Durante mucho tiempo, navegar significó estar fuera de la vista y del alcance de todo el mundo.

Y, como resultado, nacieron todo tipo de chanchullos. Por ejemplo, países que secretamente venden petróleo y otros bienes a países a los que no deberían vendérselos según las sanciones internacionales. Por no mencionar la piratería y el secuestro.

El problema es que los capitanes de los barcos pueden desactivar fácilmente el mecanismo actual de seguimiento de los buques, que se llama Sistema de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés), y, así, ocultar su ubicación. Se convierten, por lo tanto, en "barcos fantasma".

Ahora, sin embargo, se han lanzado miles de satélites de vigilancia al espacio, y las imágenes que toman se analizan con inteligencia artificial (IA).

Así, estos barcos ya no tienen ningún lugar donde esconderse.

El análisis de las imágines de satélite

Samir Madani, cofundador de TankerTrackers.com, asegura que a través del análisis de imágenes satelitales su empresa identificó a petroleros iraníes entrando y saliendo de puertos, a pesar de las sanciones de EE.UU. que restringen gran parte de las exportaciones petroleras del país.

También vieron a Corea del Norte, que tiene un límite dictado por las normas internacionales de 500.000 barriles de petróleo refinado al año, recibiendo transferencias de petróleo de barco a barco en alta mar.

Apagar los transpondedores AIS que transmiten la posición, el rumbo y la velocidad de un barco ya no es garantía de anonimato.

La empresa TankerTrackers.com puede incluso determinar qué carga lleva un barco -y cuánta cantidad- con solo mirar la sombra que crea en el agua, afirma Madani.

Cuanto más lleno está el buque, más abajo entra en el agua, cosa que afecta el tamaño de la sombra que crea según la posición del sol en ese momento.

"Hay otros indicadores que no queremos mencionar, tenemos nuestros propios métodos", añade Madani misteriosamente.

Rastreando barcos... y la economía global

La empresa espacial privada Planet Labs acaba de lanzar 300 satélites a la órbita, la flota de este tipo más grande que se ha comercializado. Uno de sus servicios es hacer seguimiento de barcos a clientes como Tanker Trackers.

Además de detectar las actividades marítimas infames, estos espías en el cielo pueden darnos una perspectiva sobre la economía global.

Por ejemplo, Madani ha sido testigo de un gran número de petroleros que navegaban desde Estados Unidos a China y que se detuvieron repentinamente en medio del océano, a medida que las tensiones comerciales entre los dos países aumentaban.

Y ahora que Arabia Saudita, junto con sus aliados de la OPEP, acordó reducir la producción de petróleo en un intento por aumentar los precios -para disgusto del presidente Trump-, los negociantes pueden ver si está cumpliendo su promesa simplemente controlando el número de petroleros que salen de sus puertos.

En el pasado, los negociantes tendrían que haber esperado semanas para confirmar que las entregas estaban disminuyendo.

El rastreo satelital ofrece información casi en tiempo real a los negociantes sobre dónde se encuentran los suministros de petróleo, cuánto hay y cuánto tardará en llegar. Esto significa que pueden responder mucho más rápidamente a cambios repentinos en el precio y la demanda.

Supongamos que una gran tormenta invernal azota la costa este de EE.UU. y, como consecuencia, sube el precio del petróleo. Los petroleros que ya estén camino a Europa, por ejemplo, pueden querer "cambiar de rumbo y volver a cruzar el Atlántico en función del precio", explica la analista de envíos independiente Michelle Wiese Bockmann.

Los cargamentos se habrán revendido mientras estaban en ruta.

"Cuando comencé a rastrear barcos, hace cinco años, el sistema no estaba ni de lejos tan evolucionado como ahora", asegura Bockmann.

Vortexa es una de las nuevas empresas que utilizan la inteligencia artificial para analizar todos estos datos satelitales para monitorear los mercados mundiales de energía.

Fabio Kuhn, cofundador y director ejecutivo de la empresa, me muestra un mapa en vivo en el que aparece la ubicación de miles de buques cisterna en todo el mundo.

Si se clica encima de uno, se pueden ver detalles de la carga que lleva y de adónde se dirige. Otras pantallas muestran, por ejemplo, todos los envíos de diésel que se dirigen al Reino Unido en ese preciso momento. Se trata de una información útil si, por ejemplo, espera mal tiempo en las próximas semanas.

"Una empresa como la nuestra no podría haber existido antes de 2015", explica Kuhn. "No había suficientes datos como para que entendiéramos lo que hay dentro de los barcos".

Aunque en la empresa Vortexa no pueden estar seguros de la carga en todos los casos, tener tanta información sobre los barcos y la actividad portuaria permite hacer conjeturas.

"El rastreo de embarcaciones ha ganado mucha prominencia en el mercado mundial de productos básicos", afirma Matthew Smith, de la empresa de rastreo de embarcaciones ClipperData. "Esto se debe a que está aportando más transparencia".

Su empresa mapeó "todos los muelles de todos los puertos" de todo el mundo, y revisó todos los registros públicos disponibles sobre las cargas que tuvieron lugar ahí. Esto significa que si un barco con carga desconocida usa uno de estos muelles, su equipo puede hacer una buena estimación de lo que lleva.

Y como los altibajos del comercio de productos básicos afectan a la economía global en general, los operadores financieros de los grandes bancos y los fondos de cobertura también quieren vigilar la actividad de los barcos, explica Smith.

Como siempre, el conocimiento es poder, y los satélites cada vez más sofisticados y el análisis de datos están ayudando a proporcionar ambas cosas.

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