Es una escena que probablemente se repetirá en muchas casas durante las opíparas comidas esta Navidad: se abre la botella de vino y se sirve a todos, y quizás también a algún menor de edad.

"Es un buen momento para que prueben el alcohol", justificará alguien, o lo pensará.

Que esto ocurre con frecuencia lo ha corroborado un estudio llevado a cabo por el Centro de Estudios Longitudinales del Instituto de Educación del University College de Londres (Reino Unido) y la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) y que fue publicado este viernes en la revista especializada Journal of Adolescent Health.

Tras haber analizado los perfiles de 10.000 jóvenes nacidos en Reino Unido después del año 2000, los investigadores descubrieron que uno de cada seis casos los padres les permiten o les dan de beber alcohol antes de cumplir 14 años.

La investigación es parte de un estudio más amplio que busca recopilar datos para hacer una radiografía social de los nacidos en el país en el siglo XXI.

Concluyeron que los adultos que permiten a los menores beber suelen tener educación superior e ingresos altos.

"Los padres que pertenecen a este estrato social suelen creer que, permitiéndoles a los menores consumir alcohol, estos desarrollan una actitud más responsable hacia la bebida", señala Jennifer Maggs, quien lideró el estudio.

"Incluso piensan que así los vacunan contra el consumo peligroso", añade.

"Pero no hay mucha evidencia que respalde esa idea".

Uno de cada 7, antes de los 11 años

El estudio también deja en evidencia que los padres que beben poco o de forma moderada tienden tanto como los que consumen alcohol con frecuencia y en grandes cantidades a animar a sus hijos a que lo hagan.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que los padres abstemios no suelen permitirlo.

En entrevistas llevadas a cabo entre los menores, la mitad de ellos confesaron haber bebido alcohol más allá de unos sorbos antes de los 14, y uno de cada siete dijo haberlo hecho ya a los 11.

Katherine Brown, directora ejecutiva del Instituto de Estudios del Alcohol (IAS, por sus siglas en inglés), una organización británica que promueve la investigación científica sobre el tema, recuerda que los médicos coinciden que los menores no deben beber antes de los 15.

"Esto es importante como guía, porque el alcohol puede dañar a los menores, ya que sus cuerpos y cerebros aún no están del todo desarrollados", subraya.

De hecho, el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) establece, al igual que otras autoridades sanitarias, que los menores de 18 años no deben beber. Pero añade que si por algún motivo lo hacen, no conviene que empiecen antes de los 15.

"Es preocupante ver que este consejo no llega a los padres, quienes tratan de educar a sus hijos sobre el alcohol lo mejor posible", se lamenta Brown.

"Necesitamos mejor orientación para los progenitores sobre este tema por medio de campañas en redes sociales y recomendaciones directas por parte de médicos y también en escuelas", prosigue.

"Merecen saber que pueden tener un impacto positivo y reducir los daños a la salud asociados al consumo de alcohol en edades tempranas".

El doctor John Larsen, director de Evidencia e Impacto de The Drinkaware Trust, una organización independiente británica que educa sobre el tema, también insiste en que los adolescentes no deberían beber.

Pero reconoce que lo hacen, por lo que dice que los padres deberían aconsejarlos sobre cuándo y cuánto alcohol consumir y sus consecuencias.

Y los anima a que conversen con sus hijos de forma "abierta y honesta".


¿Qué dicen las autoridades sobre el tema?*

  • Los jóvenes no deben tomar alcohol antes de los 18 años.
  • Si lo hacen, no es conveniente que empiecen a beber antes de los 15.
  • Si tienen entre 15 y 17 y consumen alcohol, no deberían hacerlo más que una vez a la semana, siempre supervisados por un adulto.
  • Nunca deberían superar el límite de 14 unidades de alcohol establecido para los adultos (un vaso pequeño de vino equivale a 1,5 unidades).

Cómo hablar del tema con tu hijo

  • Déjale claro que lo desapruebas. Las investigaciones sobre la cuestión sugieren que los jóvenes tienden menos a consumir alcohol si sus padres no están de acuerdo con ello.
  • Si bebe, no le grites. Se pondrá a la defensiva y solo conseguirás empeorar la situación.
  • Déjale claro que está ahí para lo que necesiten y contesta todas las preguntas que tenga.
  • Dile que el alcohol afecta al juicio. Beber demasiado lo podría llevar a hacer algo de lo que después se arrepienta, como tener relaciones sexuales sin protección, meterse en peleas o conducir.
  • Adviértele de los peligros de que alguien les ponga droga en la bebida y cómo evitarlo.
  • Si insiste en beber alcohol, recomiéndale comer algo antes, no tomar mucho y alternar los tragos con refrescos o agua.
  • Asegúrate de que te cuenta a dónde va y que tiene un plan para regresar a casa sano y salvo.

Los riesgos del alcohol para la salud de los jóvenes

  • Puede afectar el desarrollo de órganos y funciones vitales, incluidos el cerebro, el hígado, los huesos y las hormonas.
  • Empezar a beber antes de los 14 se asocia con el incremento de riesgos para la salud, incluidas las lesiones relacionadas con el alcohol, los pensamientos suicidas y los intentos de quitarse la vida.
  • También se asocia con comportamientos violentos, embarazos precoces, el uso de drogas, problemas para encontrar trabajo y la conducción bajo los efectos del alcohol.

*Información proporcionada por el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS).


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