¿Te han "kondeado"?

La gurú japonesa del orden, Marie Kondo, se ha vuelto tan famosa que su apellido ahora se está usando como un verbo para referirse al acto de ordenar meticulosamente.

Si no tienes el tiempo o la habilidad para organizar todo lo que has acumulado en tu casa durante años, ¿a quién llamarías?

¿Qué personas disfrutan ordenando el desastre de los otros y ganan dinero con eso?

Lizzie Grant renunció a su trabajo de casi US$80.000 en Londres y a una carrera de seis años como abogada de asuntos familiares, para convertirse en una profesional del orden.

Cuenta que su experiencia en asuntos legales le permitió desarrollar muchas habilidades transferibles a otras áreas.

"Siempre me ha encantado ordenar, pero no me había dado cuenta que podía ser un trabajo hasta que busqué en Google y descubrí que había toda una industria".

"Tomé un riesgo calculado y pensé que si no funcionaba, al menos lo habría intentado", dice.

Lizzie cobra cerca de US$50 por hora, con un mínimo de tres horas por sesión, con la esperanza de que algún día logrará alcanzar su salario anterior.

"Cuando estoy en la casa de alguien, revisamos en conjunto sus pertenencias. Las sacamos de los muebles, las organizamos en categorías y luego -dependiendo qué cosas provocan más estrés- discutimos qué quieren conservar en sus vidas, qué les sirve ahora y de qué se quieren deshacer".

Nina, londinense de 57 años, llamó a Lizzie para que le ayudara en una mudanza, porque le parecía muy difícil deshacerse de "toda una vida de adquisiciones".

"No quiero deshonrar a las personas que me han dado regalos, no quiero tirar las cosas a la basura. Me gusta encontrarle un uso a todo lo que tengo".

"Pero con tantas cosas, eso no es realista, y he aprendido que tengo que vivir con menos", dice.

Nina cuenta que para ella era importante encontrar a una persona en la que pudiera confiar.

"Me gustó la experiencia de Lizzie porque sé que los abogados de familia tienen que lidiar con mucho caos emocional".

"Tenía que pasar por un proceso emotivo y necesitaba una persona que entendiera la importancia de la confidencialidad".

A eso se refiere precisamente Marie Kondo en sus publicaciones y en la serie de Netflix donde participa, cuando habla del orden de las cosas como una forma de ordenar tu vida.

"Cuando ordenas tu casa, también ordenas tus asuntos y tu pasado", dice la japonesa.

Su método gira en torno a la idea de quedarse solamente con las cosas que más aprecias y eliminar "todo aquello que no te transmita alegría".

El método ha comenzado a extenderse y los organizadores profesionales están proliferando en distintas partes del mundo, incluyendo países como Japón, Chile, Australia, Canadá y Dubái.

En Estados Unidos, por ejemplo, la Asociación Nacional de Profesionales de la Productividad y la Organización tiene más de 4.000 miembros, mientras que en el Reino Unido, la Asociación de Profesionales Ordenadores y Organizadores (APDO, por sus siglas en inglés) cuenta con unos 300.

La mayoría son mujeres.

Espiritistas, amas de casa y empresarios industriales

Shivani Gulati en Gurgaon, India, cobra unos US$14 por hora por sus servicios profesionales como organizadora, un trabajo que ha realizado por casi cinco años.

"Trabajé como diseñadora de interiores durante 20 años. Para mí, fue un cambio natural".

Shivani cuenta que entre sus clientes hay espiritistas, amas de casa y empresarios industriales.

"Son personas muy ocupadas, que no tienen el tiempo para mantener el espacio, pero tienen el dinero", explica.

Lo que hace es categorizar las pertenencias y les propone un tiempo para tomar decisiones.

"Pero los indios no se desprenden de las cosas fácilmente", apunta.

Shivani piensa que desde la época de la partición de India en 1947, las generaciones mayores experimentaron la pérdida de muchas posesiones y por lo tanto, prefieren mantener las cosas "por si acaso".

En cambio, las generaciones más jóvenes son más proclives a deshacerse de los objetos.

En Estados Unidos, la idea de contratar los servicios de una persona para organizar tus cosas tiene una historia más larga.

Rhea Becker ofrece sus servicios como la "Reina del Desorden" de Boston. Escritora y editora, lleva haciendo este trabajo por 16 años.

Les cobra entre US$75 y US$125 la hora. Pero advierte que es un trabajo de alta demanda.

"Cuando conoces a los clientes, generalmente están estresados. de modo que debes tener habilidades para el manejo de las relaciones interpersonales".

"También tienes que ser físicamente capaz de levantar objetos pesados y tener mucha resistencia".

Y además se requiere mucha fortaleza mental, agrega.

Cambio de carrera

Para Annelies Mentink, el trabajo en la esfera del orden la llevó a otro empleo. Es la autora de un libro sobre cómo ordenar y está trabajando en otro que publicará a finales de este año.

Pero además de los textos, creó una academia donde le enseña a otras personas a organizar sus vidas.

Annelies vive en Bélgica y trabaja en Flandes. Se convirtió en una organizadora profesional en 2016 después de sufrir agotamiento producto de un trabajo estresante en la industria bancaria, el nacimiento de sus dos hijos prematuros y una depresión postnatal.

Cobra actualmente entre US$395 y US$565 por medio día de trabajo organizando la casa.

"No estaba feliz y me sentía horrorizada por el desastre en mi casa. Cuando estaba deprimida fui a ver a un siquiatra y ella me ayudó a recuperar cierta energía y descubrir qué era lo que realmente quería hacer".

"Descubrí que ayudar a la gente a organizar las cosas era un trabajo real y me encanta hacerlo".

¿Pero en qué se distingue este empleo del trabajo de la limpieza?

Según Marie Kondo: "Se ordenan los objetos; se limpia lo sucio".

Rhea Becker agrega: "Un ordenador necesita que participe el cliente para definir qué cosas mantener, tirar o disponer responsablemente. Un limpiador mantendrá las cosas que tienes, pero trabajará alrededor de ellas".

Algo en lo que todos están de acuerdo es la importancia de la sustentabilidad, no contribuir a crear más basura y ser más considerado al momento de elegir qué comprar y qué traer a tu vida en primer lugar.

Las profesionales del orden cuentan que su trabajo implica contactar con organizaciones de caridad y otras asociaciones que pueden interesarse en los artículos que una persona desea donar.

"Hay bancos de belleza, de comida, y hasta tus vecinos pueden querer tus cosas", cuenta Lizzie Grant.

Gracias al efecto del método Marie Kondo, negocios que venden artículos de segunda mano en el Reino Unido, por ejemplo, han registrado un aumento del número de personas que regalan sus pertenencias.

Y aunque no todas las tiendas de caridad pueden recibir tantos productos a la vez, la tendencia muestra que cada vez más personas se interesan en organizar mejor sus pertenencias (y las de otros).

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