Fue comentario incluso en Naciones Unidas: la reacción de Chile frente al terremoto de 8,4° con epicentro en Ilapel.
“Las inversiones de Chile en infraestructura resiliente, sistemas de alerta temprana y planificación urbana han logrado asegurar que en esta ocasión el número de víctimas sea bajo, a pesar de la intensidad del terremoto” destacaba Margareta Wahlström, jefa de la oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Junto con la temprana reacción de las autoridades, las alarmas y el sistema de mensajería resultaron clave para alertar a la población.
Una situación que contrastó con lo ocurrido para el terremoto del 27 de febrero de 2010, donde la fallida alerta de tsunami provocó 156 fallecidos y 25 desparecidos, abriendo una arista judicial que se encuentra próxima a llegar a su etapa del juicio oral
Rodrigo Cienfuegos, director del Centro de Desastres Naturales UC, destaca que “en relación al 2010 yo creo que hemos aprendido lecciones importantes”.
“Hubo todo un trabajo que se realizó luego del diagnóstico que fue de una falla sistemática bastante global en la respuesta del Estado el año 2010, y por supuesto eso tuvo inversiones, capacitaciones, trabajos, investigaciones, compra de equipos, y eso se puso a prueba en el día de ayer y los protocolos que se habían establecido y que se modificaron luego del 2010, y funcionaron bastante bien”, agrega.
El experto advierte que el balance “es para estar contentos, pero por supuesto nunca satisfechos porque siempre quedan cosas que ir mejorando y corrigiendo”.
Mauricio Fuentes, integrante del Grupo de Tsunamis del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, coincide en que “claramente ha habido un notorio avance respecto al manejo de desastres”.
“Te das cuenta que en el 27/F tuvimos muchas pérdidas naturales y humanas, hasta ahora lamentablemente tuvimos, pero mucho menores, y eso es porque hubo una oportuna respuesta y alarma del SHOA, que recibe de parte del Servicio sismológico, la información sísmica del evento, para poder catalogarlo como un evento que produce o no tsunami”, destaca
Cambios en la normativa de construcciones
Tal como adelantó T13, otro de los elementos que han destacado los expertos ha sido la estricta normativa para la construcción de viviendas en Chile.
“Uno de los factores importantes y que es una lección aprendida anterior, sobre todo a raíz del terremoto de 1985, tiene que ver con una de las pocas acciones concretas que se han llevado del Estado para preparar antes de que ocurra el evento, porque la mayoría de las cosas que hemos hecho están en la respuesta. Una de esas pocas cosas ha sido fundamental, que es la norma sísmica, todo lo que tiene que ver con el diseño sismo resistente, todo lo que tiene que ver con la ingeniería sísmica en Chile es reconocida a nivel mundial”, dice el Director del Centro de Desastres Naturales UC.
Dicha normativa sufrió actualizaciones tras el terremoto de 2010, donde pese a que los daños estuvieron concentrados en viviendas de adobe hubo casos emblemáticos como el condominio Alto Río, que se desplomó pese a ser una construcción nueva.