"La otra cara de la moneda".

Una de las ayudantes más cercanas a la reina Isabel II de Inglaterra revela en un nuevo libro algunos secretos de su majestad.

Bajo el título "The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe" ("El otro lado de la moneda: la reina, la modista y el ropero", en una traducción literal del inglés), Angela Kelly escribió un relato "detrás de las cámaras" sobre sus años como modista oficial y amiga de la monarca.

"La Reina le ha dado personalmente a Angela su bendición para compartir su vínculo incomparable con el mundo", señala un texto de promoción sobre la publicación.

Esta semana, la revista de sociedad Hello! difundió algunos extractos interesantes del libro. Aquí te traemos algunos de ellos:

1. La reina tiene a alguien que se prueba sus zapatos

En su libro, Kelly, que viste a la Reina desde 2002, confirma que Isabel II tiene un asistente real para que se pruebe sus zapatos nuevos, y que ella es la "cobarde" que lo hace.

"La Reina tiene muy poco tiempo para sí misma y no tiene tiempo para probarse sus propios zapatos, y como calzamos el mismo número, tiene más sentido de esta manera", escribe Kelly.

2. Isabel II escogió la frase que pronunció junto a James Bond

Kelly dice que la Reina tardó solo cinco minutos en aceptar la oferta de aparecer en un sketch junto al James Bond de Daniel Craig, para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

"La idea le divirtió mucho y aceptó de inmediato. Entonces le pregunté si le gustaría hablar. Sin dudarlo, Su Majestad respondió: 'Por supuesto que debo decir algo. Después de todo, él vendrá a rescatarme'", recuerda Kelly.

"Le pregunté si le gustaría decir: 'Buenas tardes, James' o 'Buenas noches, señor Bond', y ella eligió la segunda, conociendo las películas de Bond. En cuestión de minutos, estaba... dándole las buenas noticias [al director Danny Boyle]. Creo que casi se cae de su silla cuando le dije que el único requisito de la reina era que ella pudiera pronunciar esa frase icónica de 'Buenas noches, señor Bond'", cuenta.

3. La aparición de la reina en Royal Ascot

La aparición anual de la reina en la carrera de caballos Royal Ascot, en las afueras de Londres, es un evento que genera mucha expectación.

La gente hace apuestas sobre el color del sombrero que llevará la monarca.

Kelly dice que, al enterarse de tal apuesta, se reunió con el dueño de la casa de apuestas, Paddy Power.

"Acordamos que las apuestas por el color del sombrero de la reina tuvieran una hora de cierre, para evitar cualquier trampa", revela.

4. Saludar a Michelle Obama con un abrazo fue un "instinto natural"

Los informes de que la reina "abandonó" el protocolo real cuando devolvió el abrazo de la ex primera dama de EE.UU. Michelle Obama, en 2009, están lejos de la realidad, señala Kelly.

"En realidad, fue un instinto natural para la reina mostrar afecto y respeto por otra gran mujer, y realmente no hay un protocolo que deba cumplirse", escribió.

"Cuando se siente cariño [...] realmente se trata de bondad humana, y esto es algo que la reina siempre acogerá cálidamente. Cualquiera que esté cerca de Su Majestad no es una amenaza y ciertamente es de confianza", explica.

Michelle Obama escribió en sus memorias, Becoming ("Mi historia"), que el abrazo ocurrió cuando ambas coincidieron en que un largo día con tacones las había dejado con dolor de pies.

Solo éramos "dos mujeres cansadas oprimidas por nuestros zapatos", recordó.

5. El inusual secreto detrás de la prenda para los bautizos reales

Kelly revela cómo el "fuerte" té de Yorkshire ayudó a recrear una réplica de la túnica Honiton, el vestido de bautizo que usó la monarquía británica desde 1841, con el bautizo de la hija mayor de la reina Victoria, la princesa Victoria.

La réplica se usó por primera vez en 2008 para el bautizo de James, vizconde Severn, hijo del príncipe Eduardo y nieto de Isabel II.

"Para asegurarnos de que se viera auténtica, la teñimos con té de Yorkshire (el más fuerte, como todos sabemos)", escribió Kelly sobre la prenda.

"Colocamos cada pieza de encaje en un tazón pequeño, lleno de agua fría y una bolsita de té y lo dejamos durante unos cinco minutos, verificando regularmente hasta que el color quedara perfecto", detalló.

*Lea el artículo completo de la revista Hello! (en inglés) aquí.

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