El levantamiento de restricciones en el Reino Unido, especialmente, la reapertura de bares fue celebrada luego de tres meses de confinamiento.
Sin embargo, la alegría provocó una serie de desmanes y situaciones peligrosas obligaron la intervención de policías ante el nulo respeto de las normas obligatorias de resguardo para evitar más contagios de COVID-19 en el país.
Es por esto, que los dueños de los locales han comenzado a implementar una serie de medidas para evitar más desórdenes y exponer a sus trabajadores ante los "irresponsables" clientes.
Y es así el caso de "The Star Inn", donde el propietarios del pub decidió instalar una valla electrificada en la barra para evitar que los visitantes del local se acerquen demasiado a los empleados.
"La valla está ahí para mantener la distancia social. Antes de su instalación, la gente no respetaba las medidas de higiene y de seguridad y hacían lo que les daba la gana. Pero ahora se lo toman más en serio. Es por el bien de todos", advierte Johnny McFadden al medio local "Cornwall Live".
"Somos una comunidad rural. Todo el mundo sabe lo que es una valla eléctrica: Mantiene a las ovejas alejadas y ahora a las personas", explica sobre su estrategia, que hasta el momento, ha sido un éxito.