Durante más de medio siglo, los mexicanos aprendieron que el pequeño ejército del español Hernán Cortés conquistó violentamente a México.
Es parte de las lecciones en la asignatura de Historia que, desde 1960 y por lo menos hasta 2010, se impartió en las escuelas del sistema público de educación.
Ahora se recuerda el tema por la tormenta que desataron las cartas enviadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador al rey Felipe VI y al papa Francisco.
Las misivas piden que se revisen los abusos contra pueblos originarios durante el período conocido como la Conquista, hace 500 años.
La propuesta desató una oleada de críticas pero también el respaldo de muchos que esperan una disculpa de España y del Vaticano.
Desde los primeros años de estudios, en ese país se enseña que México fue conquistado de forma violenta por España.
La versión es que el grupo de españoles encabezados por Hernán Cortés que desembarcó en lo que hoy es México, cometió varias matanzas contra los pueblos originarios.
La más grave ocurrió en México-Tenochtitlan, la capital de la civilización mexica, que cayó tras un prolongado sitio. Miles de personas murieron por hambre y enfermedad.
Los ataques "brutales" como dicen especialistas forman parte de la imagen que permaneció durante casi 500 años entre los mexicanos.
Y desde los años 50 y por lo menos hasta 2009, fue parte de las enseñanzas sobre la Conquista en las escuelas de educación básica.
La imagen
Desde 1960 es obligatorio que la instrucción en las escuelas primarias y secundarias del país se aplique con los libros de texto gratuito.
El contenido es diseñado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) con ayuda de especialistas en diversas materias.
De esta manera se diseñaron los textos de historia que en el capítulo para contar los hechos a partir de 1519, define al ejército de Cortés como invasor.
Por ejemplo, desde los años 60, los libros de Historia y Civismo para el tercer grado de primaria definían a los españoles en tres grupos: conquistadores, colonos y misioneros.
Los conquistadores, señala el libro, "se apoderaron de las tierras por medio de las armas". "Venían en busca de riquezas y honores".
Y los colonos "se dedicaron a explotar la tierra y las minas por medio del trabajo de los indios".
La mayoría de ellos "trataron mal a los indios, de quienes querían obtener el mayor provecho económico posible".
En las escuelas, además, los maestros destacaban que el pueblo mexica había creado un gran imperio y que construyeron la ciudad de Tenochtitlan en medio del lago de Texcoco.
Ésta fue una de las lecciones que aprendieron algunas generaciones de mexicanos, entre ellos la del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A partir de 2009, en los libros de texto gratuito se modificó la versión sobre la conquista para explicar que la derrota de los mexicas no fue sólo por los españoles sino también por los adversarios que tenía ese pueblo antes de la llegada de Cortés.
Pero la imagen original del siglo pasado aún se mantiene.
El historiador Alfredo Ávila, quien ha escrito algunas de las recientes versiones de los libros de historia para la educación primera, cuenta que incluso entre muchos jóvenes existe la creencia de que los españoles "conquistaron México y lo hicieron de una manera brutal y violenta" explica a BBC Mundo.
Violencia de todos
En realidad los derrotados en 1521 fueron los mexicas, el pueblo dominante en Mesoamérica y contra quienes existía una larga guerra por parte de otras civilizaciones.
Con la llegada de los españoles, algunos como el pueblo tlaxcalteca se aliaron a los recién llegados para combatir violentamente a sus adversarios.
Fue un escenario complejo. Es verdad, como refieren los documentos históricos, que en el grupo que llegó con Cortés había "aventureros en busca de fortuna" recuerda el especialista.
También es cierto que en Mesoamérica algunas civilizaciones había un importante desarrollo intelectual.
"Pero también es verdad que el proceso de conquista fue mucho más complicado que eso y que la violencia estuvo por ambas partes: en los mexicas que se defendieron pero también los xochimilcas, totonacas o tlaxcaltecas que estuvieron del lado de los españoles".
"País conquistado"
Durante mucho tiempo, especialmente después de firmarse el acta de independencia en 1821, la imagen que prevaleció fue la de un país conquistado.
La idea se reforzó durante la época del Porfiriato (1872-1910) y se incorporó a la historia oficial a durante los gobiernos posteriores a la Revolución (1910-1915).
El proceso más importante ocurrió a partir de los años 50, cuando prevalecía la idea de que México es herencia de las civilizaciones precolombinas.
Una versión que desestima lo ocurrido durante los 300 años de la Colonia española "que no alteró lo que los mexicanos seguían siendo en su esencia" es decir, los mismos pueblos anteriores a la llegada de los españoles.
Nacionalismo
Esta imagen sobre la Conquista fue parte de un proyecto de unidad nacional emprendido a partir de los años 50, explica Sebastián Plá Pérez, académico del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM.
Antes de esa época en los libros escolares había más discusión sobre el origen español e indígena de los mexicanos.
Pero después de 1960 "eso claramente se homogeniza".
"Lo que se busca es una idea más de unión que permitiera conformar una identidad mexicana", dice a BBC Mundo.
En la década de los 90 se revisaron los contenidos de los libros de texto gratuito, especialmente en algunos pasajes históricos que se consideraron fundamentales en el pasado.
La llegada de los españoles a lo que hoy es México y la consecuencia que tuvo la caída de Tenochtitlan fue uno de los modificados.
Uno de los cambios fue incorporar en el programa de educación básica que México nació de la mezcla de las culturas española e indígena.
Pero también de otros pueblos y culturas que en 500 años llegaron al país.
En las escuelas se enseña ahora que en 1521 ocurría una guerra mesoamericana, donde varios pueblos se rebelaron contra los aztecas.
La imagen de la conquista española aún prevalece, aunque no es un elemento fundamental para las nuevas generaciones.
"Los chicos ya no lo ven como algo que valga mucho la pena discutir", explica el investigador Plá Pérez.
"Lo ven como un hecho violento que produce la cultura de la que somos herederos, pero lo asumen como que somos así y ya".