Daño moral y psicológico: esas fueron las consecuencias para un niño brasileño luego de que una familia lo devolviera un año y medio después de adoptarlo.

Y por ello, la pareja deberá pagar 150.000 reales (unos US$27.700) al niño, que ahora tiene 11 años, como forma de compensación, según dictaminó el Tribunal de Justicia de Sao Paulo (TJSP) en un fallo que dio a conocer este mes.

El caso fue llevado a los tribunales a través del Ministerio Público de Sao Paulo, que presentó una demanda contra la pareja con el argumento de que la retirada de la adopción causó daños psicológicos al pequeño que tenía 6 años cuando fue acogido por la familia.

Según la justicia, la pareja argumentó que adoptó al niño para darle una buena condición de vida, pero luego declararon que la situación se tornó insostenible ya que era "rebelde" y tenía un comportamiento "agresivo, desafiante e imprudente".

La indemnización fue impuesta en un fallo de primera instancia y luego fue confirmada por el Tribunal de Justicia de Sao Paulo.

Los padres adoptivos dijeron que recurrirán a los tribunales superiores, ya que afirman que no han dañado al niño.

Adopciones en Brasil

Las situaciones de los niños que son devueltos es una pequeña parte de las historias sobre la adopción en Brasil.

La justicia considera que la adopción es irrevocable. Sin embargo, las solicitudes de los padres que desean cancelar las adopciones generalmente se aceptan para evitar que el niño se quede en una familia que no lo quiere.

Posteriormente, estos casos pueden ser objeto de demandas y se puede ordenar a los padres que paguen indemnizaciones como un medio para intentar reparar el daño al niño.

Los expertos confirman que los casos de menores devueltos después de ser adoptados son poco comunes.

En Brasil, hay 5.125 niños que pueden ser adoptados y unas 36.300 personas que buscan adoptar.

El hecho de que el número de solicitantes sea siete veces mayor que el de los menores que buscan una familia se explica por la exigencia de la mayoría de las parejas, que desean hijos menores de 4 años y que no tengan enfermedades o discapacidades.

Pese al interés de la adopción en una pareja, el menor puede vivir con el temor de ser rechazado.

Desde el pasado agosto al 13 de enero de este año, se cancelaron 73 adopciones en el país, según el Sistema Nacional de Adopción y Recepción (SNA) del CNJ.

Estos casos involucran a menores que vivían con la familia, cuando un niño aún está en la etapa de cuidado, pero el proceso de adopción aún no se ha completado.

El SNA no tiene datos sobre niños devueltos después de que la familia haya completado el proceso de adopción.

Adopción y devolución

La pareja que fue condenada por la justicia tras devolver a su hijo adoptivo es del interior de Sao Paulo. Luiz* es un oficial de la policía militar y su esposa, Márcia*, es médica.

Fueron incluidos en el Registro Nacional de Adopciones en mayo de 2013, después de recibir una opinión favorable de los tribunales.

Son padres de un hijo biológico que expresaron su deseo de expandir la familia.

Mientras Márcia y Luiz comenzaron la búsqueda de un niño, el pequeño César* vivía en un hogar para menores, también en el interior de Sao Paulo.

Él tenía 5 años cuando sus padres biológicos perdieron su custodia y la de sus hermanos. Fue llevado a un refugio donde más tarde conoció al policía y a la doctora.

En septiembre de 2015, el niño, que entonces tenía 6 años, comenzó las visitas a la casa de los padres adoptivos.

En diciembre de ese año, el tribunal otorgó la custodia del niño a la pareja, entendiendo que se crearon vínculos emocionales entre la familia y César.

En marzo de 2016, los padres adoptivos ingresaron al proceso de adopción, completándolo en junio de ese año.

La pareja informó luego que los lazos afectivos con el niño, que es similar en edad a su hijo biológico, pronto se redujeron.

Un año después, en junio de 2017, la pareja decidió devolver al niño.

Los padres adoptivos argumentaron ante el tribunal que intentaron tener una buena relación con César y proporcionaron toda la asistencia necesaria, como salud, educación y ocio.

La pareja declaró que siempre trató al niño con gran afecto. Sin embargo, dijo que no podía eludir el comportamiento del niño.

Los padres justificaron, según el expediente del caso, que el niño "llegaba a la casa con pánico por la lluvia, dormía mal, sin hábitos educados, sin hacer su limpieza personal, además de ser descuidado con sus objetos personales, desinteresado en las tareas escolares, con dificultad para aceptar reglas, así como con la costumbre de mentir para lograr sus objetivos y evitar el castigo".

La pareja también afirmó que tenía dificultades para crear vínculos emocionales con el niño.

Según el expediente del caso, ellos se mantuvieron firmes en la decisión de devolver al niño y el tribunal aceptó la solicitud.

César fue llevado a un tutor, una persona considerada adecuada por los tribunales para cuidar de él.

El proceso

El niño permaneció durante un año y nueve meses en la casa de la familia, desde el día en que comenzó su estadía hasta la fecha en que fue llevado al tutor.

Después de ser devuelto por la familia, el Ministerio Público presentó una demanda contra los padres adoptivos en el Tribunal de la Niñez y Juventud de Atibaia, en Sao Paulo.

En la demanda, la fiscalía declara que la pareja debía ser condenada a reparar los daños morales sufridos por el niño.

El Ministerio Público dice que los padres trataron al hijo biológico y al hijo adoptivo de manera diferente, algo que la pareja niega.

En la presentación judicial, se cita, por ejemplo, que la pareja retiró a César de actividades extracurriculares, como fútbol, tenis y natación, con el argumento de que necesitaba ser reprendido por su mal comportamiento.

Además, el niño fue transferido de una escuela bilingüe "reconocida" a una escuela municipal a mediados del año escolar, mientras que en el mismo período el hijo biológico de la pareja permaneció en el colegio privado.

Según el expediente del caso, los padres viajaron a Disney con su hijo biológico, mientras que César se quedó en Brasil, junto con un cuidador.

Según la defensa de la pareja, no lo llevaron de viaje para regañarlo por ser rebelde.

También, según el Ministerio Público, la madre usó su profesión médica para administrar medicamentos de uso restringido (Ritalin y Risperidona) a César, sin la prescripción de un psiquiatra.

La justicia remitió el caso al Consejo Regional de Medicina (CRM), para investigar, además, una "posible infracción".

"Tales comportamientos denotan que los acusados no acogieron genuinamente al niño en su familia, haciendo una clara distinción en el tratamiento con el niño biológico, incluso tomando la decisión drástica de devolverlo, sin tener en cuenta los sentimientos del niño y sin tener ninguna preocupación por la condición de un niño en desarrollo", destacó el fallo de la jueza Marcia Dalla Déa Barone, del TJSP.

La jueza estimó que la pareja creó una expectativa errónea antes de la adopción.

Barone citó que muchos niños que están en refugios llevan consigo innumerables traumas, heridas e historias de humillación.

Por lo tanto, la jueza enfatizó que los padres adoptivos deben comprender las limitaciones y dificultades del niño.

Para la magistrada, la devolución del niño por la pareja fue abrupta, principalmente porque el niño había desarrollado vínculos afectivos con la familia adoptiva.

Un estudio social, que aparece en el caso, reveló el sufrimiento del niño después de ser devuelto.

Según ese informe, meses después de dejar a la familia, el niño aún sufría cuando se enfrentaba con los recuerdos de los padres adoptivos.

"En las vacaciones en la playa en enero, César estaba andando en bicicleta en la acera cuando vio algunos autos de la policía estacionados. Inmediatamente, tiró su bicicleta al piso y subió al auto como si buscara a alguien. Estaba buscando al padre", dice un extracto del estudio social realizado al niño, después de que lo llevaron al tutor.

En su fallo, Barone señaló que no se pueden negar las dificultades para que un niño se integre en la familia en la adopción tardía.

Sin embargo, citó que "no se puede admitir que los adoptantes se comporten de manera intrascendente en su decisión de adoptar y recibir al menor en su familia dentro de la calidad de un niño".

"Debe entenderse que están tratando con un ser humano y que las actitudes irresponsables pueden causar un daño irreparable al niño", añadió.

BBC Brasil intentó comunicarse con la doctora que adoptó a César pero ella se negó a comentar sobre el asunto.

Más tarde, el abogado de la pareja, Ivelson Salotto, se puso en contacto con BBC Brasil y negó que el niño sufrió daños después de que la familia cancelara la adopción.

"La familia pagó la comida del niño durante casi un año después de la devolución. El niño no estuvo sin hogar ni un día. Dejó a los adoptantes y fue a una familia acogedora", argumentó Salotto.

El abogado dijo que si el niño tiene daños fue causado por sus padres biológicos y negó que sus clientes hayan hecho una distinción entre César y su hijo biológico.

"Adoptaron al niño porque son personas de buena fe. Son espiritistas y, dentro de su credo, recibieron un mensaje de que deberían adoptar a un niño. Son personas dignas, llenas de amor y adoptaron independientemente de su raza y origen", aseguró.

"Todo es correcto. La revocación de la adopción fue aprobada por un juez, con el acuerdo del Ministerio Público", justificó Salotto.

Con respecto a la demanda, el abogado argumentó que los padres adoptivos no tuvieron tiempo para defenderse adecuadamente.

Y dijo que los clientes pidieron a la corte que solicitara los informes psicológicos y psiquiátricos de César, para certificar que no causaron daño al niño.

Sin embargo, la justicia señaló que dichos informes eran innecesarios, ya que hay innumerables pruebas en los registros que muestran el daño sufrido por César después de ser abandonado por la familia.

Según Salotto, los padres adoptivos sienten que la condena es una injusticia.

"Son personas con las mejores capacidades, con una moral totalmente limpia. Fueron tomadas por sorpresa con esta decisión".

La condena

En primera instancia, el tribunal dictaminó que la pareja debe pagar los 150.000 reales (unos US$27.700), con un valor corregido monetariamente e intereses de demora desde la devolución del niño en junio de 2017.

La defensa de la pareja apeló el fallo.

En marzo de este año, el TJSP mantuvo la condena por unanimidad al igual que el monto de la indemnización, por tres votos contra dos: dos jueces votaron para reducir la cantidad.

La justicia señaló que el dinero es necesario para reparar el daño causado al niño.

Para definir el monto de la indemnización, el Tribunal consideró la condición económica de la pareja, a través de los viajes realizados por la familia en los últimos años.

La defensa de la pareja presentó una apelación ante el TJSP solicitando una reducción en la indeminzación, alegando que no se corresponde con la realidad financiera de la familia.

El pasado jueves 2 de julio, la justicia negó la solicitud y mantuvo el monto de la indemnización a César.

Ahora, el abogado Ivelson Salotto recurrirá a los tribunales superiores para tratar de revertir la condena de sus clientes, presentando apelaciones ante el Tribunal Superior de Justicia (STJ) y el Tribunal Supremo Federal (STF).

Después de la devolución

Desde que se mudó con el tutor, César ha recibido asistencia psicológica.

Según el expediente, al momento del traslado, el niño estaba enojado y triste al recordar el pasado.

Después de un mes de vivir con el tutor y con apoyo psicológico comenzó a mostrar "un comportamiento favorable y ejemplar, siendo afectuoso, sociable y pacífico". En enero de 2018, el tutor solicitó la adopción del niño.

En el expediente, no hay información sobre la situación actual de César. BBC Brasil no pudo contactar al tutor.

Si las autoridades judiciales superiores mantienen la compensación para el niño, tendrá acceso al dinero después de cumplir 18 años.

*Los nombres de la pareja y el niño fueron cambiados para preservar su identidad. El caso está bajo secreto de sumario ya que involucra a un niño. Recientemente, la decisión del Tribunal de Justicia de Sao Paulo sobre el caso fue puesta a disposición de otros abogados, para que pueda usarse como referencia en otras posibles acciones relacionadas con casos de niños adoptados que son devueltos.

 

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