Considerado un “niño prodigio” con una increíble capacidad intelectual, Laurent Simons logró terminar la carrera de Física en la Universidad de Amberes en apenas nueve meses, en lugar de los tres años que toma el curso de manera normal. Lo hizo con un promedio de nueve sobre diez, aunque quizás la mayor curiosidad es que apenas tiene 11 años.
El joven de nacionalidad belga-neerlandesa siempre ha estado adelantado respecto a los niños de su edad, entrando a la escuela Primaria a la edad de 4 años y graduándose de su equivalente a la enseñanza media con solo 6 años en el Instituto de Secundaria Sint-Jozef Humaniora de Brujas, completando todo el proceso escolar en apenas 18 meses.
Tras recibir su cartón el pasado mes de julio, Simons tiene su mirada puesta en un máster con el que complementar su licenciatura en física, asegurando que todo esto no lo hace por pretensión ni buscando batir un récord.
El “niño prodigio” quiere contribuir a la sociedad y tiene como objetivo “poder reemplazar tantas partes del cuerpo como sea posible con órganos fabricados de manera artificial”.
El jóven también había sido noticia hace dos años, luego de una disputa entre sus padres y la Universidad TU Eindhoven que lo obligó a abandonar sus estudios universitarios que por ese entonces estaban centrados en la carrera de Ingeniería Eléctrica, todo bajo el argumento de que era una “presión excesiva” sobre él