Japón se está preparando para una misión muy especial. Un sueño inspirado en la Torre Eiffel con el que busca hacer historia: viajar al espacio en ascensor.
Se trata de un elevador para transportar personas y carga a través de un cable de acero.
La primera prueba es un experimento en el que se enviarán dos pequeños satélites cúbicos dentro de un contenedor. Estaba prevista para el 10 de septiembre desde el Centro Espacial Tanegashima, Japón, a las 22.32 GMT, pero un pronóstico de tifón obligó a retrasarlo unos días hasta el viernes.
Será la primera prueba de estas características en el espacio. Si es exitosa, puede que logre despertar interés sobre los elevadores espaciales, que algunos daban por imposible.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería Universidad Shizuoka está detrás del proyecto que pretende llegar hasta la Estación Espacial Internacional, a 400 km de altura. Una cámara registrará cada uno de los movimientos.
Pero la idea no es nueva. De hecho, los científicos llevan décadas soñando con ella.
Un viaje a toda velocidad
En 1895, el físico ruso Konstantin Tsiolkovsky quedó deslumbrado por la Torre Eiffel de París. Y pensó que podría usarse una estructura similar para lanzar cuerpos al espacio.
La idea consistía en usar la fuerza centrífuga de la rotación del planeta, como si fuera una cuerda atada a una pelota de fútbol que se hace girar.
Escritores de ciencia ficción como Arthur C Clark, quien lo describió con detalle en su novela "Las fuentes del paraíso" (1979), también imaginaron que fuera posible.
Pero, ¿cómo hacerlo realidad?
Los científicos japoneses dicen que su sistema, cuyo contratista principal es la constructora Obayashi Corp, el coste se estima en unos US$9.000 millones.
"Nuestros expertos en construcción, clima, comportamiento del viento y diseño dicen que es posible", declaró hace unos años un portavoz de la compañía, cuando el proyecto estaba en su fase inicial.
Una vez terminado, esperan que el elevador sea capaz de transportar hasta 30 personas dentro de un contenedor con forma de óvalo que se moverá a 200 km/h en un trayecto que durará ocho días.
Un motor eléctrico impulsará la cabina a través del cable, que tendrá una longitud total de 96.000 km. Se espera que esto sea posible hacia el año 2050.
"En teoría, un ascensor espacial es altamente plausible. Los viajes espaciales pueden convertirse en algo popular en el futuro", declaró Yoji Ishikawa, quien dirige el equipo de investigación.
No todos están de acuerdo.
Vientos en contra
El mayor reto es encontrar un material lo suficientemente fuerte como para combatir la gravedad y los vientos de la atmósfera. Por eso los proyectos que hasta ahora se han planteado integran nanotubos de carbón, hasta 20 veces más fuerte que el acero.
La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) también quieren hacerlo viable. El físico estadounidense Bradley C. Edwards dijo que se necesitan unos 20 años para construirlo.
En 2009, la ESA mostró un prototipo en la Segunda Conferencia Internacional de Diseño del Ascensor Espacial.
Y unos años más tarde, la empresa canadiense Thoth Technology Inc. logró obtener una patente en Estados Unidos para crear una torre inflable de 20 km de altura que lograra el propósito, aunque todavía no se ha desarrollado el proyecto.
Pero para el empresario espacial Elon Musk la idea es "extremadamente complicada".
"No creo que sea realista crear un elevador espacial. Sería más fácil construir un puente de Los Ángeles a Tokio", dijo en una conferencia en el MIT.
Pronto saldremos de dudas.