Cuando Rosa Bouglione se casó dentro de la jaula de un león, el pastor, pese a sus mayores esfuerzos, tuvo que quedarse afuera. Que el animal lo atacara hubiera estropeado la boda.
Pero aquel era, sin duda, el lugar indicado para que Rosa diera ese gran paso. Después de todo, fue en una jaula como esa donde comenzó su carrera en el mundo de la danza serpentina, cuando aún estaba en su adolescencia.
Rosa nació en la industria del circo, en una caravana arrastrada por caballos a su paso por Bélgica en diciembre de 1910. Su padre era domador en el negocio familiar, la Casa de Fieras Van Been, y se encontraban de gira por Europa con sus serpientes, osos y leones.
"Nací en una caravana y fue ahí donde dejé mi corazón", escribiría años después en su autobiografía.
A los 17 años, sin embargo, su corazón ya tenía otro pretendiente: se enamoró de Joseph Bouglione, que pertenecía a otra familia circense.
No es de extrañar, entonces, que se dieran el sí entre leones.
Su luna de miel fue tan inusual como su boda: se la pasaron trabajando con el elenco del Show del Lejano Oeste, creado por el cazador y presentador Buffalo Bill Cody.
La vida de Rosa tras unirse a los Bouglione la acercó a la alta sociedad francesa y la hizo famosa, incluso si aún quedaban muchos años para que la actitud de la gente hacia el circo cambiara.
El último adiós
Rosa Bouglione murió el pasado 26 de agosto en París a los107 años.
Su funeral se celebró tres días después en la pista del Cirque d'Hiver Bouglione (Circo de Invierno Bouglione), el local con capacidad para 1.500 personas en el distrito de Le Marais que ella y su marido adquirieron en 1934.
El edificio grande y circular encargado por Napoleón III se convirtió en el centro de operaciones de la familia Bouglione, aunque continuaron viajando por el mundo junto a sus animales, payasos y demás artistas.
Era una vida de vacaciones constantes, según Joseph.
En una entrevista en 2011, Rosa recordó un viaje a Brasil en el que les acompañaron 30 caballos, 10 leones, seis tigres y un oso polar, entre otros ejemplares.
Cuando el capitán del barco intentó lanzar a los elefantes por la borda para reducir el peso de la nave en una tormenta, Joseph amenazó con armar un motín, así que la tripulación acabó deshaciéndose de la carga en vez de los animales.
Capricho animal
Gestionar el circo era toda una hazaña logística: se tenía que cargar y descargar 100 camiones llenos de animales y material cada día, así como empacar 40 toneladas de tela al final de cada presentación.
Además del cuidado de los animales.
La gorila Jacky, por ejemplo, solo bebía agua de la marca Perrier e improvisaba hamacas con las cortinas de los hoteles donde se hospedaba el elenco.
La anaconda le daba un apretón más fuerte de lo normal a las mujeres más atractivas. Coco, un loro grosero, volaba hasta el balcón para gritar "¡Ayuda!" tan alto, que la policía acudía de prisa.
Pese a que eran uno de los apellidos más importantes en el mundo del circo, la familia Bouglione no siempre era bienvenida, como contó Rosa en 2011 al canal de televisión francés TF1.
Eran de origen gitano y a menudo caían sobre ellos sospechas y acusaciones cuando llegaban a un nuevo pueblo.
"Nunca lo entendí", dijo Rosa. "La gente decía que robábamos niños, pero nunca lo hicimos. Teníamos nuestros propios hijos, no necesitábamos robar niños. Pero simplemente les dejamos decir estas cosas".
El Cirque d'Hiver le dio a la familia una plataforma para algunos de sus espectáculos más grandes y exitosos.
Entre ellos estaba La Perla de Bengala, en el que alguien del elenco soportaba toda la fuerza del látigo y damiselas en peligro eran lanzadas a piscinas en las que había serpientes.
Rosa dejó de actuar y se dedicó más al trabajo tras bambalinas. Con el tiempo, el local atrajo a grandes celebridades del mundo del entretenimiento y con frecuencia fue escenario de especiales de televisión en vivo.
La actriz, cantante e ícono afroestadounidense Josephine Baker fue una de ellas y la soprano, María Callas, otra.
Una vez, Callas se acercó demasiado a Joseph Bouglione y casi fue aplastada por un elefante que recelaba de cualquier mujer que no fuera Rosa.
Con el tiempo, Rosa y Joseph le pusieron fin a su vida de eternas "vacaciones" y en 1984 se mudaron a una casa a pocos pasos del circo.
Joseph murió tres años después pero Rosa se quedó en aquella vivienda hasta su muerte, rodeada de varios recuerdos de su carrera. Entre ellos, la piel de Mickey, su mascota leopardo. La colocaba sobre la mesa del comedor y su cabeza daba la impresión de estar gruñendo a los invitados.
Incluso con una edad avanzada, Rosa seguía acudiendo a los espectáculos y le daba su opinión al elenco. "Las actuaciones y los niños volvieron más grandes, pero yo me hice más pequeña", afirmó.
Conciertos y mítines
La industria del entretenimiento de 2018 es muy distinta a la de inicios del siglo XX, cuando Rosa comenzó a bailar en la jaula del león.
En la actualidad, el Cirque d'Hiver también es conocido como un local para conciertos o mítines políticos. La industria además está siendo presionada para que abandone el uso de animales, un debate que llegó a Francia un poco más tarde que a otros países.
Antes de renunciar esta semana, el ministro francés de Medio Ambiente, Nicolás Hulot, aseguró estar en contra de esta práctica y, después de que el pasado mes de noviembre un tigre fuera abatido a tiros tras escapar de otro circo parisino, los activistas renovaron sus peticiones de que se prohíba los espectáculos con animales.
En 2016, la familia Bouglione anunció que dejaría de utilizar a un elefante de avanzada edad después de que un grupo de defensa del medio ambiente acusara al circo de maltratarlo.
Pero, dentro de la familia, hay diferentes posturas respecto a esto.
El pasado mes de mayo, uno de los nietos de Rosa, André, que fundó su propio circo, dijo que dejaría de hacer actuar a animales. "Es debido a mi amor por los animales y por respeto al público que he acabado con eso", le dijo en una entrevista al grupo de activistas 30 Millones de Amigos.
"Vi una encuesta que decía que al 80% de los franceses les importaba los derechos de los animales. Nuestro trabajo es entretener a las familias. Así que si una gran mayoría de las familias cree en eso, no podemos seguir haciendo algo que las moleste".
Sin embargo, otro nieto, Francesco, que dirige ahora el Cirque d'Hiver, ha prometido continuar usando animales y ha condenado lo que él llama "ecoterrorismo".
El año pasado, le dijo al periódico Journal du Dimanche: Estamos cansados de que se nos manche con falsas acusaciones, sin mencionar las protestas que se hacen frente a nuestras carpas y los actos de sabotaje. Esto no acabará bien".
Rosa Bouglione deja un total de 55 hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, así como un apellido que se luce sobre la entrada del Cirque d'Hiver.
Su familia afirmó en un comunicado que ella era "la indiscutible reina del mundo del circo" y que "conservó con ella su pasión por el circo hasta el final".
El 6 de octubre se inaugurará en el Cirque d'Hiver Extra, un nuevo espectáculo en honor a la vida de Rosa.