El caso del jardinero Dewayne Johnson ha generado un precedente inédito.
Por primera vez una persona en California, Estados Unidos, recibió un fallo a su favor en una demanda que demostró la relación que hay entre el cáncer que padece y la substancia química de un herbicida.
El tribunal ordenó al gigante de los agroquímicos Monsanto pagar US$289 millones a Dewayne Johnson, quien padece un cáncer terminal diagnosticado en 2014.
El hombre utilizó decenas de veces herbicidas de las marcas RangerPro y Rounduy, comercializadas por Monsanto en EE.UU., las cuales contienen la sustancia activa glifosato.
La firma alemana Bayer, la empresa propietaria de Monsanto, anunció que apelará el fallo tras rechazar que su herbicida contenga elementos que contribuyan a que una persona desarrolle cáncer.
"Sobre la base de las conclusiones científicas, las opiniones de las autoridades reguladoras en todo el mundo y la experiencia práctica de décadas usando glifosato, Bayer está convencido de que el glifosato es seguro y no causa cáncer", dijo un portavoz de Bayer a la agencia de noticias AFP.
Sin embargo, desde hace varios años se ha puesto bajo investigación si el glifosato puede generar efectos negativos a largo plazo, tanto para el medio ambiente y los cultivos en los que se emplea, como para las personas que están en contacto con él.
¿Qué se sabe del glifosato, qué dicen los estudios y qué tan preocupante debe ser para la gente? Aquí hay algunas respuestas.
¿Qué es el glifosato?
Los miembros del jurado en San Francisco encontraron que los herbicidas de Monsanto contribuyeron "sustancialmente" a la enfermedad terminal del jardinero Johnson.
El hombre fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin -un tipo de cáncer que surge en los linfocitos- en 2014.
El fallo indica que los riesgos potenciales del producto eran conocidos por la comunidad científica y que Monsanto no "advirtió adecuadamente" sobre el peligro.
Como en muchos herbicidas de otras marcas, el glifosato es uno de los ingredientes activos en productos de Monsanto.
La compañía lo introdujo al mercado en 1974 y estuvo protegido con una patente que expiró en 2000, por lo que ahora el producto químico es vendido por otros fabricantes.
Se usa en agricultura y silvicultura para el control de la maleza en áreas industriales, pero también se empela en céspedes y jardines.
Su efecto sobre las plantas no es selectivo, lo que significa que mata a la mayoría de ellas cuando se aplica.
Algunos cultivos, como la soja, han sido genéticamente modificados para resistir al glifosato.
Los agricultores lo rocían en los campos antes de que sus cultivos broten en primavera. Así no tienen que competir con las malezas de los alrededores.
Algunos también lo usan como un tratamiento previo a la cosecha, pues seca los cultivos y facilita la recolección.
Pero su uso es controvertido.
Portugal, Italia y la ciudad canadiense de Vancouver han prohibido el uso de glifosato en parques y jardines públicos.
¿Qué dicen las investigaciones?
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud, concluyó en 2015 que la substancia es "probablemente carcinogénica para los humanos" .
Pero la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) considera que el glifosato es seguro cuando se usa con precaución.
En 2016, un informe conjunto de la OMS y la ONU determinó que, si bien estudios tenían "alguna evidencia de una asociación positiva entre la exposición al glifosato y el riesgo de linfoma no Hodgkin", el único estudio grande de alta calidad encontrado "no mostró evidencia de una asociación en cualquier nivel de exposición".
Éste llegó a la conclusión de que "es poco probable que represente un riesgo carcinogénico para los humanos debido a la exposición a través de la dieta".
Un estudio de 2016 de los Servicios del Medioambiente de Europa notó una creciente preocupación por el uso intensivo de glifosato, pues algunas plantas han desarrollado resistencia a él, lo que significa que los agricultores tienden a usar aún más.
Los agricultores advierten que prohibir la sustancia química podría reducir el rendimiento de los cultivos en más del 10%, lo que le cuesta a la economía cientos de millones de dólares.
¿Deberíamos estar preocupados?
La Comisión Europea dice que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos y otros organismos científicos no encontraron ningún vínculo con el cáncer en humanos.
Emma Hockridge, jefa de política en la Soil Association (Reino Unido), dijo que el "histórico" fallo en Estados Unidos resaltó los problemas causados por el glifosato.
"Fue inquietante en este caso escuchar que Monsanto tenía conocimiento de los efectos potencialmente dañinos, pero el caso judicial también resalta realmente el problema de depender de los pesticidas químicos a nivel mundial, ya que se sabe muy poco sobre los impactos al medio ambiente y a la salud a largo plazo".
Sin embargo, Joe Stanley, de la Unión Nacional de Agricultores británica, opinó: "La decisión de un jurado en el caso de este pobre muchacho no altera el hecho de que toda investigación seria demuestra que el glifosato es seguro".
¿Qué tanto se usa?
El glifosato es la substancia activa más usada en el mundo para los herbicidas.
En EE.UU., más de 750 productos lo contienen.
Su uso en todo el mundo ha aumentado casi 15 veces desde 1996, cuando se introdujeron los cultivos llamados "Roundup Ready", genéticamente diseñados para resistir al glifosato.
En 2017, la Unión Europea extendió la licencia para el uso de glifosato durante cinco años.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, está tratando de prohibirlo, a pesar de la resistencia de algunos legisladores franceses.
Sri Lanka prohibió su uso en 2015, aunque la industria del té se opone a la prohibición.
Colombia detuvo la fumigación aérea de glifosato en 2015, a pesar de que se había utilizado ampliamente para matar cultivos de coca ilegales.