de casarse, pero sus futuras mujeres les convencieron de que era demasiado arriesgado.
"Ellas les dijeron que les aceptaban tal y como eran", dice Huang.
Pero puede queel desenlace de su historia hubiese sido muy distinto si se hubiese llevado a cabo la operación.
"Chang bebía a menudo, y su salud se deterioró con los años", explica Huang.
"Terminó sufriendo un infarto y tuvo que quedarse en la cama. Esto significa que Eng no podía salir de la cama tampoco, aunque él estaba completamente sano".
Una noche Chang se puso muy enfermo. Cuando Eng se despertó, su hermano había muerto.
Por primera vez en su vida, Eng estaba solo.
"Los hermanos habían acordado que cuando Chang muriese el médico los operaría para que Eng pudiese vivir, pero aquella noche no llegó a tiempo. Y horas más tarde, Eng había muerto".
No se sabe a ciencia cierta por qué Eng murió apenas unas horas después que su hermano.
"Pudo ser que muriese de horror al verse atado a un cuerpo. Pero los médicos especulan que Eng probablemente murió por pérdida de sangre cuando su sistema circulatorio bombeó sangre a través de los vasos sanguíneos que le conectaban con su hermano muerto y no recibió sangre a cambio", dice Huang.
Tras su muerte los médicos realizaron una autopsia para comprender más sobre la anatomía de los siameses.
La autopsia reveló que el hígado de Chang y Eng estaba conectado.
Huan afirma que la historia de los dos hermanos muestra que no hay una sola manera de ser humano: "Chang y Eng vivieron una vida extraordinaria. Y estuvieron juntos hasta el final".