Su invento ha sido usado por millones de personas.

Pero solo fue compensado décadas después tras una dura batalla legal.

La Corte Suprema en Reino Unido dictaminó que Ian Shanks, de 72 años, debe recibir dos millones de libras, poco más de 2,5 millones de dólares, por su creación.

Shanks trabajaba en 1982 en una filial de la multinacional Unilever en Bedfordshire, Inglaterra, cuando desarrolló una tecnología pionera para medir los niveles de azúcar en la sangre.

Y lo hizo usando un juguete de su hija.

El científico utilizó una película de plástico y diapositivas del kit de microscopio de la niña para construir el primer prototipo de lo que se conoce ahora como el dispositivo de llenado capilar electroquímico (ECFD).

Su tecnología ECFD finalmente acabó siendo usada en la mayoría de los productos de prueba de glucosa, que son utilizados por diabéticos para monitorear su salud.

Derecho a una "parte justa"

La batalla legal de Shanks duró 13 años. El científico perdió cada etapa del proceso hasta que recibió el veredicto favorable y unánime de la Corte Suprema.

Tanto los magistrados del máximo tribunal como Shanks reconocen que los derechos del invento son de Unilever.

Pero la ley de patentes británica establece que cuando un empleado crea algo que reporta ganancias extraordinarias a su empleador, el trabajador debe recibir una "parte justa" de los beneficios.

Uno de los jueces señaló que Unilever había recibido ganancias "sustanciales y significativas" por el invento, por lo que Shanks tenía derecho a una parte de los cerca de US$30 millones que la empresa obtuvo por patentes relacionadas con el dispositivo.

Un vocero de Unilever afirmó que la compañía estaba "decepcionada" con la decisión de conceder a Shanks "parte de las ganancias obtenidas por Unilever, además del salario, bonos y otros beneficios que recibió cuando trabajaba para la empresa por los productos nuevos que desarrolló".

"Toda la tensión"

Shanks dijo sentirse aliviado por el fin de su lucha en la justica.

Pero la batalla legal tuvo un costo personal alto y le causo un altísimo nivel de estrés, según relató a la BBC.

"En 2007 tuve un ataque al corazón, y no ayudó en nada toda la tensión que estaba padeciendo", afirmó el científico.

Shanks dijo que su persistencia fue motivada por un deseo de ayudar a futuros inventores, más que por la búsqueda de un beneficio personal, y agregó que usará gran parte del dinero que recibirá para pagar costos legales.

"Lo más importante es que los empleados que inventan algo que resulta ser muy rentable sepan que pueden recibir una compensación", señaló el científico.

Tal vez la mayor compensación para Shanks sea el gran orgullo que dice sentir por su invención, que "probablemente ha ayudado a cientos de millones de personas que viven con diabetes".

Publicidad