Por primera vez en un medio de comunicación, Reportajes T13 dio a conocer la historia de un verdadero “capo de la droga”. Algunos de los traficantes más peligrosos de la capital le tenían que pagar a él para conseguir sus ilícitos productos.
Es conocido como “El Hormiga”. Su nombre: Richard Lobos Berríos, quien además de traficar también habría apadrinado con financiamiento a jóvenes relacionados con la música urbana.
Reportajes T13 accedió a imágenes que forman parte de una investigación que se extendió por cuatro años. En tres años, sólo fue posible verlo en cuatro oportunidades.
No se trata de un traficante cualquiera. Cuando comenzó la investigación en su contra, conducía un Range Rover del 2017, que tiene un valor en el mercado de 35 millones de pesos.
También tenía una Mercedes-Benz. Si la quería cambiar, no tenía problemas en enviar a alguno de sus soldados hasta una conocida automotora de la marca en el sector oriente de Santiago para preguntar por un nuevo vehículo para su jefe. Si lo compraba, obviamente no lo inscribía a su nombre.
Cauto, narco a la antigua, de ese que no le gustan las redes sociales, pero nunca desconectado de lo que hoy por hoy gusta en las poblaciones, en la juventud. Le contaron que podía reflejar su carrera criminal y a la vez ganar dinero, eso influyendo en un joven y popular cantante chileno, el autor de "mambo para los presos", Yiordano Ignacio.
Esta es la historia de su caída, la que en una investigación de varios años permitió a la PDI dar con uno de sus laboratorios, de características nunca antes vistas. Jamás esa cantidad de droga en la capital había estado siendo “cocinada”, “pateada”, triplicada”. La Brigada Antinarcóticos le quitó a la organización delictual casi dos toneladas de cocaína.
Cayeron algunos de sus integrantes, pero Richard Lobos siempre libró. Pero eso no impidió que se allanaran algunos de sus domicilios; tales como una casa en Ciudad de los Valles, en Pudahuel.