Hace ocho años que Bill Kochevar se quedó tetrapléjico tras un accidente de bicicleta. Ahora puede comer y beber por sí solo por primera vez gracias a una tecnología que lee su pensamiento y reconecta su actividad cerebral con los músculos de su brazo y su mano.
Kochevar, de 53 años, dijo estar impresionado por la capacidad de recuperar cierto control de su brazo derecho.
"Esta investigación ha aumentado my capacidad de poder hacer cosas".
"Todavía me sorprendo cada vez que hago algo increíble. Comí un pretzel, bebí agua", asegura.
"Un día había puré de papas y voilá, fui capaz de comerlo súper bien".
Según el equipo científico que facilitó este logro, esta es la primera vez que se consigue restaurar la capacidad de alcanzar y agarrar un objeto en una persona con parálisis completa.
Esta pionera tecnología utiliza implantes en el córtex cerebral y en el brazo para lograr que el pensamiento de Kochevar envíe mensajes al brazo para controlar su movimiento.
Pero la tecnología aún está lejos de ser utilizada fuera del laboratorio.
Ocho años paralizado
"Creo que es genial, soy el primero en el mundo que puede hacerlo", afirmó Bill, cuyo caso es central en el estudio que acaba de ser publicado en la revista especializada The Lancet.
Kochevar sufrió el accidente que le cambió la vida mientras participaba de una travesía en bicicleta de 241 kilómetros.
Desde entonces no pudo mover ninguna parte de su cuerpo por debajo de los hombros.
La lesión de su médula espinal hizo que las señales de su cerebro no tuvieran manera de llegar a los músculos.
¿Cómo lo lograron?
Para este estudio Kochevar se sometió a una cirugía en la que los investigadores implantaron sensores en la zona del córtex cerebral que controla el movimiento de la mano y practicó durante cuatro meses dándole órdenes de movimiento a un brazo tridimensional virtual.
Pasado este período volvió a someterse a una cirugía en la que los expertos le implantaron 36 electrodos en el brazo y la mano con el objetivo de estimular eléctricamente los músculos de estas zonas y de los hombros.
Los científicos utilizaron un decodificador para "traducir" las señales de su cerebro en comandos para los electrodos del brazo.
Así, Kochevar fue capaz de hacer que su brazo se moviera intuitivamente.
"Hago que se mueva sin tener que concentrarme mucho. Lo pienso y sucede", dijo.
Además de comer y beber Kochevar consiguió rascarse la cabeza y la cara utilizando una esponja acoplada a un palo.
¿En qué se diferencia de estudios anteriores?
Ha habido investigaciones similares en las que los científicos utilizaron un sistema de electrodos sobre la piel, en lugar de implantados, para que los pacientes movieran la mano y otras de brazos robóticos que utilizan señales del cerebro.
Pero los investigadores de este estudio particular creen que el caso de Kochevar "representa un gran avance" con potencial para usos futuros fuera del laboratorio.
"Aunque se han utilizado sistemas similares con anterioridad, ninguno de ellos tenía un uso tan fácil de adoptar para el día a día y ninguno logró restaurar las dos acciones de alcanzar y agarrar", dijo el líder de la investigación, el doctor Bolu Ajiboye, de la Universidad de Case Western Reserve en Cleveland, Ohio.
Ajiboye admitió que la investigación todavía están en una etapa temprana.
"Cuando se desarrolle más creemos que esta tecnología podría darles un control más preciso, que les permitiría desempeñar una variedad más amplia de acciones, lo cual podría transformar las vidas de la gente con parálisis", dijo.
El doctor Steve Perlmutter, de la universidad de Washington, no estuvo involucrado en el estudio de The Lancet pero está de acuerdo en que se trata de una investigación "pionera".
"El estudio es una prueba de concepto de lo que es posible hacer, y no un avance fundamental en la tecnología o los conceptos de las neuro prótesis", matiza.
"Pero aún así es una demostración emocionante que hace que el futuro de las neuro-prótesis motoras para superar la parálisis luzca mucho más brillante".