Desde la serie de televisión de Estados Unidos "Making a Murderer" (Fabricando un asesino) hasta podcasts como "Serial", los programas sobre crímenes reales parecen estar por todos lados en años recientes.
Levanto la mano y lo reconozco, soy una adicta.
Por razones que ni yo misma puedo entender, los documentales sobre crímenes se han convertido en mi opción automática para relajarme.
Si tengo amigos invitados, podría hacer una broma sobre qué sugerir para ver en internet, pero la evidencia sugiere que no estoy sola.
El crecimiento del género es inevitable. Parecería que cada semana se lanza un nuevo documental y no sin estar acompañado de polémica.
Unos advierten del riesgo de glorificar a asesinos infames y de olvidarnos de sus víctimas con esas transmisiones. Otros han acusado a los programadores de ser selectivos con la evidencia.
¿Será que nuestra fascinación con crímenes reales es problemática? Para saber, conversé con las victimas y las comunidades directamente afectadas.
La sobreviviente
Kathy Kleiner tenía apenas 20 años cuando fue atacada por Ted Bundy.
La dio una paliza con un pedazo de madera en la residencia estudiantil de su hermandad Chi Omega de la Universidad Florida State, en 1978.
Antes de entrar a su dormitorio, Bundy había asesinado a dos de sus compañeras de la hermandad mientras dormían.
Kathy terminó con la mandíbula destrozada y con lesiones severas en la cara. Le tuvieron que cerrar la boca con alambres. lo que la forzó a abandonar la universidad.
A los 61 años, ahora Kathy dice que no ha hablado mucho sobre esa experiencia hasta que los medios en EE.UU. la localizaron recientemente.
Este año se cumple el trigésimo aniversario de la ejecución de Ted Bundy. Eso probablemente se sabe porque el nombre de asesino en serie parece estar por todas partes en 2019.
En febrero, se reportó que Netflix pagó millones para hacerse a los derechos en EE.UU. para producir una película con el galán Zac Efron como Bundy.
El anuncio se hizo al tiempo en que el corto publicitario de la película causaba alboroto online, con unas personas denunciando que se estaba proyectando una imagen sexualizada del asesino.
Netflix, que también acababa de lanzar una serie basada en las entrevistas con Bundy, se unió al debate en las redes sociales.
Le pregunto a Kathy, como una de las pocas sobrevivientes, cómo se siente ser constantemente recordada de Bundy en la cultura popular.
"Yo no pedí que me incluyeran al lado de él en el trayecto de su vida, con sus matanzas y su abuso", me responde en una entrevista telefónica desde Nueva Orleans, donde vive.
Pero, para ella, el conocimiento ha significado poder.
"Leí todos los libros y vi todo lo que pude leer y ver sobre él", dice, reconociendo que otras personas pueden haber enfrentado la situación de manera diferente.
Para interpretar el papel, Efron adoptó el cabello rizado y característica sonrisa de Bundy y su parecido físico con el asesino es asombroso.
"Cuando Hollywood hace una película, quieren que venda, quieren que la gente la vea", comenta Kathy sobre la acertada interpretación.
"Bundy les mostraba lo que él quería que vieran, siempre estaba en control... Zac Efron -él está interpretando un papel- es un actor. Está haciéndolo tal cual como era, la manera en que se percibía a Bundy".
Kathy indica que intentó contactar el estudio cuando supo sobre la producción, pero supone que su correo electrónico se extravió entre las solicitudes del público en general.
Dice que no puede imaginarse cómo podría ver la película un familiar de alguna de las 30 mujeres y niñas que se sabe que asesinó.
"Para mí ellos son los héroes de todo esto, teniendo que soportar toda esta publicidad", afirma.
Ella espera que la película refleje a las víctimas más de lo que se ve en el corto publicitario.
"No sé qué tanto ahondan en las víctimas", dice. "Así que, aún sin verla, si no hacen justicia con la víctimas, entonces tal vez me enfadaría".
La comunidad
Wisconsin tiene la nada envidiable reputación de ser el lugar de uno de los crímenes más infames de Estados Unidos.
El condado de Manitowoc, en la costa este del estado, alberga 80.000 residentes pero es famoso en todo el mundo por uno solo, Steven Avery.
Una serie de Netflix que traza la injusta condena de Avery por asalto sexual y su vuelta a la cárcel por asesinato se convirtió en una sensación tan pronto se estrenó en diciembre de 2015.
Desde entonces, cientos de miles de personas han firmado una solicitud exigiendo su exoneración y la de su sobrino. Ya se ha lanzado una nueva serie mientras continúan las apelaciones legales.
Viajo a Manitowoc a comienzos de marzo, cuando el rezago de un inusualmente frío invierno significa que la nieve sigue profunda sobre el suelo.
Antes de salir intento comunicarme con los funcionarios locales, pero parece haber una comprensible reticencia de hablarle a otra periodista más que va a llegar a la ciudad.
La mira internacional le ha traído una incómoda atención al condado y a la ciudad del mismo nombre.
Hoy en día, los turistas conducen hasta la chatarrería de la familia Avery para tomarse selfies. Un bombero me cuenta que la policía local se ha visto forzada a moderar los comentarios en Facebook debido al abuso. Me dicen que las amenazas han hecho que otros agentes se salgan de las redes sociales del todo.
Uno de los residente de Manitowoc que está decidido a no mantener silencio se llama Jason Prigge.
Es un empresario que trabaja por todo el país y dice que la gota que rebasó el vaso fue cuando un cliente se presentó y preguntó: "Y, ¿lo hizo?", refiriéndose al supuesto crimen de Avery.
Desde entonces, él y su esposa se han dado la misión de cambiar la perspectiva que tiene el mundo exterior de Manitowoc. Para eso montan una serie online. "La costa más genial" para destacar aspectos positivos de la comunidad como los negocios locales.
Tina describe el caso Avery como una "anomalía rara" y, como otros con los que hablé, señala que la propiedad de Avery en realidad queda varios kilómetros fuera de la ciudad de Manitowoc.
"Llegan los periodistas o llega alguien de Hollywood para hacer un programa y se van sin profundizar y conocer qué hay en la comunidad o lo que tiene que ofrecer", lamenta Tina. "A ellos les da igual, es una historia más".
"Imagínate que tengas una cantidad de equipos de televisión estacionados fuera de tu casa, y la miran y te juzgan porque una de las ventanas está quebrada", expresa Jason sobre la atención negativa.
"Nunca hablan con las personas que viven en la casa, solamente miran la casa desde fuera".
La pareja me muestra el zona con evidente orgullo.
Debido al frío, gran parte del río sigue congelado y tiene una superficie centellante. La silueta de la ciudad está dominada por la industria y un juzgado histórico que reconozco del programa, pero también está llena de locales como cafés y boutiques. Es una imagen de postal que nunca esperé.
Instan a las personas como yo a que no juzguen el condado y todos sus residentes por el documental.
"Las cámaras y los reporteros se van pero lo que han dejado atrás es una mancha que estamos tratando de limpiar", comenta Jason.
El negocio
130 kilómetros al sur de Manitowoc está Milwaukee, conocida por su cerveza y béisbol.
Pero también es uno de los principales destinos en la lista de los mayores fanáticos de crímenes reales en EE.UU.
El tour Cream City Cannibal (Caníbal de la ciudad de crema) lleva a los visitantes alrededor de Walker's Point, la zona donde el asesino en serie Jeffrey Dahmer atraía a sus víctimas en los bares gay.
El sitio internet de la empresa se jacta de que el tour es "tan espeluznante que fue vetado dos veces de Groupon".
Cuando se inició, los medios locales cubrieron una protesta de las familias de las víctimas. Los críticos indicaron que era demasiado temprano porque los crímenes todavía seguían vivos en la memoria de muchos.
El tour parte de Shaker's, un bar en el centro del antiguo distrito gay. En un entonces, fue un bar clandestino y un burdel que perteneció a la familia de Al Capone y el lugar tiene su propia historia oscura.
El actual dueño, Robert Weiss, lo compró en los años 80 y conduce varios tours de fantasmas desde allí. Cuenta que tuvo la idea de hacer un tour de Dahmer cuando la gente que conoció durante sus viajes se refirieron al asesino después de que se hubiese presentado como un nativo de Milwaukee.
Bob también estaba bien familiarizado con el crimen porque la policía local frecuentaba el bar y hasta Dahmer mismo lo visitó.
"Le serví tragos durante cinco o seis meses cuando entraba periódicamente", me dice Bob.
Unas 12 personas toman el tour la noche del sábado en que voy. Hace frío, llueve y nieva a lo largo del tour.
La mayoría del grupo son fanáticos de los crímenes reales, pero también hay una familia y una pareja celebrando su aniversario.
Nuestro guía nos recuenta la crianza del asesino en serie, su alcoholismo y su travesía hacia la violencia.
Dahmer, que admitió haber asesinado 17 niños y hombres, es considerado uno de los criminales más monstruosos de la historia de EE.UU.
Sus asesinatos y canibalismo son descritos en horripilante detalle por nuestro guía, que señala los lugares infames a lo largo de nuestra caminata.
La información es perturbadora, pero no es peor de lo que se puede escuchar en cualquiera de los documentales sobre Dahmer.
Bob insiste que el tour tiene valor histórico y educativo, pero me doy cuenta de que su bar también vende camisetas.
"De las miles de camisetas que hemos vendido con la imagen estampada, ¿hemos tenido alguna queja? No", asegura Bob.
Rechaza la idea de que inflamen sensibilidades e insiste en que sólo las empezaron a fabricar debido una demanda del cliente sin precedentes.
"Creo que se está hablando de cosas que son de mal gusto, hay un número de otras cosas que serían mucho peor que lo que es la camisa", dice, apuntando a la gente que compra artefactos mórbidos como las obras de arte de Charles Mason.
Añade que rechazó otra opción de mercancía de mal gusto, como comida con temática caníbal.
Los que asisten al tour rechazan las críticas de que es de mal gusto o que es demasiado pronto para que se haga.
"Me crié sabiendo sobre esto", dice uno de los clientes llamado Alex, que tiene 20 años.
"Creo que es parte de nuestra historia y, en lugar de esconderla, es importante que la gente la conozca para que se pueda evitar en el futuro".
Melissa, de Illinois, ya había estado en el tour antes.
"No me parece que le falte al respeto a las familias", dice. "Creo que es más una manera de recordar a las víctimas en lugar de que se olviden".
Ella, como yo, reconoce ver muchos programas de crímenes reales. Ella cree que la naturaleza adictiva de los servicios de "streaming" en internet es responsable de se auge en popularidad.
Los expertos
Deborah Allen ha visto un "gran salto" en el interés de la audiencia en los últimos años.
Ella es vicepresidenta de programación de Jupiter Entertainment, uno de los mayores productores de televisión de crímenes reales en EE.UU.
La empresa empezó a hacer programas de asesinatos en 1998, a pesar de las dudas de los canales de televisión.
"Solía ser que las cadenas de TV veían los shows de crímenes reales como su sucio secretico", dice.
En la última década una cantidad de canales dedicados 24 horas a la programación de crímenes se han creado en Reino Unido y EE.UU.
Las series de alto presupuesto pueden haber entrado en la cultura prevaleciente pero todavía hay un montón de otro contenido hecho para llenar los horarios de estas cadenas.
La alta demanda significa que Jupiter produce ahora unas 200 horas de shows de crimen al año, alimentados por investigadores que escudriñan las noticias de todo el país.
Deborah afirma que ellos sólo cubren casos que han sido resueltos en los tribunales y cree que muchos televidentes se alivian de ver que la justicia se ha cumplido.
También dice que su compañía escucha a las familias de las víctimas en caso de que objeten al asunto que están cubriendo.
Pero la reciente angustia expresada por la madre de James Bulger (un niño de 2 años que fue secuestrado, torturado y asesinado por otros dos niños de 10 en Reino Unido en los años 90), demuestra que las opiniones de las familias no siempre prevalecen.
Es la misma historia que lo que pasa con otros programas populares.
La familia McCann no contribuyó a una nueva serie sobre la desaparición de su hija (durante unas vacaciones en Portugal) y la familia de Theresa Halbach (víctima de Avery) nunca ha participado en Fabricando un Asesino.
La familia de Hae Min Lee, asesinada en 1999, dice que la atención recibida por Serial "reabrió viejas heridas". A pesar de eso, HBO ha adaptado el caso en una nueva serie documental (El Caso Contra Adnan Syed) que es una continuación a partir del exitoso podcast.
Serial, como muchas otras series populares de crímenes reales, se concentra en levantar dudas sobre una condena.
El formato crea un interés obvio para mucha de la audiencia, permitiéndoles jugar al detective.
Algunos productores de los programas, incluyendo The Jinx de HBO, han descubierto nueva evidencia que los fiscales dicen han ayudado con los casos.
La creciente popularidad del crimen real se traduce en grandes negocios en otras áreas. Ahora hay jóvenes "influencers" de YouTube cubriendo historias y en Reino Unido, se ha anunciado una nueva revista mensual sobre crimen.
En EE.UU., miles asisten cada año a la convención CrimeCon, un evento en el que los fanáticos pagan cientos de dólares para ver a los expertos y presentadores de sus series favoritas.
Un periodista del The New York Post señaló que la mayoría de las personas que asistieron el año pasado fueron mujeres y Bob, en Milwaukee, se ha dado cuenta de los mismo en su tour de Dahmer. Él describe al cliente promedio como mujeres con educación universitaria entre los 25 y 37 años.
¿Por qué es que están tan intrigadas? ¿Será pura curiosidad morbosa?
La psicóloga británica Emma Kenny, que frecuentemente aparece en los documentales sobre crimen, concuerda que tenemos una tendencia al ser mirones con atracción por el lado más oscuro de las cosas.
Ella señala de prevalencia del crimen en otras formas de entretenimiento, incluyendo los dramas que vemos y los libros que leemos.
Emma Kenny dice que ver shows de crimen puede disparar reacciones químicas en nuestro cuero mientras miramos, al tiempo que reafirmamos nuestros puntos de vista morales sobre lo que está bien y lo que está mal.
Explica que el interés en el género no es para nada malo, pero advierte a las personas, incluyéndome a mí, contra ver demasiado.
"Creo que para cualquier persona que vea este tipo de cosas, de veras debe saber por qué lo está mirando, me parece. Porque no vas a querer insensibilizarte demasiado",
"Es mejor pasar la vida en torno a personas buenas que hace cosas buenas, exponiéndote a lo mejor que tiene el mundo para ti... nunca deberíamos perder la sensibilidad ante el horror".
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