Greta Thunberg estaba en el lado equivocado del mundo.

Había tardado 14 días en cruzar el Atlántico en un viaje en barco -y sin emisiones de carbono- para asistir, primero, a la cumbre de las Naciones Unidas en Nueva York, EE.UU., y luego a la COP25, en Chile.

Pero, en el último minuto, la adolescente se vio forzada a cambiar sus planes: debido intensas manifestaciones políticas y sociales en Chile, esta última cumbre debió ser trasladada a España.

Thunberg, entonces, necesitaba un equipo que la llevara de regreso a Europa. Y lo necesitaba urgentemente.

Fue entonces cuando apareció Nikki Henderson.

"Ayudé porque quería ver cómo era realmente Greta, conocerla y poder educarme sobre lo que representa", dijo la marinera británica de 26 años años en el programa Newsbeat de BBC Radio 1.

El problema era que Nikki estaba en Reino Unido cuando los youtubers australianos Riley Whitelum y Elayna Carausu le pidieron que se uniera a ellos en su yate, transportando a Greta de regreso a Europa.

Y con solo dos días de aviso, no tuvo más remedio que viajar en avión para encontrarse con ellos.

Su decisión, sin embargo, fue criticada ya que se suponía que toda la misión debía ser libre de carbono.

"En un mundo ideal, sí, habría navegado hasta allá", dice ella. "Pero este era un viaje más simbólico. Greta quería navegar porque es una buena manera de enviar un mensaje al mundo diciendo que no hay una opción sostenible real para viajar".

"No le está diciendo a nadie cómo viajar, no le está diciendo a nadie cómo vivir su vida", agrega.

Tormenta eléctrica

Y así fue como Nikki junto a Greta y su padre y el resto de la tripulación, zarparon de Virginia, Estados Unidos, el 13 de noviembre, pasando casi tres semanas a mar abierto en un barco de 14,6 metros.

"Pasamos mucho tiempo juntos en un espacio bastante pequeño -cuenta Nikki-. Comimos la mayoría del tiempo todos juntos. Nos sentábamos afuera y tuvimos muchas conversaciones".

Pero cruzar el Atlántico en invierno no se trata solo de cenas acogedoras y de sentarse bajo las estrellas.

"Tuvimos un par de noches con tormentas eléctricas que fueron realmente increíbles pero también bastante aterradoras", dice Nikki.

"Vi un par de rayos golpear el agua muy cerca del bote, por lo que fueron noches muy tensas, aunque la mayoría de nosotros mirábamos por la ventana, diciendo: '¡Guau!'".

"Greta es obviamente muy valiente"

Como una marinera profesional, Nikki dice estar preparada para lo inesperado. Pero un clima como este, con vientos de 40 nudos y olas de cinco metros de altura, la pusieron "bastante nerviosa".

Sin embargo, experiencias como estas también la ayudaron a aprender más sobre Greta.

"Creo que se necesita un cierto tipo de persona para cruzar el Atlántico en invierno. Y ella obviamente es muy valiente", dice Nikki.

"Me quito el sombrero por ella y por su padre. Ambos fueron muy valientes. Y no lo hicieron por ellos mismos, sino para enviar un mensaje", agrega.

Después de pasar 19 días con ella en el mar, Nikki describe a Greta como "amigable, tranquila y amable", y dice que la experiencia le ayudó a entender por qué es tan "cautivadora".

"Su pasión se manifiesta cuando la conoces en persona y también cuando la ves en el escenario. Ella es tan cautivadora porque es genuina y fiel a su mensaje en todos los sentidos", dice.

El barco llegó a Lisboa, Portugal, el 3 de diciembre. Nikki dice que la llegada fue un "choque cultural".

"En el mar comes alimentos muy simples, no bebes alcohol y vives una vida muy sencilla, sin siquiera ducharte", dice.

"Solo ver a mucha gente fue un choque cultural. Cuando llegamos al muelle había miles y miles de personas".

"Estoy segura de que estaremos en contacto para siempre"

Después de llegar a tierra, Greta partió a Madrid y la tripulación se separó. Sin embargo, Nikki cree que la experiencia que compartieron en el barco los mantendrá como amigos de por vida.

"Un viaje como este a través de un océano crea lazos que son muy, muy difíciles de recrear en cualquier otra área de la vida. Saldré con cuatro muy buenos amigos, con los que estoy segura que nos mantendremos en contacto para siempre", dice.

Nikki ahora regresará a Reino Unido en tren.

Si bien la mayoría de las personas no pueden navegar a través del Atlántico, Nikki cree que hay lecciones que aprender de su viaje.

"Creo que demostramos que se necesitan opciones más sostenibles para una persona común para cruzar el Atlántico", dice.

"Y creo que sin duda hay un mensaje sobre lo que se puede lograr si trabajamos juntos (...). Puedes lograr algo realmente notable si estás preparado para hacerlo", concluye.

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