De los 35 subsecretarios que este miércoles anunció Sebastián Piñera hay tres que hace un buen tiempo aparecían como seguros en sus cargos.

Rodrigo Ubilla en Interior, Claudio Alvarado en Segpres y Alfonso Silva en Relaciones Exteriores repetirán los cargos con que terminaron durante la primera administración de Piñera y son los llamados a controlar las crisis en sus respectivas áreas.

En el caso de Ubilla (RN) y Alvarado (UDI), ambos estuvieron a cargo de sus subsecretarías durante los cuatro años del mandato anterior de Piñera, mientras que Silva reemplazó a Fernando Schmidt como número 2 de la Cancillería. Antes de asumir ese cargo se desempeñaba como director general de política exterior del ministerio y actualmente es coagente de Chile por la demanda de Bolivia ante La Haya.

De hecho, por estos días participó en París de las reuniones con los abogados internacionales.

Ubilla repite dupla con Chadwick

El militante de Renovación Nacional era carta fija para la Subsecretaría del Interior y nuevamente será la primera autoridad del gobierno de Piñera en asumir su cargo.

Hombre cercano a Andrés Allamand, el designado número 2 de Interior lideró la agenda de seguridad ciudadana durante la primera administración de Piñera y fue clave para desactivar varias crisis.

Durante su paso por el gobierno estrechó lazos con Andrés Chadwick, con quien repetirá una dupla probada y valorada en Chile Vamos.

Alvarado, el apoyo de Blumel

Con un trabajo silencioso durante cuatro años en el gobierno, el ex diputado UDI Claudio Alvarado formó dupla durante toda la administración anterior de Piñera junto a Cristián Larroulet en Segpres.

Su experiencia en el Parlamento fue clave para apoyar a Larroulet quien en esa época venía de los centros de estudios.

En la coalición es valorado por su poder de negociación en una serie de proyectos en el Congreso.

Silva, experto en RR.EE.

 Es uno de los hombres que más sabe de relaciones internacionales en la centroderecha y su opinión es respetada en el sector además de la Cancillería, un ministerio que conoce de memoria debido a su larga trayectoria como diplomático de carrera.

Su perfil calza con lo que se buscaba para el Ministerio de Relaciones Exteriores y será un apoyo trascendental para el canciller Roberto Ampuero, sobre todo de cara a la última fase de la demanda de Bolivia ante La Haya, en la que pide a la Corte establecer la obligación de negociar una salida soberana al mar.

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