Se trata de un dolor agudo en la planta del pie, justo por delante del talón, que se intensifica cuando nos levantamos o pasamos un período de tiempo sin movernos.

Puede incluso impedir que se levanten los dedos del piso, condicionando la movilidad de las personas.

Hablamos de la fascitis plantar, una de las lesiones más comunes que se puede sufrir a la hora de correr pero que suele pasar desapercibida cuando se está llevando a cabo el ejercicio.

Lo que ocurre es que se produce una inflamación de la membrana que recubre la musculatura de la planta del pie y el talón.

"Esta lesión aparece cuando sometemos al talón a un estrés repetido", explicó el doctor Bernardo Chernilo, médico traumatólogo de la Clínica MEDS, en Chile.

Entre las posibles causas que menciona el doctor en el página de internet del centro médico aparecen el "uso frecuente de un calzado inadecuado, cuando se trota o se corre sobre terrenos o superficies duras, o cuando hay inexistencia de una preparación física correcta".

"A esto se puede sumar una mala elongación y el sobrepeso de la persona", aseguró.

La inflamación se produce cuando se trata compensar con los músculos del pie y sus tendones un desbalance que ocurre en el cuerpo.

Si bien no resulta tan difícil diagnosticar la enfermedad, sí es más complicado determinar exactamente cuál es la causa exacta en cada uno de los casos.

Precaución

Ignorar una fascitis plantar puede causar un dolor crónico que condicionará las actividades regulares que realiza una persona a diario y puede detonar otros problemas físicos.

Eso se debe a que la fascia plantar cumple una función biomecánica al caminar de absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo.

Para tratar de minimizar el dolor es posible que el cuerpo modifique su forma de caminar de una manera inconsciente, lo que puede tener un efecto contraproducente en otras zonas del pie, la rodilla y la cadera.

Por eso se recomienda que la persona consulte con un especialista en el momento en que sienta el dolor en su pie.

El tratamiento más habitual para el dolor son los antiinflamatorios orales, pero durante los primeros días también se puede aplicar hielo en la zona afectada.

De persistir la molestia, surgen una serie de opciones dependiendo del nivel de dolor que sienta la persona.

Está el ultrasonido, los masajes, las plantillas especiales o incluso la estimulación eléctrica.

"En algunos casos se requiere rehabilitación con electroterapia para aplicar calor a un nivel más profundo", añadió el doctor Chernilo quien además sostiene que en casos extremos se puede llegar a realizar una fascistomía, es decir, cortar la fascia plantar para relajarla.

Razón de peso para no dejar pasar la oportunidad de visitar a un especialista en caso que se sienta un dolor en la planta del pie.

Publicidad