La historia de la música contemporánea está llena de casos de artistas que invirtieron su fortuna en aventuras extravagantes.
Como cuando la cantante británica Rita Ora invirtió miles de dólares en una copa que permitía a las mujeres orinar de pie.
"Fue una de mis peores inversiones", dijo entonces, según publicó MTV.
O como cuando la banda de música electrónica The KLF quemó un millón de libras para realizar una performance. "Por supuesto que me arrepiento, ¿quién no lo haría?", admitió luego Bill Drummond, uno de sus integrantes.
A la ex Spice Girl Mel B ya no le queda casi nada del patrimonio que acumuló durante el mejor momento de la banda femenina británica.
Lo perdió al apostar por una serie de "elecciones de estilo de vida imprudentes", según publicó la semana pasada el diario británico The Telegraph.
Estas son otras seis historias de celebridades que llegaron a tener la cuenta bancaria en rojo.
La discoteca de New Order
New Order era uno de los grupos musicales del momento cuando decidió abrir en 1982 The Hacienda, una discoteca con ventanas y sin guardarropa que pronto se convirtió en la meca de la música rave en Manchester.
La banda inyectó una cantidad equivalente a unos US$3,8 millones actuales en el proyecto, en el que estaba asociado junto a su disquera, Factory Records, y su jefe, Tony Wilson.
"Nos dijeron que costaría unas US$58.000 y que si nosotros poníamos la mitad, tendríamos nuestra propia discoteca con bebidas gratis. Terminó costando US$580.000, una cantidad enorme en esa época", explicó en 2012 el bajista, Peter Hook, al diario británico The Guardian.
Al principio, el negocio fue lento, hasta que la música dance se puso de moda a finales de los 80.
Aún así, The Hacienda continuaba perdiendo grandes cantidades de dinero. Por una parte, porque no estaba bien gestionada y, por otra, porque los consumidores mostraban poco interés en gastarse la plata en ese bar.
Se tuvo que declarar en bancarrota en 1997. Según los cálculos de New Order, la banda perdía unos US$13 cada vez que un cliente cruzaba la puerta de su local.
Sorprendentemente, el negocio se había mantenido operativo durante 15 años.
Hook publicó un libro sobre esta experiencia en 2009. Lo llamó: Cómo no dirigir una discoteca.
La pasión por la moda de Kanye West
El día de San Valentín del año pasado, el rapero estadounidense Kanye West publicó en su cuenta de Twitter: "Les escribo esto, hermanos mío, mientras aún tengo una deuda personal de US$53 millones... Por favor, rezad por que lo podamos superar..."
Según The Guardian, llegó a implorar al billonario Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, que le abonara US$1.000 millones para que pudiese llevar a cabo sus ambiciones creativas.
Kanye aseguró que había gastado su dinero en la industria de la moda. Hacía poco que había lanzado la nueva temporada de su línea de ropa Yeezy.
Aunque habían denuncias de que había perdido US$30.000 con su fallida cadena de ropa femenina y US$16 millones en la primera fase de colaboración con una marca de ropa deportiva.
Por suerte, su mujer, Kim Kardashian, tiene una gran variedad de negocios exitosos que incluyen una lucrativa cadena de aplicaciones para celulares.
"Perdón por haberme unido tarde a la fiesta, chicos, estaba ocupada cobrando mi cheque de US$80 millones por mi videojuego y haciendo una transferencia de US$53 millones a nuestra cuenta conjunta", escribió ella al poco tiempo en su cuenta de Twitter.
Así, ¿quién necesita a Mark Zuckerberg?
El tour monstruosamente caro de Lady Gaga
Lady Gaga estuvo en 2009 a punto de caer en bancarrota por invertir todo su dinero en la gira llamada Monster Ball. La cantante le contó la historia al Financial Times dos años después.
En esa época, su fortuna era de US$3 millones. Lo mismo que le costó la producción de esa gira espectacular y surrealista, con escenografías que incluían a un cubo blanco gigante.
Lady Gaga creó y esbozó varias versiones de escenarios en las vísperas de la gira, lo que le dejó en graves problemas de deuda.
"Llamé a todo el mundo y les pregunté: '¿Por qué todos están diciendo que no tengo dinero? Es ridículo, si tengo cinco canciones en el primer lugar de las listas", le contó al periódico financiero.
"Me respondieron: 'Bueno, es que tienes una deuda de US$3 millones".
Al final, Monsters Ball se convirtió en la 14º gira más rentable de la historia, con entradas que se vendieron por un valor total de US$227,4 millones. El espectáculo batió un récord: nunca antes un músico había hecho tanto dinero con su álbum debut.
Flava Fav y su negocio de pollos
Flava Flav, el integrante del grupo de hip hop estadounidense Public Enemy abrió en 2011 tres restaurantes de comida rápida.
El primero, El pollo frito de Flav, se encontraba en Clinton (Iowa). Tenía su frase pegadiza ("Yeah boyeee!") pegada en la pared.
Pero la cuenta atrás para su cierre ya había comenzado. El local sólo funcionó durante cuatro meses, dejando como resultado un desastre financiero.
Su socio, Nick Cimino, aseguró que le habían dejado con un déficit de US$30.000, el personal se quejaba de que el banco les rebotaba los cheques y una compañía de distribución de comida lo demandó por US$12.000.
Al parecer, hacerse cargo de un negocio de pollos es más difícil de lo que parece.
La tienda de los Beatles
Los Beatles inauguraron en diciembre de 1967 su tienda Apple Boutique en la calle de Baker Street, en Londres.
Era el lugar perfecto para comprar ropa psicodélica que reflejaba los valores hippies de la banda.
El exterior estaba cubierto con remolinos de pintura de varios colores, creado por el colectivo The Fool.
Pero la tienda atraía a un gran número de carteristas y, según Paul McCartney, "no era divertido".
El establecimiento tuvo que cerrar ocho meses después de su apertura porque se estaba perdiendo demasiado dinero.
Además, la gente podía llevarse una prenda gratis el último día.
El mal sabor del agua de 50 Cent
Skepta es aficionado al coñac y Jay-Z prefiere la champaña. Pero 50 Cent, otro rapero estadounidense, prefirió invertir en una bebida mucho más pura: Vitamin Water, una marca de agua con vitaminas.
Cuando Coca Cola compró Glacéau, la matriz de Vitamin Water, por US$14.100 millones, el rapero se embolsó US$100 millones.
Eso pasó en 2007. Ocho años después, el artista se declaraba en quiebra, dando pie a una infinidad de bromas con su nombre artístico, que significa "50 centavos".
Muchos no podían creer que se hubiese gastado su fortuna.
La realidad es que había participado en muchos negocios imprudentes como una marca de condones que se desplomó y un conjunto de auriculares que le costaron US$9 millones cuando otra firma lo denunció por copiarle el diseño.
También se vio envuelto en varias demandas que, según el New York Times, le supusieron pérdidas por US$25 millones.
¿Y todo el dinero con el que aparecía en sus fotos de Instagram? "Billetes falsos", según declaró ante un tribunal de Connecticut.