No se trata de estar en forma, tampoco del estímulo de la competición.
Flatline es una lucha contra uno mismo, llevar al cuerpo hasta el extremo de lo que puede aguantar, incluso corriendo el riesgo de pasar sus límites.
Así es esta nueva rutina de entrenamiento que se estrenó esta semana en Londres con la promesa de ser la más difícil del mundo.
"Es el más exigente porque combinamos rutinas que son de por sí muy difíciles y las juntamos en un circuito que hace que sea casi imposible finalizar la clase", explicó Firas Iskandarani, uno de los entrenadores de la cadena de gimnasios GymBox, el centro encargado de diseñar la nueva rutina de entrenamiento.
El circuito de 45 minutos no es apto para todo tipo de personas ya que incluso los participantes con mejor estado de forma están obligados a firmar un documento de exención de responsabilidad y con el cual autorizan la donación de sus órganos en caso de ocurrir lo peor.
Es por eso que son vigilados todo momento por paramédicos y se disponen de estaciones de oxígeno a lo largo del circuito.
"El riesgo con este tipo de clase es que se puede sufrir de dolores en el pecho, falta de aire, vómitos o en el peor escenario se pueden desmayar o sufrir un paro cardiaco", alertó la doctora Emma Bradley en el video de promoción del gimnasio.
El reto es recorrer un circuito en el que se tiene subir por una cuerda, levantar mancuernas, lanzar las conocidas Atlas Stones -que son esferas muy pesadas como las que se suelen ver en las competencias del hombre más fuerte del mundo-, sesiones de burpees sobre cajas y una aceleración de 45 metros.
Todo esto portando un chaleco que pesa 12 kilogramos y hacerlo cinco veces.
"Flatline se ofrece con una advertencia muy significativa", comentó David Cooper, director de GymBox.
"Ni se te ocurra venir a una clase si no estás seguro de que tu cuerpo tiene la capacidad de ser exigido hasta el extremo de sus límites y posiblemente más allá".
"Muchos de nuestros miembros nos venían diciendo que su sueño es lograr un cuerpo por el que puedan morir. Con Flatline estarán más cerca de lo que mucha gente puede pensar".
De ahí su nombre, que hace referencia al momento cuando el monitor que se utiliza en los hospitales para detectar el ritmo del corazón se queda sin señales de vida.