Puede parecer que el "trolling" (o ataque online) de mujeres es un subproducto desagradable de la era de internet.

Pero, de hecho, las tácticas utilizadas son notablemente similares a las empleadas en la antigüedad.

Esto se ve especialmente si se compara los ataques contra Greta Thunberg con la forma en la que los antiguos griegos trataban a las mujeres "histéricas".

Las niñas y mujeres que realizan denuncias o expresan opiniones a menudo son atacadas en internet, con la intención de intimidarlas y silenciarlas.

La activista climática Greta Thunberg es un excelente ejemplo de esto.

A medida que la adolescente continúa hablando sobre los problemas ambientales inminentes causados por el cambio climático, está sujeta a una cantidad cada vez mayor de abuso.

En repetidas ocasiones ha sido llamada "histérica" y "enferma mental", y ha sido objeto de amenazas de muerte en las redes sociales.

El mito de la "mujer histérica"

Si bien estas plataformas online son relativamente nuevas, las amenazas en sí no lo son.

Para quienes nos especializamos en estudios antiguos, es fácil detectar un patrón aquí que se remonta a lo largo de milenios.

Ya hace 2.500 años, en la antigua Grecia, las niñas y las mujeres eran controladas de manera similar.

Greta se ha convertido, para muchos, en un ícono de resistencia y alguien que desafía al poder con la verdad. En esto, se parece a la mítica heroína griega Antígona.

 


Antígona es apenas una adolescente cuando se rebela contra su tío Creon, el cada vez más tiránico Rey de Tebas.

Al igual que Greta, arriesga su seguridad por una causa en la que cree y se niega a ser intimidada por políticos poderosos o por lo que piensan otros.

Y al igual que Greta, la fuerza de Antígona se ve socavada por creencias misóginas, ya que Creon afirma que está loca.

Esa parte del mito refleja una visión común de esa época, una que aún continúa en la actualidad.

Un antiguo texto médico griego nos dice que chicas como Antígona, que tenían la edad suficiente para casarse pero que no lo habían hecho, tenían enfermedades mentales.

Se pensaba que eran "histéricas", una idea que se origina en la antigua Grecia.

También se creía que estas jóvenes eran demasiado sombrías, obsesionadas con la muerte.

Uno podría imaginarse a un griego antiguo comentando sarcásticamente que Antígona "parecía una niña muy feliz esperando un futuro brillante y maravilloso" (como tuiteó sarcásticamente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en referencia a Greta).

Misoginia en la era de las redes sociales

2.000 años más tarde, la creación de las redes sociales ha hecho que la misoginia, que ya estaba naturalizada culturalmente, tome formas particularmente dañinas.

Estas plataformas han permitido ataques anónimos y han habilitado campañas que apuntan contra mujeres individuales.

Las mujeres que están en la esfera pública ahora pueden esperar ser bombardeadas con memes y amenazas en las redes sociales por una brigada de trolls en línea.

Esto a veces implica que publiquen información personal, como sus direcciones y números de teléfono, una táctica conocida como "doxxing".

Con el paso del tiempo, estos trolls se han vuelto más experimentados y sofisticados en su uso de las redes sociales para amenazar a las mujeres que hablan y asustar a las demás para que permanezcan en silencio.

Estos ataques a veces son exacerbados por el racismo, el antisemitismo y la transfobia.

Entonces, ¿cuál es la solución? Un enfoque es negarse a hacer la vista gorda ante los atacantes y enfrentarlos.

Esta es la postura que adoptó la profesora inglesa de estudios clásicos Mary Beard, a quien la revista The New Yorker apodó afectuosamente "la asesina de trolls".

En un notorio incidente, cuando un estudiante universitario de 20 años le tuiteó insultos sexuales gráficos, uno de los seguidores de la académica lo reconoció y le ofreció informar a su madre sobre su comportamiento.

Cuando la BBC le preguntó a Beard qué le diría al joven, ella respondió: "Lo llevaría a tomar un trago y le daría una paliza en el trasero".

Pero incluso si pudiéramos identificar a todos los abusadores en internet, el enfoque de la profesora Beard no necesariamente parece práctico o deseable: piensa en el tiempo, el dinero y la energía que tomaría.

¿Es "matar a los trolls" la respuesta?

Otra táctica es unirse contra los trolls o frenarles el paso.

Un nuevo hashtag, #TeamMuskOx (Equipo Musk Ox), alienta a los usuarios de las redes sociales a apoyar a las mujeres que hablan sobre el cambio climático en línea, al impulsar las interacciones positivas y al reportar, silenciar o bloquear respuestas abusivas.

El nombre "musk ox" se refiere a la práctica de los bueyes almizcleros que forman un círculo alrededor de miembros vulnerables de la manada para protegerlos.

Las propias plataformas de redes sociales también han intentado abordar el problema, implementando políticas antihostigamiento más estrictas y restringiendo las cuentas de trolls influyentes.

Esto a menudo genera quejas de que la libertad de expresión está siendo limitada.

Estas objeciones apuntan a los valores centrales de la sociedad moderna: ¿cómo podemos preservar la libertad de expresión mientras creamos un internet donde las futuras Gretas no serán objeto de tanto abuso?

Además, la eliminación de plataformas por sí sola puede no ser suficiente para combatir la misoginia arraigada en todos los niveles de nuestra sociedad.

Libertad de expresión vs. responsabilidad social

Los antiguos griegos podrían servirnos para resolver este dilema.

Ellos también apreciaban la libertad de expresión. Tenían la palabra "parresía", que significaba hablar con franqueza.

Sin embargo, se creía que la parresía debía practicarse conjuntamente con otro valor fundamental: "aidos".

Aidos esencialmente significa verte a ti mismo como un ser social que está conectado con tus semejantes.

Significa tener respeto hacia los demás.

Entonces, la libertad de expresión, para los antiguos griegos, alentaba un debate político robusto, pero combinado con un sentido de respeto.

Esto hubiera hecho que atacar anónimamente a mujeres o enviarles insultos pornográficos no hubiera sido socialmente aceptable.

Imagine un futuro donde los niños se críen con una sensación de aidos, de una mayor conectividad y conciencia de sus responsabilidades sociales.

Las redes sociales pueden ayudar aquí; no tienen que ser solo una herramienta de masculinidad tóxica.

Los griegos también tienen otra lección para nosotros. Es que siempre hay un final alternativo para la historia.

El mito de Antígona que la mayoría de la gente conoce termina en tragedia para Antígona y para Creon.

Pero había otra versión del mito en el que Antígona sobrevivía, se casaba y tenía un hijo.

El niño, por supuesto, simboliza el futuro. Un resultado diferente siempre es posible. Solo tenemos que cambiar el guión.


Sobre este artículo

La BBC encargó este análisis a dos expertas que trabajan para una organización externa.

Donna Zuckerberg es editora en jefa de la revista de clásicos en línea Eidolon, y autora de "Not All Dead White Men: Classics and Misogyny in the Digital Age" (No todos son hombres blancos muertos: clásicos y misoginia en la era digital). Su hermano es el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.

Helen Morales es profesora de Estudios Helénicos en la Universidad de California y autora del próximo a salir "Antigone Rising: The Subversive Power of the Ancient Myths" (La rebelión de Antígona: El poder subversivo de los mitos antiguos).

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