¿Te preguntaste alguna vez a quién le pagan cuando escuchas un tema musical exitoso?

Tal vez hayas gastado dinero para comprar música o te suscribiste a un servicio de reproducción (streaming). O quizás los creadores de una serie de televisión o un comercial hayan pagado para usar una canción.

Pero ¿quién se beneficia de ese dinero?

Primero, las personas que la cantaron y tocaron (o algunas de ellas), los compositores, la compañía discográfica?

Pero la lista no acaba allí. En la actualidad, las canciones pueden tener hasta accionistas.

El fondo Hipgnosis Songs está actualizando constantemente un catálogo de canciones exitosas e invitando a grandes inversores a compartir las ganancias.

Eso quiere decir que un grupo mucho más amplio de personas puede tener un ingreso de las regalías musicales.

Hipgnosis Songs cotiza en la Bolsa de Valores de Londres desde julio de 2018 y recientemente publicó sus primeros resultados anuales.

El hombre que lo fundó, Merck Mercuriadis, dice que se puede invertir en canciones exitosas tanto "como en el oro o el petróleo".

¿Qué significa eso exactamente?

Mercuriadis tiene un sólido historial en la industria de la música, ya que representó a artistas como Beyoncé, Elton John, Iron Maiden y Guns N' Roses.

"Tengo 35 años de experiencia en este negocio, administrando la carrera de algunos de los mejores artistas de todos los tiempos, y sé cuando una canción es buena o no", dijo a la BBC.

Sin embargo, las canciones que compra Hipgnosis tienen que tener un historial de ganancias.

"No especulamos con nuevas canciones. Los éxitos que compramos tienen fuentes de ingresos predecibles y confiables y un historial que se remonta a muchos años".

Mercuriadis dice que las canciones son "activos no correlacionados". Eso significa que su rendimiento no está sujeto a eventos aleatorios, como los tuits de Donald Trump o la incertidumbre por el Brexit.

"Cuando la gente lo pasa bien, lo celebra con música. Cuando los tiempos son difíciles, la gente usa la música como su escape. Por lo tanto, la música siempre se consume", opina.

¿Cómo empezó todo?

La idea de invertir en canciones se remonta al menos a 1997, cuando David Bowie convenció al mundo financiero de comprar valores que le dieran a la gente una participación en sus regalías durante 10 años.

Estos "bonos Bowie", que fueron adquiridos por el gigante de seguros estadounidense Prudential Financial por US$$55 millones, comprometieron a Bowie a pagar a sus nuevos acreedores con ingresos futuros y dieron un rendimiento anual fijo de 7,9%.

Pero esto pudo suceder porque Bowie vendía su propia propiedad intelectual. Hipgnosis, por otro lado, compra deliberadamente los derechos de las canciones de otras personas, tratándolos como un activo que puede proporcionar un ingreso estable.

Sus cifras muestran que, a fines de marzo de este año, había gastado 120 millones de libras (US$150 millones) en la compra de los derechos de 3.096 canciones.

Y siguió comprando hasta alcanzar las 5.891 canciones, en la actualidad.

¿Conoces alguna de estas canciones?

Probablemente escuchaste Umbrella de Rihanna, que pasó 10 semanas en el número uno en el ranking de Reino Unido en 2007.

La canción fue escrita por Rihanna con Christopher "Tricky" Stewart, Kuk Harrell y The Dream (nombre real Terius Youngdell Nash).

El fondo Hipgnosis posee el 100% de la participación de Tricky Stewart y el 75% de los derechos del tema musical de The Dream, habiendo hecho tratos con los dos compositores.

"Tricky" Stewart y The Dream también se unieron a Beyoncé para escribir su canción Single Ladies (Put a Ring on It), por lo que Hipgnosis también es dueño de una parte del tema.

Tal vez su mayor adquisición individual sucedió el pasado mayo, cuando compró el catálogo de 1.068 canciones del músico de Eurythmics Dave Stewart.

Y el premio mayor es en la colección de Stewart es Sweet Dreams (Are Made of This), que escribió con Annie Lennox, un éxito que parece garantizar ingresos futuros.

Sin embargo, Mercuriadis dice que el objetivo de Hipgnosis no solo es sentarse y esperar a que llegue el dinero.

"Gestionamos las canciones de forma activa mucho mejor de lo que se hizo hasta ahora", asegura.

Muchas de las grandes discográficas tienen hasta 20.000 canciones por empleado, por lo que cada canción no recibe tanta atención.

En el caso de Hipgnosis, hay un equipo de 15 personas trabajando en el catálogo, lo que significa alrededor de 300 canciones por persona.

"Tratamos cada canción como si fuera un negocio por derecho propio", describe.

Eso significa maximizar las oportunidades para que esa canción genere ingresos, ya sea en comerciales de televisión, videojuegos o en versiones de nuevos artistas.

¿Cuál es la trampa?

El crecimiento de la reproducción de música por internet es fundamental en todo esto.

Antes, cuando los CD gobernaban, los consumidores hacían un pago único para comprar un álbum.

Ahora, sin embargo, la música por internet significa un flujo continuo de ingresos. Esos pagos de Spotify, Deezer y Apple Music pueden ser pequeños, pero siguen llegando.

Mercuriadis menciona una investigación de JP Morgan que pronostica un gran crecimiento en el número de usuarios de servicios de transmisión, de 200 millones en la actualidad a unos 2.000 millones en todo el mundo para 2030.

"Lo que la reproducción por internet hizo es que le ha dado al usuario una forma más conveniente de consumir música, y eso es algo por lo que están dispuestos a pagar", dijo.

Sweet Dreams (Are Made of This) se sigue reproduciendo en los servicios de transmisión 36 años después de su lanzamiento. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que seguiremos escuchando Umbrella en 2043.

Hipgnosis está tomando una nota sobre la viabilidad futura de las melodías que compra. Pero al igual que en el mercado de commodities, los activos (en este caso inversiones musicales) suben y bajan.

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