Manipular boletas es algo que hemos naturalizado en nuestro diario vivir. Estos recibos se acumulan en los bolsillos de nuestros pantalones, sin darles mayor importancia, al tratarse de un inofensivo pedazo de papel.

Pero una investigación indica que lo que hemos albergado en nuestras prendas y bolsos podría ser un agente extremadamente nocivo para nuestra salud. La Universidad de Granada publicó un estudio indicando que 9 de cada 10 boletas comerciales contienen sustancias que aumentarían el riesgo de contraer cánceres hormonales y otras enfermedades.

Debemos especificar que los recibos estudiados son aquellos a base de papel térmico, los cuales suelen entregarse en supermercados y que, al cabo de un tiempo, pierden su tinta negra. 

“Podemos reconocer este tipo de papel porque, si acercamos una fuente de calor, por ejemplo, un fósforo, se ennegrece de forma instantánea”, indicó el profesor de Medicina de la Universidad de Granada, Nicolás Olea.

La materia prima de éstos es el bisfenol A, conocido popularmente como BPA, el cual también está presente en plásticos como botellas y recipientes.

Este compuesto es responsable de generar disrupciones endocrinas capaces de alterar el equilibrio hormonal y provocar enfermedades relacionadas como infertilidad, obesidad, autismo e incluso distintos tipos de cáncer hormonales, como el cáncer de mamas. 

Fueron más de cien tickets analizados, procedentes de España, Francia y Brasil, de los cuales el 90por ciento estaban compuestos por BPA, el cual se materializaba en el polvillo blanco que desprenden al arrugarlos o frotarlos.

Los números más alentadores son los de Francia, ya que solo la mitad de sus muestras contenían la sustancia. Esto se explica porque, desde el 2014, el país ha regulado la composición de las boletas y muchos locales han optado por el uso del bifenol S (BPS). 

El problema es que, si bien el compuesto no es tan nocivo como su símil, también es un disruptor endocrino, por lo que su uso también preocupa a las autoridades.

Cómo evitar el contacto con el BPA

Lo más lógico es manipular lo menor posible estos papeles, desechándolos apenas pierdan su utilidad.

“Por ejemplo, no debemos mezclar los tickets con la comida en la cocina al desempaquetar la compra, el pescado o la carne. Tampoco debemos jugar con ellos, ni arrugarlos para tirarlos, escribir notas o guardarlos en el auto, el monedero o el bolso”, recomendó Olea.

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