El pasado sábado se conoció el primer informe forense respecto a la muerte del baterista de la banda de rock Foo Fighters, Taylor Hawkins, confirmando la versión que decía que el músico habría sido encontrado con al menos 10 sustancias distintas.
Las muestras incluian antidepresivos y opioides, los cuales le habrían generado la falla cardíaca que terminó con su vida. No obstante, no fue el único detalle que los forenses encontraron en el cuerpo del ex-Foo Fighters.
El problema que pudo sellar la muerte del integrante de Foo Fighters
Según los estudios médicos e información de Infobae, Hawkins tenía un corazón más grande que el promedio normal. El corazón del baterista de Foo Fighters pesaba aproximadamente 600 gramos, y adicionalmente, tenía el doble del tamaño con respecto al de un adulto promedio.
Según los científicos, el peso normal aproximado de un corazón es de máximo 350 gramos. Por ello, existe la hipótesis que el consumo de drogas pudo influir en la hipertrofia del órgano. No obstante, hasta ahora medicina legal no ha podido establecerlo con claridad.
Eso sí, el baterista de Foo Fighters había reconocido esta condición de su corazón. Señalando que no era a causa del uso de algún estupefaciente sino de, al contrario, su forma física en aquel entonces.
En junio del año pasado, el baterista afirmó a Rolling Stone que se encontraba bien de salud y que su médico le había realizado una valoración positiva con respecto a su estado de salud
"Me acabo de enterar por mi médico, me hice todos los análisis de sangre y me revisaron todo el corazón y me dijo: “Amigo, estás en una forma increíble”. Tu corazón es grande, porque haces mucho ejercicio. Es como el corazón de un corredor”, comentó a la revista.