Los restos de un nuevo misterio aparecieron hace poco en una antigua tumba de China.
Se trata de los huesos de una especie de mono gibón de la que no se tenía registro y que todavía desconcierta a los científicos.
La llamaron Junzi imperialis y, de acuerdo con un estudio de la Sociedad Zoológica de Londres publicado en la revista Science, podría ser el primer mono que desapareció como resultado directo de las acciones humanas.
"Todos los monos del mundo ?chimpancés, gorilas, orangutanes y gibones? están hoy en peligro de extinción debido a las actividades del hombre, pero no se creía que ninguna especie de simio se hubiera extinguido como resultado de la caza o la pérdida del hábitat", explica Samuel Turvey investigador principal del estudio.
"Sin embargo, el descubrimiento del Junzi cambia esto y resalta la vulnerabilidad de los gibones en particular", agrega.
Primer emperador
El cráneo parcial del Junzi se encontró en una cámara funeraria que data de hace unos 2.300 años en Shaanxi, en el centro de China, junto con los huesos de otros animales, como un lince, leopardos y un oso negro.
La tumba, y quizás el simio, pudo haber pertenecido a Xia Ji, la abuela del primer emperador de China, Qin Shi Huang, quien ordenó la construcción de la Gran Muralla y los Guerreros de Terracota.
El modelado por computadora de alta tecnología muestra que el mono es una nueva especie, del género de gibón, que probablemente vivió hasta hace unos cientos de años.
Se cree que los gibones eran muy apreciados en la cultura china y se les mantenía como mascotas de lujo.
Según Helen Chatterjee, otra de las investigadoras, es casi seguro que la desaparición de este animal es evidencia de intensas presiones humanas sobre el medio ambiente durante ese período de la historia.
"Nuestros datos históricos muestran que estos factores causaron un desplazamiento de los gibones hacia el sur de China y, en el caso de los Junzi, llevó a su eventual extinción", afirma.
Qué son los gibones
Los gibones son un género de monos que se consideran los simios más pequeños del mundo y se encuentran en las selvas tropicales de Asia.
Son conocidos por sus sonidos inquietantes y su capacidad para columpiarse entre las copas de los árboles con sus largos brazos.
La mayoría de las especies de gibón se ven amenazadas por la destrucción de los bosques, la caza y el comercio ilegal.
De hecho, dos especies han desaparecido recientemente en China y todas las supervivientes están clasificadas como "en peligro crítico" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Un gibón chino, el de Hainan, es probablemente el mamífero más raro del mundo, del que quedan solo 26 individuos.