¿Por qué unos hackers estaban tan interesados en el acuario de un casino de Las Vegas?

El dueño del casino quería darle un estilo más elegante a su negocio, pero nunca se imaginó que el acuario que instaló en la entrada, abriría una puerta de acceso a la red computacional. Y los hackers aprovecharon esa oportunidad.

El casino había protegido sus sistemas con antivirus y cortafuegos, pero se les olvidó que el acuario estaba conectado a la red, con el objetivo de que la temperatura y la calidad del agua fuese monitoreada automáticamente.

Los hackers detectaron esa falla e ingresaron al sistema para tratar de robarse la información bancaria de los clientes más acaudalados a través de la futurista instalación marina.

Pero cuando los hackers estaban a punto de obtener los datos, una empresa de seguridad cibernética detectó el ataque e interceptó la operación.

"El paraíso de los hackers"

"Lo detuvimos justo a tiempo y no lograron hacer daño", dice Nicole Eagan, directora ejecutiva de Darktrace.

"Pero mientras más y más aparatos electrónicos son conectados a internet, se ha creado un verdadero paraíso de hackers".

Darktrace, fundada en Cambridge, Inglaterra, en 2013, tiene 650 empleados, muchos de los cuales son exespías de agencias como MI5, MI6 y la CIA.

Junto a ellos trabajan matemáticos que desarrollan los software de seguridad, utilizando herramientas provenientes de la inteligencia artificial y los complejos procesos de aprendizaje de las máquinas con algoritmos.

Por ahora la empresa no ha logrado ser rentable. El último año la compañía tuvo ingresos por unos US$42 millones y pérdidas sobre las cuales no quieren informar.

Aparentemente la empresa no ha reportado ganancias porque está en una etapa de fuerte inversión, según dice Eagan.

La competencia en este mercado es dura y son muchas las firmas que intentan conquistar a clientes corporativos que poseen valiosa información.

Un negocio disputado

Los ataques pueden provenir de organizaciones criminales, de gobiernos o de un empleado molesto con la corporación.

Como en algunos casos los ataques son sumamente sofisticados, las empresas que se dedican a la seguridad cibernética buscan patrones o conductas irregulares en las redes de sus clientes, que les permitan descubrir anomalías.

"Tradicionalmente las compañías de seguridad cibernética tenían que conocer la apariencia de un virus para poder detectarlo", dice el experto en seguridad informática de la Universidad de Surrey, Alan Woodward.

"Pero con el aprendizaje de las máquinas a través de algoritmos, las empresas buscan conductas maliciosas o las primeras manifestaciones de un virus, más que detectar el virus en sí mismo".

"La idea es poder reaccionar más rápidamente", dice Woodward.

Ese es el objetivo de una gran cantidad de empresas dedicadas a este negocio, que luchan diariamente por innovar y adelantarse a los hackers.

"Hay una especie de carrera armamentística en la industria de la seguridad cibernética. Y en ese sentido, la inteligencia artificial lleva la delantera".

El boom del mercado

En el mercado de la ciberseguridad hay empresas que nacieron para dedicarse exclusivamente a este rubro, así como otras que partieron como divisiones de grandes gigantes tecnológicos y luego tomaron vida propia.

Suele hablarse de las "cuatro grandes" del área: Deloitte, EY, PwC y KPMG, consideradas como las mayores firmas de seguridad informática.

Y sus ventas han crecido año tras año porque los clientes corporativos han visto que un ataque de grandes proporciones puede afectar su credibilidad y su presupuesto.

Según un informe de la consultora Grant Thornton, el costo estimado del crimen informático para el sector privado fue de aproximadamente US$280.000 millones en 2016.

Y como es un mercado que no para de crecer, inversionistas han estado apostando sus cartas a startups que intentan abrirse paso en este sector, muchas de las cuales incluyen en su plan de negocios la incorporación de inteligencia artificial que les ayude a contrarrestar las operaciones de los hackers.

Publicidad