Claudio Latorre, paleocólogo, investigador de Insitituto de Ecología y Biodiversidad, profesor de la Universidad Católica y reciente ganador del premio“Farouk El-Baz” que entrega la Geological Society of America (Sociedad Geológica de Estados Unidos de América). 

Esta notable distinción obtenida por Latorre se debe a su profudo aporte y contribución a las investigaciones en zonas desérticas, es el primer lationamericano en obtener el premio, que debe su nombre al científico egipcio-estadounidense que estuvo a cargo de estudiar la geología en la luna y aterrizaje de la misión espacial durante el programa APOLO.

Claudio Latorre: ganador del Nobel del desierto

Claudio Latorre lleva más de 20 años trabajando en el desierto más árido del mundo, el desierto de Atacama. Sus investigaciones le han permitido ahondar de lleno en el ecosistema de la zona, analizando la vegetación, clima y ciclos del agua, todo esto dentro de los últimos 50 mil años. La proeza es de tal nivel, que para muchos este premio es considerado el Nobel del desierto.

El doctor en Ecología y Biología Evolutiva, se refirió al respecto, también rescatando la importancia de las personas que trabajaron junto a él durante estos años “Esta distinción también ha sido otorgada a dos de mis mentores, Julio Betancourt y Jay Quade, quienes han sido tremendamente importantes en mi formación. Por todo ello, el anuncio de este premio que entrega la Sociedad de Ecología de Estados Unidos y la Sección de Geología Cuaternaria y Geomorfología, es una noticia muy gratificante”, señaló Claudio Latorre.

La nominación de Latorre es justamente obra de Julio Betancourt, con una carta en la que destaca su contribución al entendimiento de los efectos climatológicos, ecológicos y cambios geomorfológicos en el desierto de Atacama. Ambos se conocen desde 1995, cuando Latorre fue a realizar su magíster en en la Universidad de Arizona. Para Claudio Latorre también es muy importante recalcar la importancia del IEB en su trabajo.

“Desde mi período de formación, mis investigaciones han sido apoyadas y financiadas por fondos nacionales y en particular por el IEB, centro que le ha dado prioridad a esta línea de trabajo, impulsando su continuidad. Por esta razón, la distinción también es un reconocimiento al Instituto, gracias al cual además, muchos jóvenes han participado de las investigaciones durante su formación profesional”.

 

 

Publicidad