Es posible que hayas visto sus correos electrónicos estratégicamente egoístas o que hayas detectado sus egos autoinflados en las reuniones de trabajo.
Un estudio de la escuela internacional de negocios Ashridge at Hult identificó un tipo de empleado que logra parecer ocupado y con un permanente halo de éxito sin hacer nada útil.
El equipo de investigadores examinó 28 centros de trabajo en Reino Unido y encontró trabajadores que parecían estar "altamente comprometidos".
Pero en un análisis más detallado descubrió que esas personas eran proclives a la "autopromoción" y que su falta de esfuerzo reducía la producción general de la oficina.
El estudio clasificó los niveles de compromiso de equipos de trabajadores en diferentes sectores de empleo, como salud, gobierno, transporte y organizaciones sin ánimo de lucro.
Encontró algunos trabajadores muy motivados, y algunos que estaban claramente descontentos y poco comprometidos.
Pero lo que sucedía en aproximadamente uno de cada cinco equipos era un misterio: los trabajadores parecían estar muy comprometidos, pero el trabajo en equipo y la productividad eran deficientes.
Cultura corporativa
Los investigadores descubrieron que estos grupos de trabajadores se estaban viendo socavados por un perfil específico de personas: las que estaban "aprovechándose del sistema" con éxito, pero que en realidad no estaban sacando trabajo adelante.
Es posible que parezca que estas personas están constantemente en reuniones o que se involucren en conversaciones en su propio beneficio, pero aparte de jugar de acuerdo a las reglas de la cultura corporativa, es difícil ver cuáles son sus logros.
Este grupo fue etiquetado como "pseudo-comprometido", para diferenciarlos de los "comprometidos" y los "desencantados".
"Disfuncional" pero premiado
Amy Armstrong, investigadora principal del estudio, dijo que ese personal "egoísta" socava el trabajo en equipo y daña la productividad. Además, en un sentido comercial, su presencia tiene un impacto negativo.
Pero añadió que a menudo este tipo de comportamiento de algunos trabajadores es alentado por el sistema de gestión.
"Son recompensados por ese comportamiento disfuncional", señaló Armstrong.
Efectivamente, es más probable que ese tipo de empleados obtenga promociones, mejores salarios y bonificaciones y que dedique aún más sus esfuerzos a su propia carrera, en detrimento de la productividad colectiva.
"Es una imagen bastante deprimente", indicó la investigadora.
Pero esto sucede a menudo porque estas personas enfocan sus esfuerzos en hacerse ver bien frente a los altos directivos.
Y el personal que pasa su tiempo promocionándose en reuniones probablemente se beneficia más que los colegas que hacen el trabajo.
Los lugares de trabajo analizados parecían tener mucho compromiso de sus trabajadores y estos parecían estar alineados con los objetivos de la empresa.
Pero debajo de la superficie, los investigadores encontraron "bajos niveles de confianza y cohesión" con "poca evidencia de apoyo mutuo".
Armstrong observó que en esos lugares de trabajo puede parecer que "no tiene sentido trabajar en equipo" porque al final hay algunas personas que se benefician de su autopromoción.