La noche de este martes se llevó a cabo un nuevo capítulo de "Juego Textual", estelar conducido por Sergio Lagos.
En este episodio, Andrés Caniulef, fue entrevistado a fondo por ocho mujeres de armas tomar: Katty Kowaleczko, Pepi Velasco, Yazmín Vásquez, Begoña Basauri, María Jimena Pereyra, Chiqui Aguayo, Rayén Araya y Tita Ureta.
El periodista compartió anécdotas de su vida y se sinceró sobre una de las etapas más dura: la adicción a las drogas.
Fue en la sección "Campo Minado" donde Katty le preguntó sobre cuál fue el momento en que tocó fondo y decidió iniciar la rehabilitación.
Él explicó que fue cuando se dio cuenta de que había pasado varios días sin comer. “Es una despreocupación, la adicción tiene que ver con abandonarse. Comer deja de ser una prioridad. Yo colapsé, mi cuerpo no daba más y terminé desmayado en mi trabajo”, reveló.
El comunicador detalló que sus problemas se debieron a una depresión que se gatilló desde el año 2017 por varios motivos.
“Empecé a sentirme vacío. Tuve la fortuna de cumplir todos mis sueños que me propuse cuando niño, había logrado todo eso, pero aún así me sentía vacío. También yo tenía una sobreexposición mediática muy fuerte, mi nombre sonaba en todas partes, era objeto de burla, y esa distorsión me estaba afectando hace tiempo, pero yo no me había dado cuenta ni me había hecho cargo. Además, yo venía con una muralla frente a mi familia, donde mi sexualidad no había sido conversada de manera abierta, sin embargo, a ellos les habían vomitado en su cara esa realidad. Todo eso empezó a hacerme daño”, relató.
El periodista contó que había usado drogas de manera recreacional, pero empezó a tener cada vez más excesos.
“Experimenté con muchas drogas, en el último tiempo la cocaína fue lo que más usé, era lo que estaba más a la mano y te permite ser funcional. También psicotrópicos que te permiten bajar, ravotril, medicamentos que hacían un cortocircuito en la cabeza, y lo hacían cada vez peor”, detalló, agregando que tuvo incluso pensamientos suicidas.
“Hay un momento en el que te cuestionas si vale la pena seguir viviendo, seguir luchando, insistiendo, darse una oportunidad más, y cada vez se hacía más difícil. Yo ya estaba a punto de rendirme”, confesó.
El comunicador superó este momento mientras trabajaba en Canal 13, cuando comenzó a recibir ayuda de parte de amigos y colegas. Tras un año de rehabilitación, se refugió en sus padres, con quienes vive hoy.
“Es la posibilidad que me dio la vida de redescubrir a mis papás. Tuve un paréntesis en mi relación con ellos, desde mi adolescencia hasta esta etapa de crisis, pero tuve una infancia tan bonita con ellos, y la tenía en una nebulosa. Hoy la estoy recuperando y construyendo recuerdos nuevos, y eso me tiene feliz”, comentó.