En los equipos de los candidatos presidenciales la conclusión fue unánime: tanto Alejandro Guillier como Sebastián Piñera, evitaron protagonizar enfrentamientos durante el debate de Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), a 10 días de la segunda vuelta presidencial del 17 de diciembre. 

Entre los acompañantes de ambos abanderados apostados en el público del salón del Centro Gabriela Mistral, relucían varios rostros con sueño, chateos por WhatsApp y Twitter, además de susurros.

Por el comando de Guillier, estaban en las primeras filas el presidente del PS, Álvaro Elizalde, el jefe programático del senador, Osvaldo Rosales y la senadora electa, Yasna Provoste (DC), entre otros.

Aunque los tres dirigentes estaban distanciados entre asientos, comenzaron rápidamente a coordinarse por mensajes, luego de que Guiller se refiriera a su propuesta de condonar el Crédito con Aval del Estado, CAE. El equipo se incomodó con el Twitter del diputado Jaime Bellolio (UDI), quien también estaba en el salón apoyando a Piñera:

“Ahora Guiller dice que la suspensión de pago CAE es para siempre, pero su jefe programático dice que es sólo mientras esté en el 40% de menores ingresos. ¿A quién le creemos?”, escribe.

El equipo guillerista acusó recibo y entendió que el senador cometió un error en su explicación de la propuesta. Acto seguido, comenzaron a delinear una estrategia en línea, para salir a defender al candidato a la salida del foro. “Tenemos que tener una voz unificada”, recomendó Provoste en el chat.

Y así fue: apenas culminó el debate, fue Rosales quien salió a explicar los dichos del senador Guillier. El economista tenía varios apuntes escritos durante el foro en un cuaderno, y comenzó a exigir a la prensa poder explicar sus puntos de vista y criticar “temas económicos” de Piñera.

“¿Con qué versión nos quedamos? ¿Con su versión o la del candidato Guillier, Sr. Rosales?” Le pregunta un periodista de Cooperativa. Notoriamente incómodo, Rosales le responde: “nos quedamos con los dos. Cuando una persona egresa y obtiene empleo, esa persona sale del 40% y paga hasta el 10% de su ingreso. Se condona para siempre, si la persona sigue en el 40%”, explicó.

Mientras Rosales hablaba, personal del centro intentaba que el economista saliera del salón para que el ex Presidente Piñera pudiese dar declaraciones a la prensa. Pero Rosales no quiso y continuó frente a los micrófonos, situación que incomodó al equipo del abanderado de Chile Vamos.

En paralelo, Elizalde coordinaba por teléfono con el economista PS, Álvaro Díaz, varias salidas comunicacionales para rebatir al ex Mandatario algunas de sus afirmaciones hechas en el debate. Una de ellas,  que Piñera dijera que en su gobierno el sueldo mínimo subió más que en el de Bachelet. Díaz transmitió que la afirmación no era real, ya que, en su cálculo, Piñera lo había subido $45 mil pesos y Bachelet $66 mil  pesos.

Tras el debate, solo Piñera dio declaraciones a la prensa. Guillier salió rápido del centro, lo que generó reclamos y pifias de los periodistas presentes.

El error de Piñera: niños transgénero

“No se entendió”. Esa fue la conclusión hecha por el comando del Sebastián Piñera, cuando el ex Mandatario se refirió a la situación de los niños transgénero, consultado sobre las medidas que llevaría a cabo en un eventual gobierno, para enfrentar el tema.

Muchos casos de estos transgénero se corrigen con la edad, por lo tanto tenemos que actuar, tenemos que respetarlos y cuidarlos. Pero no podemos pretender que el género es algo absolutamente cambiable todos los días a la sola voluntad de las personas”, afirmó el ex Presidente en el foro.

Desde el minuto en el que Piñera se refirió al tema, sus invitados supieron que se convertiría en un blanco de ataques. En el público estaban acompañándolo, Felipe Kast, Gonzalo Blumel, Cecilia Pérez y su hijo Sebastián, entre otros.

Al igual que con Guillier, el equipo de Piñera salió del debate a explicar sus palabras.

“Lo que pasa es que lo que plantea el Presidente Piñera es algo que toda la recomendación médica plantea: debe haber una aproximación prudencial, porque cuando se produce la disforia de género, hay que tratarla con respeto y no necesariamente se resuelve en el corto plazo y de manera definitiva”, aclaró Blumel.

En la misma línea, Nicolás Monckeberg dijo que “comparto plenamente lo señalado por Piñera. El cambio de sexo en un niño no es trivial, no es como cambiarse la camisa, requiere tiempo y apoyo. Pero Alejandro Guillier cree que un niño debe tener la libertad a temprana edad de cambiarse de sexo y eso no es serio ni responsable”, advirtió.

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