Fuera del escenario, la chilena Natalia Valdebenito se ríe de todo. Sobre el escenario se ríe, sobre todo, de la opresión sexual y de la desigualdad de género.
Con sus monólogos ha logrado poner el foco sobre temas de los que cuesta mucho reírse, como el abuso sexual o el aborto. Fue la primera humorista en Chile que puso sobre la mesa cuestiones con un show que despierta el interés de una audiencia nacional e internacional.
Valdebenito se hizo especialmente famosa en el Festival de Viña del Mar de 2016.
"Lo que queremos es que nos dejen de pegar, agredir, faltar el respeto en la calle, subestimar, acosar, matar y violar", dijo entonces ante más de 15.000 personas en directo y frente a varios millones de televidentes de toda América Latina.
A partir de ese momento, se asumió y presentó como feminista ante su público. "A nosotras nos enseñaron a ser señoritas, pero a ustedes no les enseñaron a no violarnos. Eso es una huevada muy rara", dijo.
Con el paso del tiempo esta mujer de 39 años se ha descubierto a sí misma como activista y ha logrado compaginar su trabajo como comediante con su lucha por los derechos de las mujeres.
"Cuando me bajé de ahí me di cuenta de que la palabra feminista molestaba, dolía, había mujeres que la tenían guardada y no la habían dicho aunque vivían como feministas o intentaban hacerlo. Pero siempre en la sombra. Vi violencia al respecto, vi amenazas hacia mi persona por hacer chistes con esto", afirmó en una reciente entrevista con BBC Mundo en Londres.
"Me llegaron historias de mujeres que esa noche acabaron su relación. A otras las golpearon porque se rieron esa noche. Quedé impactada. Me pregunté ¿Qué hago? ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Sigo? ¿No sigo?".
De las ventajas de ser rubia al activismo
Valdebenito cuenta que haber nacido bajo el régimen militar de Augusto Pinochet, en el que estaba prohibido hablar fuerte, la convirtió en alguien que "observa y escucha".
Estas dos cualidades dice que le han permitido recolectar anécdotas cotidianas que más tarde refleja en sus espectáculos.
"En mis primeros shows hablaba sobre las ventajas de ser rubia. Justo el otro día hacía un análisis de lo superficial que en algún momento este trabajo pudo ser. Me di cuenta de que tenía algo en mis manos, una herramienta, una metralleta, un arma: la palabra. Yo al principio no lo sabía y entonces todo fue muy superficial hasta que empecé a ver que tenía algo entre manos. Al principio los temas eran bien fome. Divertidos, pero sin fondo."
Muy diferente a lo que ocurre ahora con sus shows "Gritona" y "Sin Miedo" que la han llevado a ser la primera humorista latinoamericana en lanzar un álbum de comedia en español en Spotify y a tener un especial de una hora en Netflix.
"Lo cierto es que mi comedia ha ido creciendo gracias al activismo y mi activismo puede sobrevivir gracias a la comedia. Primero fue la comedia, luego se encontró con el activismo. Se aman, se pelean, se nutren y ahora ambos se hacen el amor", afirma.
Su público
Si tuviera que definir a su público con una palabra, Valdebenito escogería diverso.
Homosexuales, lesbianas, transexuales y mujeres de distintas nacionalidades y etnias ocupan asientos en los shows de esta chilena que nos cuenta que siente que tiene un lugar especial dentro de la comunidad LGBTI. Mucho más que dentro del mundo heterosexual.
Y, pese a que cada vez más la audiencia masculina aumenta en sus espectáculos, la chilena recibe frecuentemente insultos por parte de hombres que la llaman "feminazi y comunista".
Etiquetas que aprovecha a su favor para incluir lo político como uno de los temas que, según ella, causan más escozor entre su público.
"Me encanta cuando se ponen bravos. A mí todo me sirve, yo juego con todo. Es atractivo y hace que el show se convierta en algo más contundente".
Salto internacional
Luego del éxito local que tuvo su show "Gritona", el siguiente paso fue crear "Sin Miedo", su más reciente stand up comedy que, según afirma, escribió con miedo.
"Sin miedo en realidad lo escribí cagada de miedo, estaban pasando cosas que nunca había sentido, un acoso que nunca había sentido, una violencia en mi contra que nunca había visto ni vivido en mi vida a propósito de mi discurso", recuerda.
"Fue entonces cuando decidí hacerme cargo de ese sentir y tratar de que mi mensaje también le pudiera ayudar a otros. ¡Vamos sin miedo, vamos con toda, igual salimos a la calle, igual nos metemos en una relación, igual entramos a un trabajo que puede ser de un mundo masculino. ¡Pero vamos sin miedo!".
Y fue así como despidió este año y se presentó no solo en Chile, sino en otros países de América latina y de Europa, donde recientemente tuvo llenos totales en los teatros que visitó.
Fuera de los escenarios
Cuando no está sobre un escenario, se sienta detrás de un micrófono. La radio es otra de sus grandes pasiones. Un lugar que prefiere habitar dentro del espectro web en lugar del FM porque en internet no pueden silenciar todo lo que quiere decir.
"Mientras en mi país sea más grave robar un celular que pegar a una mujer, yo no me voy a callar", dice.
Ya son 14 años de camino recorrido como comediante y actriz.
Años en los que también ha tomado decisiones personales como la de no ser madre y dedicarse a ser tía de los hijos de su hermana. Esa es la familia que quiere cuidar: sus hermanos, sus sobrinos y sus padres.
"Yo decidí no ser madre porque lo pensé. Pensé cuánto de mi vida invierto en esto, de mi cuerpo, de mi energía. A las mujeres que han decidido no ser madres les diría que miren a su alrededor, hay muchas más de las que creen", afirma.
"No se sientan presionadas. No hay nada que las pueda presionar a hacer algo tan potente e importante. Porque tener un hijo es muy importante", añade.