Tras su controvertida protesta en la alfombra roja de los Grammy Latinos, en los que expuso sus senos, la cantante chilena Mon Laferte ha decidido explicar las razones por las que decidió involucrarse en el movimiento social que se lleva a cabo en su país natal.
En un podcast producido por BBC Sounds, la cantautora de 36 años habló de su infancia, que recuerda como un ejemplo de la desigualdad y la "injusticia social" que desataron las protestas en el país sudamericano.
"Yo nací durante la dictadura, en un barrio pobre en la costa", afirma, y explica que su familia vivía en una vivienda social ofrecida por el Estado chileno, ubicada en un "sector complicado" en Viña del Mar, en el centro del país.
Al principio, su casa no tenía piso, ni puertas ni llaves. Pero entre su mamá, su papá y su hermana, trabajaron durante "mucho tiempo" tratando de mejorarla.
Su papá laboraba como constructor y carpintero y su mamá era ama de casa. Frecuentemente a la familia el dinero no le llegaba al final del mes. "A veces ni siquiera hasta la mitad del mes", agrega la cantante.
Pero su situación familiar empeoró aún más cuando Laferte tenía 13 años y su padre se fue de casa y solo quedó el sustento de su madre. Un evento que obligó a la cantante a dejar sus estudios y a dedicarse a la música.
"A los 14 años empecé a cantar", una manera de intentar ayudar a su familia, según dice.
Debido a su experiencia de primera mano y el contacto con la pobreza que conoció desde muy temprana edad, la cantante afirma que le pareció "natural" involucrarse en las protestas.
"Toda la sociedad chilena está furiosa por la desigualdad (existente en el país)", dice al mismo tiempo que señala la importancia de tomar parte en el movimiento que busca "intentar solucionar los problemas sociales" que afectan al pueblo chileno.
Laferte asegura que de no haber sido por la música no sabe que habría sido de su vida. "La música me salvó", concluye.
Esta no es la primera vez que la cantante expresa su apoyo por las protestas en Chile.
El pasado jueves, Mon Laferte aprovechó la alfombra roja de los Latin Grammy para enviar un mensaje, con los senos al descubierto, contra la represión de los manifestantes en Chile, país que atraviesa una de sus mayores crisis sociales desde la vuelta de la democracia en 1990.
"En Chile torturan, violan y matan", se leía sobre la piel de la cantante.