Para unos es un placer inmenso, para otros, una pérdida de tiempo.

Independientemente de si nos gusta o no, el sueño ha demostrado ser según diversos estudios una actividad fundamental que nos ayuda a recomponernos y a sentirnos plenos al día siguiente.

¿Pero puede servirnos también para incorporar información nueva a nuestro cerebro?

De acuerdo a un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature Communications, el cerebro es capaz de aprender nueva información, pero sólo durante la fase de movimientos oculares rápidos (conocida como MOR o también REM, por sus siglas en inglés).

Proceso automático

Para evaluar esta habilidad, Thomas Andrillon, investigador de la Universidad de Investigación PSL en París, Francia, monitoreó el sueño de un grupo de 20 individuos, a quienes hizo escuchar una serie de patrones de sonido mezclados con ruido blanco cuando estaban despiertos y luego cuando dormían.

A la mañana siguiente, Andrillon y su equipo les pidieron identificar estos patrones de sonido. Los que recordaron mejor fueron los patrones de sonido que escucharon durante la fase REM.

"Lo que hicimos fue usar una forma peculiar de aprendizaje llamada aprendizaje de sonido acústico. Es una forma de aprender bastante compleja porque el material que aprendes es ruido blanco acústico, que es completamente aleatorio", le explicó Andrillon a la BBC.

"Diferenciar entre uno y otro por lo general es muy difícil. Pero, para nuestra sorpresa, es el tipo de aprendizaje que la corteza auditiva puede hacer de forma casi automática ", añade el investigador.

"Cuando presentamos un fragmento de sonido blanco de forma repetida, el cerebro empieza automáticamente a aprenderlo y a individualizarlo".

Teoría inclusiva

Los resultados del estudio, dice Andrillon, reconcilia las dos teorías prevalentes sobre el papel del sueño en la memoria.

Mientras que un grupo de científicos propone que el sueño ayuda a consolidar la memoria, reactivando los caminos neuronales involucrados en los procesos de aprendizaje mientras estamos despiertos, otros sostienen que al dormir, el cerebro se deshace de las conexiones neuronales más débiles para permitir fijar las asociaciones más fuertes.

Esta nueva teoría aúna estas dos visiones opuestas porque plantea que, mientras dormimos, el cerebro hace las dos cosas, cada una de ellas en una fase diferente del sueño.

Andrillon aclara que aunque el estudio aporta evidencia sobre la capacidad de nuestro cerebro de adquirir información nueva mientras dormimos, esto no quiere decir que seamos capaces de procesar información compleja como puede ser el aprender un nuevo idioma o recordar un texto académico.

Lo más promisorio de aprender durante el sueño, dice, "es usar la naturaleza implícita de este tipo de aprendizaje".

"Durante el sueño, se podría usar esta forma implícita de aprendizaje para reprogramar algunos recuerdos. Por ejemplo se podrían borrar fobias o recuerdos traumáticas del cerebro".

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