A mitad de la semana pasada, se informó que Luna-25, el cohete ruso que despegó desde el cosmódromo Vostochni cinco días antes, ya se encontraba en órbita lunar.
Estaba previsto que la sonda consiguiera el alunizaje en el polo sur este 21 de agosto. Sin embargo, una jornada antes, la Corporación Espacial Estatal de dicho país, conocida como "Roscosmos", emitió un breve comunicado en que explicó que la nave se estrelló contra la superficie del satélite natural, quedando destruida.
"Durante el operativo se presentó una situación de emergencia a bordo de la estación automática, que no permitió realizar la maniobra con los parámetros especificados", indicó la Agencia, según recogió el medio CNN en Español.
Cabe recordar que el gran objetivo de esta misión, según dio a conocer el medio alemán DW, es "desarrollar la tecnología de alunizaje, tomar muestras de la superficie, estudiar la capa superior del regolito lunar, desde su relieve hasta su composición y solidez, y también analizar su exósfera".
Asimismo, Rusia intenta demostrar que aún es capaz de lanzar misiones de alto riesgo y lograr un buen posicionamiento en la carrera espacial que se está generando actualmente entre las grandes potencias mundiales.
Paralelamente, India también ha dado inicio a una misión lunar, el programa Chandrayaan-3, que también busca poder posarse sobre el polo sur de la Luna.