El vicepresidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Carlos Bianchi, condenó las declaraciones de la diputada María Luisa Cordero con respecto a la senadora Fabiola Campillai asegurando que el fuero parlamentario no debiera aplicar en esta situación

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Fue en una entrevista radial donde Cordero afirmó que “la senadora Campillai se descubrió que ve. ¿Te acuerdas que dije que ella votó y le achuntó en el hoyo de la urna? porque ella tiene un ojo bueno. Ella no es totalmente ciega, tiene un ojo que le funciona”. 

“Un cabro la pilló hablando por celular aquí en un pasillo y le sacó una toma y la subió a las redes. Ella no es ciega total”, afirmó. 

Las declaraciones de la diputada independiente generaron un inmediato repudio transversal del mundo político

Consultado al respecto, el vicepresidente de la Cámara señaló a Radio Cooperativa que “hay una propagación, efectivamente, de intolerancia y de una agresión que si bien no es física es verbal, pero es de una odiosidad impensada e inaceptable”. 

El fuero es para todo lo que tu puedas decir dentro del hemiciclo, fuera del hemiciclo —y ahí hay un tema que puede discutirse— no existe tal fuero. Por lo tanto, entiendo que estas declaraciones fueron fuera del hemiciclo (...) y ahí no debiera aplicar el fuero”, agregó.

Asimismo, Bianchi recalcó que “la senadora está en su legítimo derecho de hacer lo que estime conveniente. Lo que no quita que nosotros como mesa de la Cámara de Diputados hagamos lo que tenemos que hacer”. 

“En lo personal me complica y me avergüenza mucho porque la Comisión de Ética, efectivamente tiene muy pocas acciones para poder sancionar, como debiera sancionarse, situaciones como estas”, añadió el senador. 

La respuesta de la senadora Campillai

La senadora Campillai afirmó que no entiende “como una persona, trabajadora del área de la salud, no entiende lo que está haciendo hoy”.

Tras romper en llanto, la senadora precisó: “Cuántas veces tuve operaciones en las que, cuando salía de la sala, eran dolores tremendos que ni siquiera se pueden imaginar. Una operación en la cual abren mi cabeza de oreja a oreja. Cuando salgo de la sala el sufrimiento era mucho. Era muy fuerte”.

“A lo largo de este tiempo, he tratado de salir adelante con todo lo que ya tengo, porque al peinarme todos los días me doy cuenta de lo que me ocurrió, de nuevo. Al no poder mirar a mis hijos o a mi esposo, vuelvo a recordar lo que me pasó. Es terrible vivir lo que yo viví”, mencionó.

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