Google se acaba de unir en la carrera de la inteligencia artificial con su nuevo chatbot llamado Bard, el que de momento sólo puede ser probado por algunos pocos en Reino Unido y Estados Unidos. Es similar a ChatGPT, esa plataforma que tiene a todo el mundo espectante.
Está en una fase experimental por la que pasan todas las nuevas tecnologías y, por tanto, comete ciertos errores que entorpecen su novedad, lo que puede jugarle en contra a la compañía.
Uno de esos fallos (o aciertos) es el que evidenció la bloguera Jane Manchun Wong, quien le preguntó a la IA Bard cuál era su opinión sobre la demanda antimonopolio del departamento de justicia de Estados Unidos contra la empresa. La respuesta del chatbot fue bastante curiosa porque no le iba a hacer mucha gracia a Google.
"Google tiene el monopolio del mercado de la publicidad digital, y esto ha permitido a la compañía participar en un comportamiento anticompetitivo. Espero que el tribunal falle a favor del Departamento de Justicia y ordene a Google que tome medidas para acabar con su monopolio", dijo Bard.
Por su parte, Google se defendió diciendo que "Bard a veces puede dar información inexacta o inapropiada, que no representa los puntos de vista de Google y Bard no debe responder de una manera que respalde un punto de vista particular sobre temas subjetivos".
Además, esta aplicación se alimenta se información pública que ronda por internet, por ende, las respuestas "pueden reflejar puntos de vista positivos o negativos de políticos específicos, celebridades u otras figuras públicas, o incluso incorporar puntos de vista sobre ciertos temas sociales o políticos controvertidos en sus respuestas", según The New York Post.