La ciencia avanza a pasos agigantados y una prueba de ello son los descubrimientos en materia astronómica.

El último del que tenemos noticia son las imágenes captadas por el observatorio ALMA, ubicado en la región de Antofagasta.

Se trata del diluvio intergaláctico alimentando agujero negro el que, según lo expertos, al condensarse, se produce cuando las nubes generan una lluvia sobre la galaxia que favorece la formación estelar y alimenta a su "agujero negro supermasivo”.

Gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), un equipo internacional de astrónomos observó por primera vez un fenómeno climático cósmico: un cúmulo de nubes de gas intergaláctico fluyendo hacia el agujero negro supermasivo situado en el centro de una enorme galaxia a 1.000 millones de años luz de la Tierra.

La nueva observación de ALMA, dada conocer este miércorles por el mismo observatorio, constituye la primera prueba directa de que las nubes frías y densas se pueden fusionar a partir del gas intergaláctico caliente y caer directamente en el corazón de una galaxia para alimentar su enorme agujero negro central.

También cambia las teorías de los astrónomos sobre la forma en que los agujeros negros supermasivos se alimentan, a través de un proceso conocido como acreción.

Esta representación artística muestra nubes condensadas de gas molecular frío alrededor de la galaxia más brillante del cúmulo Abell 2597. Las nubes se condensan a partir del gas caliente e ionizado que llena el espacio entre las galaxias y el cúmulo. Los nuevos datos obtenidos con ALMA muestran que estas nubes precipitan en dirección de la galaxia y caen en el agujero negro supermasivo ubicado en su centro. 

Hasta ahora, los científicos pensaban que en las galaxias más grandes los agujeros negros supermasivos se alimentaban de un flujo lento y constante de gas ionizado procedente del halo de la galaxia. Las nueva observación de ALMA muestra que, cuando se dan las condiciones climáticas, los agujeros negros también pueden tragar cúmulos gigantes y caóticos de nubes de gas molecular muy frío.

La gran predicción de los último años

“Esta fría y caótica acreción ha sido una de las grandes predicciones teóricas de los últimos años, pero esta es una de las primeras pruebas claras que nos proporciona un observatorio sobre un agujero negro supermasivo que se alimenta de una fría y caótica ‘lluvia’ ”, afirma Grant Tremblay, astrónomo de la Universidad de Yale, en New Haven Connecticut, Estados Unidos, y autor principal del nuevo artículo. “Es muy alentador pensar que quizá estemos realmente observando una tormenta del tamaño de una galaxia mientras alimenta a un agujero negro que tiene una masa de aproximadamente 300 millones de veces la masa de nuestro Sol”.

En el corazón de la galaxia más brillante del cúmulo Abell 2597, se observa un pequeño cúmulo de nubes de gas gigantes que precipitan en dirección del agujero negro central. Su existencia fue revelada por las “sombras” de 1.000 millones de años luz de extensión que proyectan sobre la Tierra. Estos datos obtenidos por ALMA constituyen la primera prueba observacional de un fenómeno de acreción “caótico y frío” sobre un agujero negro supermasivo.

Así es el ALMA, el telescopio que devela los secretos del universo desde la cordillera de Chile

Tremblay y su equipo usaron ALMA para observar un cúmulo particularmente brillante de aproximadamente 50 galaxias llamado Abell 2597. En su centro se encuentra una galaxia elíptica masiva conocida justamente como la galaxia más brillante del cúmulo Abell 2597. Y entre estas galaxias hay una difusa atmósfera de plasma caliente e ionizado, que se había detectado anteriormente con el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA.

LEE TAMBIÉN:

El telescopio ALMA, el antes y el después de la astronomía

Publicidad