El sonambulismo puede ser riesgoso para quien se mueve dentro del hogar. Pero conducir dormido eleva los peligros a un nivel completamente distinto.
El neurólogo Guy Leschziner describe el caso de una de sus pacientes, Jackie, quien ha llegado a manejar vehículos de dos y cuatro ruedas completamente dormida.
Poco después de mudarse de Canadá a Reino Unido, Jackie estaba viviendo en la casa de una señora mayor.
"Una mañana, me preguntó: '¿Dónde fuiste anoche?'", contó Jackie, quien respondió que no había ido a ninguna parte.
"Bueno, saliste en tu moto", replicó la dueña de casa.
Jackie estaba sorprendida. Inmediatamente le preguntó si había usado el casco.
"Oh, sí. Bajaste las escaleras, tomaste tu casco y saliste", le contó la mujer, agregando que se había ausentado por unos 20 minutos.
Jackie no recordaba su paseo nocturno porque estaba dormida en ese momento. Y, de no ser por la dueña de su casa, quizás jamás se habría enterado de que había salido, ya que la motocicleta estaba exactamente en el mismo lugar de siempre.
¿Cuestión de niños?
De niña, Jackie no era muy popular en los campamentos a los que iba en su Canadá natal.
Cuenta que al dormir "solía hacer una suerte de rugido". "Era como el sonido de un oso. Una noche gruñí tanto y tan fuerte que todas se asustaron, por lo que nadie me quería cerca".
También era un problema para los adultos que supervisaban las excursiones.
"Me levantaba en medio de la noche y caminaba hacia el río o hacia el bosque. No podían controlarme, así que me terminaban llevando de regreso a casa".
Pero el sonambulismo no era algo exclusivo de los campamentos.
"Solía bajar las escaleras, abrir la puerta del cuarto de mis padres y quedarme ahí parada", dijo. "Eso asustaba a mi madre, pero mi padre simplemente me tomaba de la mano, me llevaba al piso de arriba y me volvía a acostar".
Este tipo de comportamientos es muy común en la infancia.
También lo son otros comportamientos relacionados, como hablar o comer dormido y tener miedos nocturnos, episodios donde el niño parece estar aterrorizado, llegando incluso a gritar y gritar de manera inconsolable, pero se despierta sin recordar lo sucedido.
Para la mayoría de los niños, estos eventos, denominados parasomnias no REM, porque ocurren fuera de la fase de sueño REM, desaparecen lentamente con el tiempo.
Pero en el 1% a 2% de los casos persisten en la edad adulta.
Jackie reaccionó a la noticia de su paseo nocturno en moto dándole las llaves del vehículo a la dueña de la casa. Pensó que así, el problema estaba resuelto.
Se equivocó.
Al volante
Muchos años después, unos vecinos le preguntaron a Jackie qué había estado haciendo a eso de las dos de la madrugada.
Ella les respondió que a esa hora estaba dormida.
"Me dijeron: 'No, no, te vimos conduciendo'. Como había hecho en mi moto, manejé el automóvil dormida", contó.
Una vez más, Jackie había estacionado su auto exactamente en el mismo lugar, sin dejar ninguna pista que pudiera haber revelado sus andanzas nocturnas.
La noticia no fue del todo una sorpresa. Si bien su conducción noctámbula había ocurrido en un pasado distante, más recientemente había estado caminando alrededor de un crucero en la mitad de la noche.
Para evitar un accidente, le había dado la llave de la cabina a un miembro de la tripulación, que la encerró por la noche y regresó por la mañana.
Pero la idea de conducir por la ciudad mientras dormía, poniéndose a ella misma y a otros en peligro, le resultaba alarmante. Fue entonces que decidió acudir a un profesional.
Mitad despierto, mitad dormido
La ciencia sabe desde hace años que algunos animales ?como los delfines, las focas y los pájaros? pueden dormir usando la mitad de su cerebro, lo que les permite nadar o volar en pleno sueño.
Esto no ocurre en los seres humanos, pero está confirmado que el sueño y la vigilia pueden existir en diferentes partes del cerebro al mismo tiempo.
Por ejemplo, ante situaciones de privación de sueño, hay pequeñas áreas de la corteza cerebral (la superficie externa del cerebro) que exhiben algo llamado "sueño local", es decir, actividad eléctrica consistente con el sueño.
Los estudios sobre sonambulismo muestran que las partes del cerebro que controlan la visión, el movimiento y la emoción parecen estar despiertas, mientras que las áreas del cerebro involucradas en la memoria, la toma de decisiones y el pensamiento racional parecen permanecer en un sueño profundo.
Estos hallazgos en cierta medida explican por qué los sonámbulos pueden parecer estar despiertos, con los ojos abiertos, hablando y realizando tareas difíciles como andar en motocicleta, pero se comportan de manera extraña y no tienen recuerdos o son muy limitados.
Al igual que muchos aspectos del sueño, esto probablemente tenga una base genética.
Muchos de mis pacientes en el Centro de Trastornos del Sueño del Hospital Guy de Londres informan de un fuerte historial familiar de parasomnias no REM y estudios preliminares han identificado áreas del genoma que pueden estar involucradas.
Estrategias caseras
Jackie terminó tratándose en el Hospital Guy, pero antes había buscado estrategias caseras para controlar su condición.
Uno de sus métodos fue colgar una campana en el picaporte de su puerta principal. Pero el compañero de Jackie, Ed, tiene un sueño tan pesado que el sonido no lo despertaba.
También se compró una caja de seguridad donde guardaba las llaves cada noche y que no se abría hasta las 6 de la mañana. Además, dejaba una copia a un vecino para casos de emergencia.
Esta estrategia sí logró evitar que Jackie saliera del apartamento o condujera en la mitad de la noche.
Pero, en general, el sonambulismo puede resultar inconveniente o embarazoso. Las personas pueden hacer llamadas telefónicas o enviar mensajes de texto a la mitad de la noche, encontrarse deambulando por la calle sin ropa o cocinar mientras duermen.
"Nos preocupamos cuando una persona (sonámbula) se mete en un automóvil, cuando comienza a caminar al aire libre o utiliza implementos como cuchillos, que pueden ser peligrosos", dice Meir Kryger de la Universidad de Yale.
Sin embargo, en la gran mayoría de casos, las parasomnias no REM son mucho menos dramáticas y su manejo a menudo es sencillo.
Para tratar esta afección, es importante mejorar la calidad del sueño. Ocasionalmente, para casos más severos, también se recetan medicamentos. Y, al igual que Jackie, simples precauciones prácticas pueden hacer una gran diferencia.
Solíamos considerar al sueño y la vigilia como estados binarios, o sea, que las personas están despiertas o dormidas. Pero estas notables condiciones nos indican que no es así.