Es una de las imágenes más conocidas y reproducidas de todos los tiempos, pero quizá no significa lo que muchos creíamos.
"El grito", del artista noruego Edvard Munch (1863-1944), no muestra al propio autor "gritando", según Giulia Bartrum, comisaria de una muestra dedicada al autor que se inaugura en abril en el Museo Británico de Londres.
En esa exposición se mostrará una litografía del cuadro con una inscripción que no aparece en la versión en color y que, según Bartrum, desmiente la teoría instalada en el imaginario popular en torno a esta obra de arte.
La inscripción dice "Sentí el gran grito en la naturaleza" y eso es lo que precisamente significa el cuadro, en opinión de la comisaria.
"No se trata de Munch gritando, es Munch escuchando el grito de la naturaleza resonando alrededor de él", afirmó en declaraciones recogidas por la agencia británica PA.
"Es casi como un diapasón. Cuando lo miras, casi puedes escuchar el sonido".
La exposición que albergará el Museo Británico será la mayor de pinturas de Munch en Reino Unido en 45 años y permanecerá abierta al público del 11 de abril al 21 de julio, bajo el título "Edvard Munch: Love And Angst" (Edvard Munch: amor y angustia).
Un cielo rojo...
Pese a que probablemente el cuadro en color es la imagen de "El grito" más famosa mundialmente, fue la versión en blanco y negro la que catapultó a la fama al autor.
Y precisamente el mensaje incluido en esa obra da pistas sobre qué le llevó a pintar la icónica imagen.
"Munch, de forma deliberada, incluyó la inscripción en esta versión para describir cómo le llegó la inspiración de la ansiedad que de repente sintió", explicó la comisaria al diario británico The Telegraph.
En una entrada en su diario, Munch reproduce una vivencia que los especialistas relacionan con su obra. En ella, fechada el 22 de enero de 1982, describía cómo en un paseo con amigos "de repente el cielo se volvió rojo como la sangre".
"Me detuve y sintiéndome exhausto, me apoyé en la valla. Había sangre y lenguas de fuego sobre el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron caminando y yo me quedé allí, temblando de miedo, y sentí un grito infinito en toda la naturaleza".
La versión del Museo Británico fue respaldada por el director del Museo Munch de Oslo, Stein Olav Henrichsen.
"Hay muchos comentarios sobre su trabajo, pero tenemos las palabras del propio Munch y se trata de alguien cubriéndose los oídos mientras escucha el grito de la naturaleza", señaló, según recoge el diario The Telegraph.
El anterior director de este museo consideró años atrás que el cuadro estaba abierto a la interpretación.
El fenómeno que supuestamente capturó al artista fue objeto de investigación en Noruega en 2017.
Un equipo de investigadores de ese país aseguró entonces que las líneas rojas y amarillas que aparecen en el cielo en el cuadro a color son probablemente una descripción realista de un raro tipo de nube que aparece en ocasiones en el norte de Europa.
Las nubes nacaradas -como se conoce coloquialmente a las nubes estratosféricas polares- habrían tenido un gran impacto en cualquiera que las haya visto por primera vez, aseguraron estos científicos.