Los satélites Starlink de Elon Musk son noticia. Durante la jornada de hoy, una fuerte tormenta geomagnética dejó fuera de funcionamiento 40 de los 49 satélites que el empresario y dueño de SpaceX había enviado a la órbita para potenciar su sistema de Internet.
Sin embargo, un estudio científico publicado en el diario Astrophysical Journal Letters, que examinó 300.000 fotografías tomadas por el Observatorio Palomar en California, reveló que los satélites contaminan los cielos un 35% más que en noviembre de 2019.
¿La razón? Ahora mismo hay unos 1.900 satélites de Starlink rondando por los cielos y las autoridades espaciales ya dieron permiso a Musk para que ponga otros 12.000 en órbita en los próximos meses. El objetivo final es llegar hasta los 42.000 y si no los pone, asegura que SpaceX se irá a la quiebra.
El astrónomo de la Universidad de Washington, Eric Bellm, dice que los satélites y su polución no afectan gravemente las observaciones científicas sobre el universo, no más allá de la suciedad estética.
Pero lo llamativo, es que asegura que el estudio demuestra que los satélites Starlink complican las detecciones y seguimientos de asteroides y cometas potencialmente peligrosos para los seres humanos, ya sea en impactos locales, regionales o incluso para la supervivencia de toda la especie.
“Definitivamente afecta en cierta medida la defensa planetaria”, sentencia el astrónomo estadounidense.
La NASA coincide con sus palabras. Un portavoz de la Agencia Espacial habló con Wall Street Journal, asegurando que “los satélites de Starlink tienen el potencial de interferir con las observaciones terrestres al aumentar la complejidad de diferenciar satélites artificiales de objetos naturales, como asteroides y cometas”.
La confusión será mayor durante los próximos años; no solo Elon Musk planea poner 42 mil satélites en órbita, ya que Jeff Bezos y Amazon esperan iniciar operaciones con 3.236 satélites, mientras que China espera poner 13.000 satélites 5G en los cielos, añadiendo más contaminación visual todavía.