El descubrimiento de un asteroide exiliado en las afueras del sistema solar arroja nuevas luces sobre la formación de este último.

Científicos de Reino Unido, Chile, Estados Unidos y Alemania utilizaron telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO) para estudiar una "reliquia" espacial que constituye la primera prueba de las teorías sobre cómo fueron los primeros días del sistema solar, según informó este miércoles la institución en un comunicado.

Este tipo de objeto que no se había visto antes de manera tan "fiable" es un asteroide rico en carbono. Conocidos como asteroides de tipo C, suelen formarse en las cercanías del Sol.

Sin embargo, el 2004 EW95, como se nombró a este en particular, fue encontrado en el cinturón de Kuiper, una franja que se extiende desde la órbita de Neptuno hacia el espacio interestelar.

Pero su composición sugiere que este asteroide de 300 kilómetros de ancho no se formó en el cinturón, donde la mayoría de cuerpos presentan una superficie compuesta mayormente de hielo por su lejanía del Sol.

"La primera vez que vimos los datos, pensamos que nos habíamos equivocado", le aseguró a la BBC uno de los investigadores que participaron en el estudio, Tom Seccull, de la Queen's University Belfast. "No se parecía en nada a otros objetos del cinturón de Kuiper".

Además del carbón, el asteroide también contiene minerales conocidos como filosilicatos, que incluyen a la arcilla y al talco.

Los modelos teóricos sobre la primera etapa del sistema solar, en concreto el conocido como "el gran viraje", predicen que en ella se formaron los gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno, y que tenían una conducta tan violenta que hizo que se acercaran al Sol para luego alejarse de él hasta su posición actual.

A su paso, habrían esparcido algunos de los primeros cuerpos que se formaron entre ellos, expulsándolos hacia el exterior del sistema solar, donde aún permanecen.

Este modelo sugiere también que muchos de estos elementos expelidos llegaron hasta el frío cinturón de Kuiper y que todavía se encuentran allí. Entre ellos, asteroides tipo C.

Pero hasta ahora no había evidencias sólidas de que esto haya sucedido.

Una época turbulenta

Seccull le explicó a la BBC que las características del 2004 EW95 se dan "en asteroides cuyas rocas han sido alteradas por la presencia de agua líquida".

"Como está tan lejos del Sol, donde la temperatura ronda los -235C, toda el agua de su superficie va a estar congelada", aseguró. "Esto implica que efectivamente en cierto momento fue calentado y que pudo haberse formado más cerca del Sol".

El asteroide, entonces, podría haber sido eyectado de una de las órbitas que hay entre los planetas gigantes durante los años turbulentos del sistema solar.

Rhian Jone, un investigador de la Universidad de Manchester no estuvo involucrado en el estudio, le dijo a la BBC que este descubrimiento "provee la primera evidencia buena de que hay filosilicatos en un objeto del cinturón de Kuiper".

El 2004 EW95 está tan lejos, que los científicos tardaron varios años en analizarlo.

Seccull afirmó que hay más objetos en el cinturón de Kuiper que parecen ser similares a este asteroide, pero que es difícil obtener información tan detallada de ellos.

"En realidad, este estaba en el abismo de lo que era posible observar. Es grande para ser un asteroide pero pequeño para un objeto del cinturón de Kuiper observable".

Está previsto que la misión de la Nasa New Horizons se encuentre el 1 de enero de 2019 con el objeto 2014 MU69 del cinturón, conocido como Ultima Thule. Se espera que la misión revele más detalles sobre los cuerpos que componen esta región de la parte exterior del sistema solar.

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