El cambio climático es una de las mayores amenazas para la vida en el planeta. Pero el principal motor para la disminución de la biodiversidad es el "consumo humano desenfrenado" es

Así lo plantea un nuevo informe de la organización conservacionista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWW por sus siglas en inglés). Algunas de las cifras más interesantes del reporte se pueden ver al final de este artículo.

El reporte muestra que uno de los mayores impactos se observan en América Latina.

"Centro y Sudamérica han sufrido una dramática disminución del 89% de poblaciones de especies en comparación con 1970", dice el informe.

Como ejemplo, menciona que el 20% de la Amazonía ha desaparecido en solo 50 años.

Para WWF la conclusión es clara: "La actividad humana está empujando hasta el límite los sistemas naturales del planeta de los que depende la vida sobre la Tierra".

El mapa del consumo

El informe de WWF incluye el mapa del consumo de recursos naturales a nivel mundial que vemos arriba.

Este mapa mide la llamada huella ecológica, que es la relación entre el número de habitantes de un país y su consumo de recursos naturales, así como la cantidad de dióxido de carbono que generan en ese proceso.

América Latina no es la región con una mayor huella ecológica, ese lugar lo ocupan Estados Unidos, Asia, Europa y Australia.

En el continente, los países con mayor huella ecológica son Chile, Argentina y Paraguay, según los datos de la organización Global Footprint Network (GFN), que recoge WWF en su informe.

A primera vista, se podría pensar que países con mayor población como México o Brasil tendrían mayor huella ecológica, sin embargo, con relación a su número de habitantes, estos dos países requieren menos tierras y agua para producir todos los recursos que consume, según los indicadores de GFN.

Pero la huella ecológica es solo una parte del panorama.

Otro concepto, llamado "biocapacidad", mide la capacidad que tiene un ecosistema para regenerar lo que la gente toma de ellos.

Según estos indicadores del GFN, lo ideal es que un país tenga una biocapacidad alta y una huella ecológica baja.

La relación entre esos dos indicadores indica si un país tiene una reserva o un déficit de biocapacidad.

Así, por ejemplo, aunque México tiene menor huella ecológica que Argentina, también tiene menos biocapacidad, con lo cual aparece en déficit en los informes del GFN.

En todo caso, más allá de la realidad de cada país, en América Latina hay varios factores que están acelerando su pérdida de biodiversidad.

Según Roberto Troya, vicepresidente para América Latina y el Caribe de WWF, esta pérdida de los ecosistemas en la región está relacionada con la expansión de tierras para uso agrícola, lo cual causa pérdida de bosques; el desarrollo de infraestructura como carreteras, y el hecho de que el continente es un gran productor de materia prima, mediante actividades como la minería, por ejemplo.

Según Troya, estamos perdiendo biodiversidad a una velocidad "insostenible".

"No nos oponemos a un desarrollo, pero que sea un desarrollo balanceado con la naturaleza", dice.

Para ello, Troya plantea que la solución está en "consumir inteligentemente" y que tanto las personas como los gobiernos se comprometan a realizar "un nuevo pacto de la naturaleza y el ser humano".

Cifras preocupantes

Estos son algunos de los datos que incluye el reporte de WWF sobre la situación del planeta:

  • La población global de vertebrados disminuyó en promedio un 60% entre 1970 y 2014
  • El 20% de la Amazonía ha desaparecido en solo 50 años
  • La Tierra ha perdido aproximadamente la mitad de sus corales de aguas someras en los últimos 30 años
  • Las poblaciones de agua dulce, en particular, han disminuido en 83% desde 1970.
  • El 90% de las aves marinas del mundo tiene fragmentos de plástico en el estómago; en 1960 la cifra era de 5%.
  • Centro y Sudamérica han sufrido una dramática disminución del 89% de poblaciones de especies en comparación con 1970.
  • El área de hábitat adecuado para mamíferos disminuyó en un 22% de 1970 a 2010. La mayor disminución estuvo en el Caribe, donde superó el 60%.
  • En el siglo XX, los peces de agua dulce han sufrido la tasa de extinción más alta entre los vertebrados a nivel mundial.
  • En los últimos 50 años, la temperatura promedio global aumentó 170 veces más que la tasa de referencia.

 

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