"Gané más de £127.000 en una noche (unos US$170.000). Esa fue la peor noche de mi vida, porque fue cuando mi adicción realmente comenzó a salirse de control".
Lisa Walker, una británica de 49 años, era asidua al bingo local y a las salas de apuestas, pero fue tras aquella sesión de póquer en el casino cuando empezó a jugar compulsivamente y su hábito se volvió perjudicial.
"El casino me quería de regreso y me ofrecían todo lo que quería: bebidas gratis, comidas gratis para tentarme", cuenta.
"La mayoría de los días pensaba en apostar y la mayoría de los días lo terminaba haciendo. Llegué a quedarme sin dinero".
Pero no solo perdió todas sus ganancias, también su casa después de haberla rehipotecado para poder seguir apostando.
Y durante un tiempo tuvo que vivir, junto a sus hijos de 10 y 11 años, en un albergue. Ella no había cumplido los 30.
Según una encuesta llevada a cabo por la firma de análisis de datos YouGov, en Reino Unido se estima que podría haber medio millón de mujeres "peligrosamente enganchadas" al juego y en riesgo de caer en una situación similar a la de Lisa.
Y es posible que muchas de ellas ni siquiera reconozcan las señales de alerta de que se están volviendo adictas al juego o que sientan demasiada vergüenza o temor al estigma para buscar ayuda, advierte la organización benéfica Gamble Aware.
Casino las 24 horas
A sus 45 años, Lisa seguía con la adicción al juego.
Escogió Las Vegas como lugar para casarse y pasó la noche de bodas apostando en un casino en lugar de celebrar la ocasión con su novio e invitados.
De regreso en Reino Unido, se dio cuenta de que las apuestas la habían llevado a un "lugar profundo y oscuro", que no podía pensar en nada más y que necesitaba ayuda.
Así que decidió asistir a una reunión de Jugadores Anónimos. Había allí 35 hombres y una sola mujer, además de ella.
Desde entonces acude semanalmente a las sesiones, y dice que son cada vez más mujeres las que asisten.
Ahora se encuentra en recuperación y ha creado su propio grupo de mujeres, además de trabajar como voluntaria en Betnowmore, otra organización que ayuda a adictos al juego.
Según Lisa, son los juegos de azar en internet los que ahora constituyen un problema.
"Estamos viendo a mucha gente que se conecta [a los sitios de apuestas] online. Tienes un teléfono móvil a mano las 24 horas, un casino en tu bolsillo las 24 horas, y en un par de minutos puedes estar apostando en línea".
"El comportamiento de un adicto al juego se manifiesta de manera distinta en mujeres que en hombres", dice Liz Karter, una experta de Reino Unido en este tipo de adicción.
"Sabemos, por ejemplo, que esta disponibilidad online atrae a muchas mujeres a juegos que parecen inocentes y socialmente aceptables. Parecen seguros y familiares, ya que son muy similares a los juegos digitales gratuitos a los que todos estamos acostumbrados a jugar", explica.
"Además, la esperanza de obtener ganancias financieras puede resultar un poderoso motivador. Si bien el juego no siempre genera perjuicios, es fundamental que las mujeres estén al tanto de las primeras señales de advertencia, como perder la noción del tiempo, incurrir en deudas cada vez mayores, tender a ocultar la actividad ante otros o apostar para olvidar sus problemas".
La doctora Ellie Cannon dice que las señales de advertencia de que el hábito se está volviendo dañino son:
- Apostar más de lo que se puede pagar
- Pedir préstamos para apostar
- Perder la noción del tiempo
- Sentirse ansioso o culpable por jugar
- Mantener la actividad en secreto
Una portavoz de la Comisión de Juego, el organismo gubernamental que regula los juegos de azar en Reino Unido, dijo que "son absolutamente vitales las campañas para crear conciencia sobre los riesgos de los daños del juego".