A medida que se retrasa la edad de la maternidad, el número de mujeres que deciden congelar sus óvulos para una posterior fecundación in vitro está creciendo.

En España lo hicieron más de 3.500 mujeres en 2014, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, y en Reino Unido 816, según la autoridad que regula la industria en ese país (HFEA, por su sigla en inglés).

Los datos del Instituto Valenciano de Fertilidad (IVI), una clínica privada con sucursales en Europa, América Latina y Medio Oriente, reportan un aumento del 256% en los últimos cinco años.

BBC Mundo habló sobre este tratamiento de reproducción asistida con el doctor Manuel Fernández, ginecólogo especialista en fertilidad y director de la clínica IVI en Sevilla.

Te presentamos algunos datos que probablemente desconocías:

1. Un óvulo congelado a los 33 años es mejor que uno "fresco" a los 40

Las mujeres nacen con todos los ovocitos (u óvulos) que van a tener durante su vida, aproximadamente un millón. Con los años esos ovocitos se van perdiendo paulatinamente de manera natural.

Según el doctor Fernández, para cuando una niña alcanza la pubertad y empieza a ovular tiene alrededor de 400.000, aunque esa cifra puede variar mucho.

"Pero hay un cambio muy brusco a partir de los 35 años", dice, cuando cae notoriamente su cantidad y su calidad. Llegada esa edad "el 90% de los ovocitos ya se han perdido", dice el especialista.

De hecho, según un estudio realizado a 4.200 mujeres durante 12 años en Barcelona y presentado ante la Sociedad Europea de Reproducción asegura que la edad máxima a la que las mujeres deberían congelar sus óvulos es los 35 y presenta un descenso de la fertilidad según avanzan los años.

Los investigadores encontraron que las posibilidades de que las mujeres puedan dar a luz "disminuyen significativamente" después de cumplir 38 años.

También un texto publicado en la revista científica The Lancet, un grupo de expertos avala el argumento de que los óvulos de mujeres menores de 35 años son más eficaces y conservan mejor su capacidad reproductora.

Y hay otro cambio todavía más brusco a partir de los 40, que el doctor describe ya "como una caída en picado".

Por eso un óvulo congelado a los 33 años tiene una calidad mucho mejor que uno "natural" a los 40. Sin embargo, no habría apenas diferencia de calidad entre uno congelado a los 30 y otro "fresco" a los 33.

2. La mayoría de las mujeres está congelando los óvulos más tarde de lo recomendable

En cuanto a la calidad y la cantidad, lo ideal sería congelar los óvulos antes de los 30 años, o, en su defecto, antes de los 35, según Fernández.

Pero según cifras del Instituto Valenciano de Fertilidad, el 65% de las mujeres que están congelando sus óvulos tiene entre 35 y 39 años.

Además, un estudio de la Asociación de Medicina Reproductiva de Nueva York presentado en el congreso de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva asegura que más del 50% de las mujeres espera hasta los 37 y 39 años para congelar sus óvulos cuando "ya han comenzado a experimentar su declive natural".

3. No se congelan óvulos individualmente, sino en grupo

Los óvulos no se extraen y congelan individualmente sino en "cohortes" o grupos de ovocitos.

Normalmente con cada ciclo menstrual el cuerpo destina entre 20 y 50 ovocitos, dependiendo de la mujer, para la ovulación. De esos, naturalmente suele ovular sólo uno, que es el que alcanza una mayor "maduración".

El resto de ovocitos se muere y el cuerpo los destruye en un proceso que se llama "atresia".

Pero en un proceso de congelación de óvulos se somete a la mujer a un tratamiento de estimulación hormonal para tratar de recuperar todos esos ovocitos antes de que el cuerpo los destruya.

Entonces en un "ciclo" de tratamiento bueno se pueden obtener unos 15 o 20 ovocitos, dependiendo de la edad y de la reserva ovárica de la mujer, que después se congelan como una "cohorte".

Pero en mujeres de más de 35 años se suelen obtener entre 6 y 10 óvulos por ciclo de tratamiento.

4. Ahora los óvulos se congelan a una velocidad ultrarrápida de 18.000 grados por minuto

En el pasado se utilizaban unas técnicas de congelación muy lenta que causaba daños en las células y la tasa de supervivencia de los ovocitos era muy baja.

Ahora el método más utilizado es el de la vitrificación. Hay distintas técnicas, pero todas generan una congelación de las células tan rápida que impide la formación de cristales.

Fernández compara el proceso con el de congelar una botella llena de agua: el agua aumenta de tamaño y puede romper la botella.

"Eso mismo le ocurre a las células, que tienen agua en su interior", explica.

Con la vitrificación "es como si consiguiéramos congelar sin que se forme el hielo", y así la célula no se daña. Según Fernández, hoy en día la tasa de supervivencia de los ovocitos al proceso de vitrificación es del 90%.

5. Los óvulos congelados "no caducan"

Según Fernández, los óvulos, al igual que los embriones, pueden permanecer congelados indefinidamente, sin que el tiempo afecte a su calidad.

Sin embargo, cada país tiene su propia regulación sobre cuánto tiempo puede permanecer congelado un óvulo.

En Reino Unido, por ejemplo, el tiempo máximo estándar son 10 años, salvo en casos excepcionales en los que los óvulos fueron congelados en la adolescencia antes de un tratamiento que afecta a la fertilidad, como la quimioterapia.

En otros países, como España, no hay un límite de años, pero existe una autorregulación de la industria que determina que no se implanten embriones en madres de más de 50 años, aunque en el pasado ha habido excepciones.

Sin embargo, según la Autoridad para la Embriología y la Fertilización Humana de Reino Unido (HFEA, por su sigla en inglés), la congelación de óvulos es un campo de la ciencia que está cambiando rápidamente y no hay evidencias que demuestren la confiabilidad a largo plazo de los nuevos métodos de congelación.

Si decides congelar tus óvulos, la institución británica recomienda que te asegures de que eliges una clínica que tenga mucha experiencia en la industria y que pidas ver sus tasas de éxito para las mujeres de tu edad.

6. Hay distintas tasas de éxito según la edad y la cantidad de ovocitos congelados

Según datos de 2016 del Centro de Ciencias Reproductivas de Fertilidad Shady Grove, una institución estadounidense de referencia mundial, estas son las probabilidades de éxito:

  • Una mujer de 41-42 años, con 10 ovocitos congelados, tiene 25% de posibilidades de tener al menos un hijo con ese grupo de ovocitos y apenas un 5% de poder llegar a tener dos hijos con esa "cohorte" de ovocitos congelados.
  • Una mujer de 35-37 años, con 10 ovocitos congelados, tiene un 50% de posibilidades de tener al menos un hijo.
  • Una mujer de 30-34 años con 24 ovocitos congelados tiene una posibilidad del 90% de tener al menos un hijo de ese grupo de ovocitos, y un 50% de tener al menos un segundo hijo con esos mismos ovocitos.

7. Congelar óvulos conlleva delicados dilemas éticos

¿Qué debe pasar con los ovocitos congelados si te mueres o si dejas de poder tomar decisiones por ti misma? ¿Si no usas tus óvulos quieres donárselos a alguien más? ¿Con qué condiciones? ¿Te gustaría que se usaran para la investigación?

Las mujeres que congelan sus óvulos deben firmar documentos en los que se especifica cómo se van a usar. Deberían informarse bien sobre cuánto control tienen sobre sus óvulos congelados y hasta qué momento pueden cambiar de opinión o retirar su consentimiento para ciertos usos.

Algunas personas se decantan por la congelación de óvulos en lugar de la congelación de embriones porque esta opción presenta, a priori, menos dilemas éticos.

Pero la congelación de óvulos se hace para una futura fecundación in vitro (FIV). Según Fernández, normalmente todos los óvulos de la misma "cohorte" se descongelan y se ponen a fecundar a la vez. De ahí pueden salir varios embriones. Uno, dos o incluso tres, se pueden implantar al mismo tiempo en el útero pero... ¿qué hacer con los otros?

Las opciones son destruirlos, donarlos a otra persona, donarlos para la investigación médica o volverlos a congelar.

Aunque las regulaciones varían de un país a otro y de una religión a otra, el principio ético de fondo, según el especialista, es evitar congelar embriones innecesarios.

Las personas que están en contra de la congelación de embriones pueden descongelar y fecundar únicamente tantos óvulos como quieran implantarse, pero eso puede implicar un mayor costo en el tratamiento.

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