La caries es la enfermedad dental crónica más común en el mundo: afecta al 60-90% de los niños del mundo, según la Federación Mundial de Odontología.

Como enfermedad, es 20 veces más común que la diabetes y cinco veces más común que el asma.

Y, si no se trata adecuadamente, puede causar dolor y abscesos, requerir tratamiento de raíz y hasta la extracción de los dientes, lo que puede traumatizar a los niños de por vida.

La forma habitual de tratar la caries dental es perforar la podredumbre y luego cubrir el diente con una tapa delgada de acero inoxidable.

Pero este tipo de tratamiento requiere anestesia local, mucho tiempo, habilidades especializadas y, para el dentista, la paciencia de un santo.

De hecho, si el niño está ansioso -y muchos lo están- a menudo tiene que ser ingresado en el hospital para que el trabajo se realice bajo anestesia general.

Pero piensa en un niño que vive en la pobreza en el este de África, sin agua corriente ni electricidad y el dentista más cercano a uno o dos días de distancia.

¿Crees que tendría acceso al mismo tipo de cuidado que un niño en Occidente? ¿Y crees que sus dientes cariados se salvarían?

Yo trabajo como dentista en Sudán, cuidando a niños que viven precisamente en esas circunstancias.

A los 12 años, casi todos los niños en Sudán saben lo que es que les hayan sacado un diente.

Y aunque somos un país de 40 millones de personas, solo tenemos ocho dentistas para niños.

Pero, ¿qué pasaría si te dijera que todo lo que tenemos que hacer para salvar el diente de un niño es ignorar la podredumbre, sellar el diente malo y no hacer nada más?

¿Me creerías si te dijera que esto es tan efectivo como el costoso tratamiento de referencia?

Probando la Técnica Hall

Un análisis de 2006 de los registros de atención primaria, mostró que esta simple técnica, conocida como "la técnica Hall", fue tremendamente efectiva en el tratamiento de niños en Escocia.

Funciona privando de oxígeno a los gérmenes que pudren los dientes.

Sin embargo, aunque esta técnica está respaldada por evidencia científica, muchos dentistas de todo el mundo la han rechazado por la falta de pruebas aleatorias controladas que demuestren su efectividad en comparación con las técnicas convencionales aceptadas.

Entonces, con colegas de la Universidad Queen Mary de Londres, nos propusimos realizar tal prueba.

Para ello, tomamos a 164 niños sudaneses y les asignamos aleatoriamente uno de los dos tratamientos.

Un grupo recibió el tratamiento estándar: primero el niño recibió anestesia local y luego se taladró el diente malo para eliminar la caries.

Después se ajustó una corona a la forma y el tamaño correctos del diente, que es una tarea complicada, y esta se pegó.

El otro grupo recibió la Técnica Hall: empujamos la corona de metal suavemente sobre el diente y la pegamos sin inyecciones ni taladros.

Ambas técnicas comparte el uso de coronas y pegamento, pero en la técnica convencional las coronas requieren un ajuste considerable. No se requiere ninguno para la Técnica Hall.

Circunstancias difíciles

El estudio se realizó en un momento en Sudán cuando el brutal régimen de Omar Al-Bashir estaba llegando a su fin.

La vida diaria fue, y sigue siendo, dura. Y la situación afectó el proyecto en muchos niveles.

Si bien la mayoría de los científicos dan por sentado que tendrán acceso a internet, nosotros no.

Además, los apagones son comunes y pueden durar semanas o meses, por lo que se necesita un alto nivel de organización.

E incluso en la capital, Jartum, los suministros de electricidad y agua no están garantizados y se puede estar días sin acceso a estos servicios.

En ese contexto, la redacción de las conclusiones del estudio llevó un tiempo, ya que tuvimos que ajustarnos a los momentos en los que teníamos acceso a internet y podíamos colaborar con nuestros socios dentro y fuera de Sudán.

Pero los sudaneses son generalmente personas felices y nada parece perturbarlos.

El personal fue fantástico e hizo todo lo posible para ayudar en estas difíciles condiciones.

Resultados positivos

Los resultados de nuestro estudio, publicado en la revista PLOS ONE, demuestran que la Técnica Hall funciona tan bien como el tratamiento estándar en todos los aspectos clínicos, como la supervivencia del diente, la salud de las encías, la mordida defectuosa (oclusión) y la formación de abscesos, incluso cuando es aplicada por operadores con menos experiencia.

Y además de salvar los dientes, la Técnica Hall funcionó tan bien como el tratamiento de referencia en términos de las coronas que permanecieron en su lugar, según un seguimiento de dos años.

Los niños estaban además mucho más felices justo antes del tratamiento, inmediatamente después del mismo y un año después.

De hecho, algunos exigían que les ajustaran las coronas a sus hermanos y hermanas.

El único llanto que escuchamos en la clínica fue cuando al hermano de un niño le pusieron un corona y a él no.

Mantener los costos bajos es muy importante para mantener los sistemas de salud pública en todo el mundo, y esta técnica demostró ser mucho más barata que las técnicas convencionales de perforación y taponado.

Pero los cambios en la política de atención médica deben estar respaldados por evidencia, y nuestro estudio sirve para proporcionar eso.

Si se adopta ampliamente, la Técnica Hall podría tener un gran impacto en muchos servicios de salud pública en todo el mundo, particularmente en los países en desarrollo y aquellos con poco acceso a los servicios dentales.

Y eso les daría a los niños una mejor oportunidad de conservar sus dientes.

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