El hígado es el órgano más susceptible a los efectos del alcohol, porque es quien se encarga de descomponer sus toxinas. Por eso, es muy relevante saber qué es lo que ocurre en él cuando dejas consumir alcohol.

Y como el hígado es fundamental en nuestro cuerpo, existe una diversidad de enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol, entre ellas, el hígado graso (cuando hay una acumulación de grasa) y cirrosis (formación de cicatrices). 

Bajo ese contexto, Ashwin Dhanda, profesor asociado de hepatología de la Universidad de Plymouth, en Inglaterra, publicó un artículo en The Conversation, traducido por BBC, contándole a las personas los beneficios de dejar el alcohol, según la enfermedad hepática que tuvieron. 

Por ejemplo, el especialista dejó en evidencia que en las personas con hígado graso, tras dos o tres semanas de abandonar las bebidas alcohólicas, dicho órgano puede sanar y "volver a tener un aspecto y un funcionamiento como si fuera nuevo".

Asimismo, en los pacientes con inflamación hepática o cicatrices leves, incluso a los siete días de dejar el alcohol, "se observa una reducción notable de la grasa, inflamación y cicatrices hepáticas". Por ende, dejar el licor durante varios meses permite que el hígado se cure y vuelva a la normalidad.

Por otro lado, Dhanda informó que en los bebedores empedernidos con cicatrices más graves o insuficiencia hepática, "dejar el alcohol durante varios años reduce la probabilidad de empeoramiento de la insuficiencia hepática y muerte". 

De todas maneras, recomendó que este tipo de persona no puede dejar de golpe el alcohol porque puede provocar síndrome de abstinencia, que en su forma leve, causa "alucinaciones, ataques e incluso la muerte".

Otros beneficios de dejar el alcohol

Dejar la bebida también tiene efectos positivos sobre el sueño, la función cerebral y la tensión arterial, lo que también debe complementarse con, por supuesto, un estilo de vida saludable (dieta equilibrada y ejercicio físico regular).

En conclusión, el experto plantea que el hígado no puede volver a crecer como nuevo si ya estaba gravemente dañado. Sin embargo, en el caso de hígado graso, si dejamos de beber, puede volver rápidamente a la normalidad.

Si tiene cirrosis, dejar el licor permitirá "sanar y mejorar su función, pero sin deshacer todo el daño que ya ha sufrido". De todas maneras, asegura que si las personas quieren cuidar este órgano, es recomendable que no consuman bebidas alcohólicas, pero si lo hacen, que sea con moderación, por ejemplo, pasar de dos a tres días sin alcohol a la semana.

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